viernes, 16 de mayo de 2008
Vida, familia, educación, valores escritos en la naturaleza humana, según el Papa
Papa: atención específica a la familia migrante
jueves, 15 de mayo de 2008
Gobierno comunista anuncia introducción de aborto químico en Cuba
El presidente de la Sociedad Cubana de Desarrollo de la Familia, Miguel Sosa, informó que se "ha comenzado, de forma limitada aún, la introducción del aborto medicamentoso", el cual "se irá extendiendo escalonadamente a los 96 hospitales autorizados" para practicar abortos.
En declaraciones al diario oficial Granma, Sosa indicó que el objetivo es que el 80 por ciento de los abortos se realicen con métodos químicos "bajo riguroso control médico". El médico cubano admitió que en la isla el volumen de abortos "es elevado".
El aborto químico consiste en inducir el consumo de un fármaco que inicia el proceso abortivo, para luego terminarlo como atención de un aborto incompleto.
A fines el año pasado, Gynuity, la ONG que dirige la estrategia mundial del aborto químico, publicó un documento que introduce la práctica del aborto de manera masiva y enseña a burlar las legislaciones nacionales que lo prohíben.
Ante ello, Janet Ramos Barrientos, del Comité Legal de Alianza Latinoamericana para la Familia (ALAFA), explicó a ACI Prensa que Gynuity está a cargo de dirigir esta estrategia mundial desde 2003.Indicó que el proyecto diseñado entonces para introducir este tipo de aborto en Brasil, Colombia, México y Perú, fue desarrollado a pedido de la International Planned Parenthood Federation (IPPF), el mayor promotor de abortos quirúrgicos del mundo.
El aborto seguro no existe afirma la prensa oficial cubana Granma y la clase médica
Después de décadas de aborto masivo aseguran que el aborto quirúrgico daña a muchas mujeres
Publicamos a continuación el artículo íntegro de Granma ( http://www.granma.cubaweb.cu) por su interés :
Verdades sobre el aborto
Un 60% de las mujeres que presentan infertilidad tiene como antecedente el hecho de haberse realizado un aborto o más. Especialistas afirman que existe una percepción baja sobre los riesgos que provocan las técnicas invasivas relacionadas con esa práctica. Resulta fundamental la responsabilidad de la pareja para evitar embarazos no deseados. Próxima introducción del medicamento Misoprostol como método seguro de efectuar interrupciones voluntarias. Píldoras anticonceptivas en función de sustituir progresivamente el uso de dispositivos intrauterinos
JOSÉ A. DE LAOSAdelaosa@granma.cip.cu
Aunque se trate de una técnica relativamente sencilla y segura, lo cierto es que el aborto es un proceder riesgoso, que se practica a ciegas, y puede tener complicaciones aun cuando se realice por las manos más expertas y en los mejores servicios.
Las tabletas anticonceptivas están a la venta en las farmacias del país.
Investigaciones realizadas indican que más del 20% de las parejas en uniones estables presentan dificultades para concebir un embarazo, y aunque las causas de la infertilidad son compartidas, el antecedente de haberse realizado un aborto o más, aparece en un 60% de las mujeres que presentan infertilidad de causa tubárica (obstrucción de trompas).
Incluso, en condiciones médicas óptimas, estas interrupciones pueden originar riesgos como la persistencia de restos ovulares, el denominado aborto incompleto, con alta incidencia de infección. Son frecuentes también las complicaciones hemorrágicas y lesiones traumáticas como las perforaciones uterinas que, en ocasiones, ponen en peligro la vida de la mujer.
Sin embargo, a juicio de los especialistas, la percepción que tienen las mujeres sobre los riesgos del aborto "es baja", atendiendo a que muchos de los trastornos que originan estas técnicas invasivas son "silentes" y se manifiestan a largo plazo, como las complicaciones inflamatorias que dañan el sistema reproductivo, principalmente las trompas.
Hoy por hoy se considera que el volumen de abortos voluntarios (por libre decisión de la mujer) es elevado, aunque el propósito principal de las políticas de planificación familiar en el país se encamina a la disminución de esta práctica al mínimo indispensable, atendiendo a los problemas de salud que genera.
La educación sexual y los esfuerzos dirigidos a promover conductas responsables frente a las relaciones de pareja, específicamente las sexuales sobre la base del respeto mutuo, la comprensión y el amor, sin duda posibilitan evitar embarazos no deseados e inoportunos que terminan en aborto.
La responsabilidad en las relaciones sexuales siempre es de los dos.
La otra vía es disponer de mejores servicios de anticoncepción y mayor variedad de anticonceptivos, teniendo en cuenta que alrededor del 20% de estas interrupciones de embarazo se relacionan con un fallo anticonceptivo, y un porcentaje similar podría evitarse por decisión de la pareja o de la mujer si practican una anticoncepción responsable.
Un experto internacional en el tema, el profesor Miguel Sosa Marín, especialista de segundo grado en Ginecobstetricia y presidente de la Sociedad Cubana de Desarrollo de la Familia (Socudef), indicó a Granma que nuestro sistema de salud ha comenzado, de forma limitada aún, la introducción del aborto medicamentoso con Misoprostol, que se irá extendiendo escalonadamente a los 96 hospitales autorizados para practicar las interrupciones voluntarias.
Durante el presente año, informó, es propósito de las autoridades de salud que el 80% de todas las interrupciones de embarazo por libre decisión de la mujer se lleven a cabo con este proceder, consistente en la colocación de una tableta de Misoprostol en la vagina, bajo riguroso control médico.
Esta técnica comporta una alta seguridad para la paciente y un mínimo de complicaciones, sin que se abandone por ello la atención médica al aborto quirúrgico y otros servicios que se prestan.
Las regulaciones menstruales o aspiraciones se realizan en la actualidad en 32 hospitales autorizados y, fundamentalmente, en 321 policlínicos, practicadas por ginecobstetras y especialistas en Medicina General Integral debidamente capacitados para ese fin.
El disponer de servicios de aborto de alta calidad y poder optar por el aborto voluntario basado en el "libre derecho de la mujer o la pareja a decidir sobre su reproducción", es un logro de las mujeres cubanas en su lucha por el pleno ejercicio de igualdad entre los géneros conquistado desde inicios de la década de los sesenta. Esta aceptación legal tuvo en cuenta, además, la necesidad de disminuir las complicaciones por la práctica extendida e indiscriminada de abortos ilegales.
Dos nuevos anticonceptivos orales de producción nacional y alta calidad, el Trienor y el Etinor, se encuentran a la venta sin receta médica en la red de farmacias del país. Ambos medicamentos, sustentó el profesor Sosa, contribuirán también a la sustitución progresiva del uso de los dispositivos intrauterinos que, empleados durante largos periodos, pueden generar trastornos inflamatorios en la mujer.
Asimismo, a partir del segundo semestre de este año comenzará la venta en farmacias, sin receta médica, del Levonogestrel, conocido como "anticoncepción de emergencia", o "píldora del día después", para cuando ocurren fallos anticonceptivos.
La disponibilidad de forma creciente de estos nuevos recursos, unidos a programas de educación, tanto generales como sexuales, responde a un objetivo principal de nuestras autoridades sanitarias: la de disminuir las interrupciones voluntarias de embarazo susceptibles de ser evitadas, ya sea por decisión de la mujer, la pareja o mediante una anticoncepción eficaz.
Para ver el video haz click sobre la imagenVer los movimientos como «don providencial»: invitación a obispos del mundo / Autora: Marta Lago
ROCCA DI PAPA, (ZENIT.org).- El presidente del Pontificio Consejo para los Laicos llama a los obispos del mundo a contemplar los movimientos eclesiales y nuevas comunidades no como un «problema», sino como «un don providencial» que Iglesia debe recibir con gratitud y responsabilidad.
Así ha abierto este jueves el cardenal Stanislaw Rylko el Seminario de Estudio -en la localidad romana de Rocca di Papa- en el que, convocados por el dicasterio (v. www.zenit.org/article-27280?l=spanish), un centenar de prelados de más de cincuenta países de los cinco continentes profundizan sobre el significado teológico-eclesial y pastoral del fenómeno de los movimientos eclesiales, así como en su deber de pastores ante los mismos.
Clave de estas jornadas es la invocación comunitaria al Espíritu Santo para «conocer y comprender mejor el proyecto de Dios en estos nuevos carismas, discernir correctamente el carácter genuino y el uso ordenado en el seno de las comunidades cristianas, acogerlos con confianza y gratitud en el tejido de las Iglesias encomendadas a nuestra atención pastoral» y brindar el acompañamiento «en su misión con auténtico sentido de paternidad espiritual», explica el cardenal Rylko.
La exhortación de Benedicto XVI (en 2006, a un grupo de obispos), «Os pido que salgáis al encuentro de los movimientos con mucho amor», es la guía del Seminario, apoyado en el magisterio de los dos últimos pontífices sobre las nuevas realidades eclesiales -que siempre han contemplado con confianza--, «uno de los frutos más significativos del Concilio Vaticano II», apunta el purpurado.
Y es que, «una vez más --añade--, el Espíritu Santo intervino en la historia, donando a la Iglesia carismas portadores de un extraordinario dinamismo misionero y respondiendo tan oportunamente a los dramáticos desafíos de nuestra época», entre los que subrayaba el Papa Karol Wojtyla el dominio «de una cultura secularizada que fomenta y reclama modelos de vida sin Dios».
«Es innegable» -continúa el cardenal Rylko- que «movimientos y nuevas comunidades se han convertido para millones de bautizados, en todo rincón del planeta, en verdaderos "laboratorios de la fe", auténticas escuelas de santidad y de misión»; con todo, «representan un recurso que aún no se conoce o valora plenamente».
«Los movimientos lanzan el desafío de una Iglesia misionera, valientemente proyectada a nuevas fronteras», «y en nuestros días la Iglesia tienen gran necesidad de abrirse a esta novedad generada por el Espíritu Santo»; «de estas "cosas nuevas" deberían ser los pastores los primeros en percatarse», «pero sabemos que no siempre es así», lamenta el cardenal Rylko.
Y exhorta: «Los pastores -y esto hay que subrayarlo con fuerza- no deben contemplar los movimientos y nuevas comunidades como un "problema" más del que se tienen que ocupar, sino más bien como un "don providencial" que la Iglesia debe recibir con gratitud y sentido de responsabilidad, para no desperdiciar el recurso que representan».
Puntos de discernimiento
Tal don comporta deberes para los laicos y para los obispos, subraya el cardenal Stanislaw Rylko en su intervención introductiva; de hecho, el propio Juan Pablo II «insistía mucho en el hecho de que estas nuevas realidades están llamadas a insertarse en las diócesis y en las parroquias "con humildad"», «al servicio de la misión de la Iglesia y evitando todo tipo de exclusivismo y de absolutización de sus propias experiencias» o «actitud de superioridad unas respecto a otras».
Pero el desaparecido pontífice «también pedía a los Pastores -obispos y párrocos- que las acogieran "con cordialidad" y con paterna solicitud».
El deber de discernimiento de estos carismas compete a los pastores de la Iglesia, y a ello ayudan «cinco "criterios de eclesialidad"» que formuló Juan Pablo II y recuerda el cardenal Rylko al centenar de obispos: «Que se dé primacía, en el seno de cualquier agregación de fieles laicos, a la vocación a la santidad; la obediencia al magisterio de la Iglesia; el testimonio de una comunión sólida y convencida con los obispos y con el Sucesor de Pedro; la evangelización; la presencia incisiva en la sociedad como levadura evangélica».
Asimismo, como recuerda el purpurado, el Papa Karol Wojtyla, respecto a la identidad eclesial de los movimientos, subrayaba que «en la Iglesia no existe contraste y contraposición entre la dimensión institucional y la dimensión carismática, de la que los movimientos son una expresión significativa».
Ambas «son co-esenciales a la constitución divina de la Iglesia fundada por Jesucristo --añadía--, porque concurren a hacer presente el misterio de Cristo y su obra salvífica en el mundo».
Estando al frente de la Congregación vaticana para la Doctrina de la Fe, el cardenal Joseph Ratzinger también brindó puntos para el discernimiento y la inserción de estas nuevas realidades en el tejido de las Iglesias particulares: «La integración --decía-- jamás puede significar homologación porque la comunión eclesial no es uniformidad absoluta, sino unidad en la diversidad».
«Como pontífice [Joseph Ratzinger] sigue insistiendo en la importancia del criterio de la docilidad a la acción del Espíritu en el seno de la comunión eclesial», señala; también constata el Papa en los movimientos su fuerza en testimoniar la belleza de ser cristianos.
Sobre la relación «Iglesia/movimientos», el actual pontífice ha expresado la prioridad de la regla paulina: «no apaguéis los carismas», y como segunda regla: «la Iglesia es una», y sintetiza ambas directrices en las palabras «gratitud, paciencia y aceptación también de los sufrimientos que son inevitables», cita el cardenal Rylko.
E insiste: «El Papa Benedicto XVI pide a los obispos abiertamente "salir al encuentro de los movimientos con mucho amor". Aquí y allí [estos] deben ser corregidos, introducidos en el conjunto de la parroquia o de la diócesis. Pero debemos respetar el carácter específico de sus carismas y estar alegres de que nazcan formas comunitarias de fe en donde la Palabra de Dios se hace vida"».
Más que simple acogida
Siguiendo el magisterio de Benedicto XVI --explica el cardenal Rylko--, es necesario un acompañamiento paterno de los nuevos carismas por parte del obispo que los acoge en el seno de la propia Iglesia particular.
«No basta con acoger un movimiento; es necesario seguirlo con la debida solicitud pastoral», una tarea -recalca el purpurado- que implica esfuerzo y «conocimiento adecuado de las realidades singulares presentes y activas en la diócesis», «diálogo paciente» y respeto de sus carismas específicos.
En esta tarea de acompañamiento también se cuenta con el Pontificio Consejo para los Laicos, «casa común -describe su presidente- de los movimientos eclesiales y de las nuevas comunidades, y expresión directa, respecto a estos, de la paternidad del Sucesor de Pedro».
Estos puntos sobresalientes del magisterio de los dos últimos pontífices -en perfecta continuidad-- permiten comprender «la importancia del fenómeno de los movimientos eclesiales», si bien siguen requiriendo profundización.
«Pero es indudable que el rostro de la Iglesia del tercer milenio dependerá de nuestra capacidad de escuchar lo que el Espíritu Santo dice hoy a la Iglesia, también mediante estos nuevos carismas --admite el cardenal Rylko ante los prelados--. Dependerá de nuestra capacidad de dejarnos sorprender por el Espíritu Santo y de la prudencia pastoral de saber acoger los dones "con amor"».
Benedicto XVI recibirá a los participantes del Seminario el próximo sábado.
Correr para unir el mundo
María en la vida de Chiara Lubich
Benedicto XVI elogia virginidad consagrada, "incomprensible para el mundo"
VATICANO, 15 May. 08 / 08:52 am (ACI).- Al recibir a quinientas mujeres pertenecientes al Ordo Virginum, llegadas a Roma en peregrinación para participar en un congreso internacional sobre la virginidad, el Papa Benedicto XVI elogió el don de la virginidad consagrada para la Iglesia, aunque éste sea incomprendido por el mundo.
El Santo Padre recordó que la virginidad consagrada era "un don en la Iglesia y para la Iglesia", como dice el congreso, y las invitó a "crecer día tras día en la comprensión de un carisma tan luminoso y fecundo a los ojos de la fe, cuanto oscuro e inútil a los del mundo".
"El Orden de las Vírgenes constituye una expresión particular de vida consagrada, que volvió a florecer en la Iglesia después del Concilio Vaticano II -explicó el Santo Padre- pero sus raíces son antiguas; se hunden en los inicios de la vida evangélica cuando, como novedad inaudita, el corazón de algunas mujeres comenzó a abrirse al deseo de la virginidad consagrada: al deseo de entregar a Dios todo el ser que se realizó extraordinariamente por primera vez en la Virgen de Nazaret y en su 'sí'".
"Vuestro carisma debe reflejar la intensidad y también la frescura de sus orígenes", dijo Benedicto XVI; al destacar que esta vocación está "profundamente enraizada en la Iglesia particular", a la que las consagradas pertenecen y "de la existencia de la diócesis, con sus tradiciones, sus santos, sus valores, límites y dificultades" estas personas llegan a "la Iglesia universal, sobre todo compartiendo la oración litúrgica"."La elección de la vida virginal es efectivamente un llamamiento al carácter transitorio de la realidad terrestre y un anticipo de los bienes futuros. Sed testigos de la espera vigilante y laboriosa, de la alegría, de la paz que es propia de quien se abandona al amor de Dios. Estad presentes en el mundo y peregrinad hacia el Reino", concluyó el Papa.
El derecho a no nacer / Autor: Francesc Torralba Roselló
La ética mínima es incapaz de aportar soluciones de peso y el ordenamiento jurídico depende, cada vez más, del electoralismo de las campañas políticas y los intereses estratégicos. Para tomar decisiones oportunas, se requiere competencia, audacia y, sobre todo, prudencia.
Estas transformaciones de la medicina y, en particular, de la genética y la embriología pueden generar cambios psicológicos gravosos y abrir la puerta a la discriminación, por ejemplo, en la selección de empleados y entre los usuarios de seguros.
Esta posibilidad se podría hacer realidad si se permitieran los tests genéticos, pues en tal caso, se podrían crear nuevas categorías sociales, una especie de clase proletaria genética, excluida de distintos derechos y prestaciones.
Nacer y vivir, ¿quién toma la decisión? Nuestro primer derecho -decía una joven con síndrome de Down- es el de nacer, pero según cómo se apliquen las nuevas tecnologías a la vida emergente, la vida puede convertirse en materia de transacción.
Las opiniones de algunos científicos resultan, al respecto, estremecedoras: “Ningún niño recién nacido -decía Francis Crick, Premio Nobel de Fisiología y Medicina en 1962- debería ser reconocido como humano antes de haber pasado un cierto número de tests referidos a su dotación genética (...) si no supera estos tests, pierde su derecho a la vida”.
En tales condiciones se podría plantear el derecho a no nacer. ¿Qué grado de perfección se debería exigir a un hijo engendrado para darle el permiso de nacer?
Ante el nacimiento de un niño discapacitado, ¿se podría considerar que la misma vida pueda constituir un perjuicio que dé derecho a indemnización?
A este propósito merece la pena comentar la que se ha denominado doctrina Perruche o el derecho a no nacer. En 1982, la francesa Josefine Perruche, en estado de gestación, ante una infección de rubéola de su hija mayor, pidió un diagnóstico advirtiendo que en caso de que ella estuviera contagiada, abortaría. El médico que realizó las pruebas concluyó, erróneamente, que Josette no padecía rubéola. Así, prosiguió el embarazo y alumbró a Nicolás, que nació con severos trastornos.
Diez años después, los padres de Nicolás demandaron ante un tribunal francés a los responsables del error médico y obtuvieron una indemnización. La indemnización tenía como fin suplir todas las consecuencias de la minusvalía durante toda la vida del niño.
No cabe duda que, en este caso, se tiene que reconocer la negligencia profesional del médico, pero el problema del caso no radica solamente ahí.
El verdadero meollo de la cuestión está en el supuesto derecho a no nacer que tan habitualmente se reivindica. En sentido estricto, lo que se reivindica es el derecho a decidir que otros no nazcan, puesto que el que decide ya ha nacido. Este supuesto derecho vulnera el principio de equidad, puesto que negar el nacimiento a un ser humano por razones de enfermedad significa, sin más, discriminarle.
La equidad, valor reconocido en el primer y segundo artículo de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre (1948) no puede ponerse en entredicho, bajo el pretexto de la libertad de elección de la madre.
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Fuente: Forum Libertas
Líneas guía para la oración de sanación / Autor: Mirko Testa
ROMA,(ZENIT.org).- La oración de sanación ha sido a lo largo de los siglos un elemento esencial en la vida espiritual de los católicos, ligada inseparablemente a la proclamación del Evangelio.
Los verdaderos pioneros en el ministerio de sanación hay que buscarlos sin embargo en algunos grupos de protestantes que vivieron en Alemania y Suiza, en torno a finales del siglo XIX.
En la Iglesia católica, el Concilio Vaticano II (1962-1965) marca un redescubrimiento de este ministerio, como demuestra la inserción de una enseñanza sobre los carismas en la Constitución sobre la Iglesia, en el nº 12 de la Lumen Gentium.
De modo especial, desde siempre empeñado en profundizar la comprensión y el aprecio del carisma de la sanación en ámbito católico, el Internacional Catholic Charismatic Renewal Services, ICCRS (Servicio de la Renovación Carismática Católica Internacional), un organismo de derecho pontificio reconocido en 1993, tiene la tarea de coordinar y promover el intercambio de experiencias y reflexiones entre las comunidades carismáticas católicas, en cuya espiritualidad participan más de cien millones de fieles esparcidos en 200 países.
Este descubrimiento cobró impulso en 1995, en San Giovanni Rotondo, Italia, cuando fue presentado un encuentro de sanación, en el que participaron 30.000 personas para celebrar el ministerio de sanación, entonces llevado adelante por el difunto padre Emiliano Tardif (en la fotografia) .
Posteriormente en 2001, en Roma, el ICCRS organizó, junto al Consejo Pontificio para los Laicos, un Coloquio para examinar el ministerio de sanación presente en la Renovación Carismática, ya analizado por la Congregación para la Doctrina de la fe en una Instrucción ad hoc.
Tras el encuentro, una Comisión doctrinal del ICCRS, presidida por monseñor Joseph Grech, obispo de Sandhursty, Australia, emitió un documento en inglés sobre este argumento titulado «Guidelines on Prayers for Healing» (Líneas guía sobre las oraciones de sanación), que se detiene sobre los contextos histórico, bíblico y teológico y sobre las diversas cuestiones pastorales.
Estas líneas guía se sitúan en la línea de los documentos de Malinas, realizados a comienzos de los años 70 tras coloquios promovidos en su diócesis por el cardenal Leòn Joseph Suenens, que fue un gran sostenedor de la Renovación Carismática, y fruto del trabajo de una Comisión doctrinal y teológica, que contaba entre sus miembros con el entonces cardenal Joseph Ratzinger.
En el documento se afirma que «la vasta difusión de los carismas de sanación y el desarrollo de varias prácticas y ministerios en los que se ejercitan, han hecho surgir la necesidad de un prudente discernimiento, en modo especial por parte de los pastores de la Iglesia».
Al mismo tiempo, en nuestros días se observa la tendencia a recurrir a la «medicina holística» o a formas de medicina alternativa para poner freno «a la desesperación que conduce a las personas débiles a buscar ayuda de cualquier fuente», y a menudo las fuentes son «tanto paganas como esotéricas, bajo forma de religión popular tradicional o como nuevas religiones con un énfasis en la aspecto terapéutico».
Del mismo modo, se advierte, «la acción de Satanás no se toma en seria consideración por muchos dentro de la Iglesia».
«Uno de los descubrimientos hechos por quienes están implicados en el ministerio de la sanación --puede leerse-- es la profundidad de las heridas interiores que necesitan ser sanadas en aquellas personas que exteriormente aparecen con salud y normales pero que, en el ‘interior', sufren profundamente».
Son diversos los tipos de enfermedad a los que se aplica este ministerio: física (para sanar enfermedades e invalideces); psicológica (para cicatrizar las heridas emotivas); espiritual (para restablecer la relación privilegiada con Dios resquebrajada por el pecado); exorcismo (para echar a los demonios) y liberación (para liberar a una persona de la influencia malvada a través de la oración dirigida a Dios); de la memoria (para la purificación de un pueblo o de una sociedad de los males del pasado); intergeneracional (para allanar los desórdenes heredados de los progenitores); de la tierra (para afrontar la contaminación y los daños causados al medio ambiente).
En efecto «el carácter esencialmente gratuito de la sanación» lo hace «algo derivado de la libre iniciativa de Dios, y del contexto eclesial de la curación».
El intento llevado adelante por la Renovación Carismática es el de integrar los carismas en una renovada vida sacramental, en «un encuentro con la potencia sanadora de Cristo en un contexto sacramental... en una renovación de la fe sacramental, en una más profunda conciencia de que el Señor resucitado está presente y actúa en primera persona en los sacramentos para comunicar su gracia vivificante».
Ya de se trate de contextos litúrgicos (unción de los enfermos, liturgia de la Palabra, Santa Misa) o no, «los sacramentos, de modo especial la Eucaristía, son los contextos privilegiados en los que Cristo comunica su potencia sanadora y actualiza de modo misterioso en la Iglesia las obras que el mismo realizó durante la vida terrena».
Sin embargo, es necesario asegurarse de que «la Santa Misa y el Santo Sacramento no sean instrumentalizados para el beneficio de las oraciones de sanación sino que sean respetados en su finalidad, que es la de conducir al fiel a una comunión espiritual con Cristo».
Las líneas guía ponen también en guardia sobre un aspecto especial, el hecho de que el ejercicio de los carismas no puede acompañarse con el pecado, sino que debe unirse a la oferta al Señor de un corazón contrito y humillado.
Además, el poder de sanación es donado en un contexto misionero, no con vistas a la exaltación de los individuos, sino para confirmarles en su misión: «Un carisma de sanación no debe nunca ser tratado como una propiedad personal o usado para atraer la atención sobre sí».
Pero sobre todo «es importante que las sanaciones no sean nunca consideradas como aisladas, como eventos individuales, sino más bien como momentos de gracia dentro de un proceso de conversión de amplio alcance que se refiere a las vidas de las personas tocadas de este modo».
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Traducido del italiano por Nieves San Martín
José Funes: «No somos hijos del caos, sino de Dios, pero eso no contradice el Big Bang» /
Entrevista al Director del observatorio astronómico vaticano
Castel Gandolfo- Como astrónomo y sacerdote, ¿le resulta difícil compaginar la ciencia y la fe?
-No, ni considero tampoco que sea artificial coaligar ciencia y fe. Yo nací en una familia católica y, cuando era muchacho, me interesé mucho por la astronomía. Tal vez mi primer impulso fue cuando vi, de pequeño, la llegada de los americanos a la Luna. A pesar de que muchas veces se presenta a los católicos como opuestos a la ciencia, mi familia, que era muy creyente, me animó desde niño a que siguiera mi pasión y me dedicara a la astronomía.
-Juan Pablo II se mostró favorable al darwinismo mientras que Benedicto XVI parece más cerca del creacionismo. ¿Hasta cuándo durará el pulso sobre este asunto?
-No es justo oponer al actual Papa con su predecesor al hablar de darwinismo y creacionismo. Lo que dijo Juan Pablo II en 1996 es que la evolución es más que una mera hipótesis. Luego, en su discurso, dice más adelante que no se puede tener una idea del hombre puramente evolucionista o puramente creacionista. Para Benedicto XVI, el diálogo entre ciencia y fe es algo importante. Nos señala algunas veces el peligro de querer explicar la realidad humana desde una visión cientificista. Yo no soy biólogo, sino astrónomo, y desde mi formación podemos tomar la célebre frase de Carl Sagan: «Somos polvo de estrellas», y ver que desde una perspectiva científica es cierta. Los átomos de nuestro cuerpo en algún momento estuvieron en el interior de las estrellas. Pero ésta es una visión reducida del hombre, es poco decir que sólo somos polvo de estrellas. Somos más que eso, tenemos cierta dignidad, que constituye la base de los derechos humanos. La dignidad nos viene porque estamos hechos a imagen y semejanza de Dios. Somos polvo de estrellas pero con aliento divino.
-¿El Big Bang es obra de Dios?
-Creo que es la mejor explicación científica que, hasta ahora, tenemos del origen del Universo. Pero en esta explicación hay muchas cosas que no sabemos. Del 100% del Universo, sólo conocemos el 4%. Hay, pues, mucho trabajo por hacer. Dicho esto, como creyentes sabemos que no somos hijos del caos, de una explosión, sino que somos hijos de Dios. El proyecto no es evolutivo, sino global. Esa realidad de fe no está en contradicción con el Big Bang.
-¿Es posible que haya vida inteligente más allá de la Tierra?
-El Universo está formado por 100.000 millones de galaxias. Si dividimos el número de galaxias por el número de habitantes de nuestro planeta, a cada uno nos tocarían 15 galaxias, más o menos. En estas galaxias, supongamos que haya alguna estrella semejante al Sol, que haya desarrollado planetas y que en alguno de esos planetas se haya producido la vida como la conocemos. Si todo esto coincide, es posible que exista vida y seres inteligentes, aunque no tenemos pruebas ahora mismo de ello.
-Si hay más vida inteligente, ¿puede haber también más de un Dios, responsable de la creación de esos otros seres?
-Por definición, Dios es único.
-Pero es único para nosotros.
-Desde el punto de vista católico, entiendo que Dios es uno. Ahora, teniendo en cuenta el enorme número de galaxias, algunos especulan que haya infinitos universos. Yo no creo que ello requiera la necesidad de otro Dios. Así como creó 100.000 millones de galaxias, ¿por qué no iba a crear infinitos universos? No hay una contradicción con la imagen católica de Dios.
-La ciencia tiende a probarlo todo. ¿Por qué no se puede probar la existencia de Dios?
-La ciencia trata sobre causas naturales: por qué y cómo suceden las cosas. Pero Dios es sobrenatural, va más allá del objeto formal de la ciencia. Por ejemplo, si nos preguntamos por qué existe este Universo y no existe la nada, la pregunta va más allá del método científico, tiene que ver con la filosofía o con la teología. ¿Por qué existimos nosotros? ¿Por qué hay gente que sufre? La biología puede explicar algunas cosas pero el sufrimiento moral, por ejemplo, supera sus fronteras.
-Desde el punto de vista teológico, ¿se puede decir que nuestro planeta es un elemento central de la creación?
-Más que como un lugar físico en el Universo, diría que el hombre y la mujer sí son el centro, porque tenemos inteligencia y somos seres espirituales. Los relatos de la creación de la Biblia no los podemos leer de manera literal, hay que tener en cuenta el contexto histórico.
-¿Cómo puede contribuir el Observatorio a que la Iglesia no sea vista como enemiga de la ciencia, como afirman algunos?
-Desde el caso de la visita fallida de Benedicto XVI a la Universidad La Sapienza han quedado heridas que el Observatorio Astronómico Vaticano trata de curar siendo puente entre la Iglesia y el mundo de la ciencia. Nuestra misión es explicar la Iglesia al mundo de la ciencia, decirle que los católicos no tienen miedo al desarrollo científico. De hecho, por eso León XIII fundó esta institución: para mostrar que la Iglesia promueve la ciencia sólida y verdadera, como afirmó entonces. La crisis de La Sapienza tuvo un gran componente mediático, no responde a las cordiales relaciones que mantenemos continuamente con nuestros colegas astrónomos.
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Fuente: La Razón
Libertad religiosa / Autor: Santiago MARTÍN
Tienen una oportunidad y es responsabilidad de ellos aprovecharla para cerrar heridas o, por el contrario, usarla para abrirlas aún más.
La Iglesia no está en contra de la libertad religiosa. Basta con leer el discurso del Papa en la ONU del pasado 18 de abril. La cuestión está en definir de qué libertad religiosa estamos hablando. Nosotros nos referimos a la que el Papa defendió en Nueva York con estas palabras: «Es inconcebible que los creyentes tengan que suprimir una parte de sí mismos -su fe- para ser ciudadanos activos. Nunca debería ser necesario renegar de Dios para poder gozar de los propios derechos. Los derechos asociados con la religión necesitan protección sobre todo si se los considera en conflicto con la ideología secular predominante o con posiciones de una mayoría religiosa de naturaleza exclusiva. No se puede limitar la plena garantía de la libertad religiosa al libre ejercicio del culto, sino que se ha de tener en la debida consideración la dimensión pública de la religión».
Los católicos no tenemos miedo a la libertad. Lo que tememos es que usen esa palabra como camuflaje de la dictadura. Y, en eso, algunos son expertos.
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Fuente: la Razón
“Si no se mira al sufrimiento cara a cara, se está muerto en vida”
La Universidad Francisco de Vitoria (cerca de Madrid) acogió el 7 de mayo un encuentro entre el rabino Moshé Bendahan y el sacerdote Florencio Sánchez, L.C. en el marco de las Horas Newman, título con el que la Universidad nombra las sesiones dedicadas a la reflexión Fe-Razón. Esta vez, el tema a tratar fue el sufrimiento humano.
Tres caminos que marcan nuestra vida
El rabino Moshé comenzó su exposición comentando la teoría del rabino Rabá: que la vida de la persona no depende de la conducta sino del destino. Para matizar este presupuesto, explicó que existen tres caminos diferentes para los acontecimientos de la vida: decretos fijos, pruebas y libertad de elección. Tres vías que explicarían la existencia del sufrimiento.
Por una parte, los decretos fijos son aquellas marcas con las que el ser humano ya nace. Según la Cábala, a la que aludió el Rabino Moshé, esto se puede explicar por la reencarnación. La vida del hombre necesita reparación por el pasado y por ello sufre. El segundo camino serían las pruebas, aquellas que precisa el alma para perfeccionarse. El sufrimiento sería, así, un método por el que el hombre se eleva.
Por último, la libertad de elección, aquellas deliberaciones de la persona que conllevan un sufrimiento para ella o para otro. “Los acontecimientos no son casuales –concluyó el Rabino- hay una razón por la que el sufrimiento toca a una persona. Pero para eso hay que saber vivir con fe, con la fe que da el convencimiento de que nadie nos ama más que Dios, ni nadie sabe mejor que Él lo que nos conviene; además, Él nunca se equivoca”, afirmó.
Dolor: suelo sagrado en una persona concreta
El segundo turno fue para el sacerdote Florencio Sánchez L.C., quien comenzó con una premisa: el sufrimiento no es un tema de debate, no es algo abstracto, es “suelo sagrado”, es aquello que le ocurre a una persona concreta. Por eso, la reflexión de cada persona ante el dolor es la base de su actitud ante la vida.
Retomando las últimas palabras del Rabino, expuso que “Dios no se equivoca, no se equivoca al darnos la vida, una vida con deseo de plenitud, de belleza. Sin embargo, la vida siempre está amenazada de oscuridades. Pero si no se mira al sufrimiento cara a cara se está muerto ya en vida, esperando, en el fondo, que no nos pasen muchas cosas malas”. Enumeró las actitudes posibles ante el sufrimiento. Por una parte, la angustia y el enfado; por otra, la huida; y en tercer lugar, la fe.
Para plasmar cada una, utilizó un fragmento de la obra de Dostoiewski Los hermanos Karamazov. En ella, uno de los protagonistas afirma que no puede negar la existencia de Dios puesto que la vida está llena de momentos bellos, pero que el sufrimiento de los niños le provoca una absoluta incomprensión con esa obra divina y que, por tanto, devuelve la “entrada” de la vida. “El por qué sufrimos, si es que lo pudiéramos saber, –concretó el sacerdote- no es suficiente, no nos consuela. Lo que tenemos que saber es que a Dios sí le importa nuestro sufrimiento porque decidió experimentarlo Él mismo. Ahora sólo queda verificar en nuestra vida si es posible encontrarle un sentido”.
El Instituto John Henry Newman, organizador del acto, nace en la Universidad Francisco de Vitoria, con vocación de "búsqueda de la verdad desde el diálogo y el encuentro". Tiene como objetivo ser un espacio universitario en el que profesores y alumnos se plantean las preguntas de fondo que cada persona alberga en su interior sobre el sentido último de su vida, del amor, el sufrimiento, o la muerte. Invita a cada participante a hacer el ejercicio personal de poner en contacto la fe cristiana con la inteligencia y el corazón para, desde la libertad, verificar personalmente si esa fe tiene capacidad para responder a dichas preguntas.
Más información en www.elsentidobuscaalhombre.com
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Fuente: Forum Libertas
Repetir errores / Autor: Cardenal Ricard Mª CARLES
Si se destruye en el alma del hombre algo tan básico como la atención a Dios, el valor profundo del prójimo como hijo de Dios, el respeto a las normas de comportamiento grabadas en nuestra conciencia por el mismo Dios, el resultado es la destrucción del auténtico humanismo, de la concepción del auténtico ser del hombre. Demasiadas destrucciones esenciales al hombre para que no se traduzcan en errores que engendran dolor y temor. Palpamos lo cierto que es lo afirmado hace generaciones de que «allí donde no hay Dios, no hay tampoco hombre». No hay «hombre auténtico» si no acepta nada que le trascienda. El humanismo ateo no puede llegar más que a la quiebra. Ante recelos equivocados, pero tan repetidos, hay que insistir en que «Dios no es solamente para el hombre una norma que se impone; es el Absoluto que lo fundamenta, el Amado que le atrae, es Lo Eterno que le prepara el único clima respirable, y es, en fin, esa tercera dimensión en la que el hombre encuentra su profundidad.
Quien Le niega, no ve que Aquel al que rechaza es el que le da toda su fuerza y grandeza. En el límite de sus sueños de emancipación total, no se apercibe del servilismo que le amenaza.
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Fuente: La Razón
miércoles, 14 de mayo de 2008
Benedicto XVI: llamamiento por China
La comunidad católica de China ayuda en la zona afectada por el terremoto
Pentecostés en Jerusalén
El hombre que discute con el diablo / Autor: Juan G. Bedoya
"Si a las tres horas no sale, hay que dejarlo para otro día". Se refiere a los demonios. El padre José Antonio Fortea habla del diablo y los demás demonios con familiaridad pasmosa. Siempre en serio, con la razón por delante, sobrado de experiencias. Los no creyentes tienen al principio la tentación de mofarse, y los creyentes no dan crédito. La razón y la fe, oyéndole, se comportan como los dos platillos de una balanza: a medida que una sube, baja la otra.
"Si a las tres horas de exorcismo el demonio no sale del cuerpo del poseído, hay que dejarlo para otro día"
Hay testigos de cómo el padre Fortea discute con el diablo, incluso grabaciones en vídeo. Algunos lo cuentan con espanto, negándose a creer; otros, con la fe del carbonero. Quien acudió para encontrar el secreto del truco ha renunciado a buscar explicaciones. Ni cree, ni deja de creer. Sencillamente, no sale del asombro.
En España actúan cinco exorcistas. Los obispos guardan en secreto los nombramientos. En cambio, el padre Fortea es público y notorio (en la web http://www.fortea.ws/ expone una galería de libros, fotografías y opiniones, con gran vistosidad). Y sabe dónde están los otros exorcistas, a los que remite los casos que les corresponden.
Que el oficio del exorcista católico intenta ser riguroso lo certifica el Vaticano, que organiza cursos para preparar a sacerdotes "a expulsar espíritus malignos de aquellos poseídos por el demonio". Las clases duran dos meses y se desarrollan en el prestigioso Ateneo Pontificio Regina Apostolorum. Las lecciones son sobre la antropología del satanismo y la posesión diabólica, y sobre el contexto histórico y bíblico. La noticia del último seminario la distribuyó la BBC londinense.
El padre Fortea viste sotana con duro alzacuello blanco, estudió teología en la Universidad de Navarra y es párroco de Anchuelo, un pueblo de 700 habitantes a las afueras de Alcalá de Henares. Su obispo le envió allí para que tuviera más tiempo para escribir libros y dar conferencias. El prelado auxiliar de Madrid y portavoz de la Conferencia Episcopal, Juan Antonio Martínez Camino, dirigió su tesis en la Facultad de Teología de la Pontificia de Comillas. Se titula El exorcismo en la época actual. El sabio teólogo de Aquino, santo Tomás, escribió la Summa Theologica. El padre Fortea publica ahora su Summa Daemoniaca, un tratado completo de demonología que edita La Esfera de los Libros. Entre sus otros libros hay uno que se titula Exorcística, un manual de uso imprescindible para sus colegas.
El exorcista José Antonio Fortea sostiene en sus manos una figura del Niño Jesús, de estilo gótico- CRISTOBAL SÁNCHEZ
El aspecto de Fortea es el de un cura del Opus. Tímido en apariencia, la voz callada, pero firme en los principios, casi retador, habla con la rotundidad de los convencidos, incluso sobre las reticencias de sus superiores a que salga tanto en los medios de comunicación. Nació en la misma ciudad que san Josemaría Escrivá, Barbastro (Huesca), en 1968. Pero no. "No soy del Opus Dei, nunca lo he sido. Fui a Navarra porque su Facultad de Teología es una de las mejores del mundo, y en su seminario había una gran vida espiritual. Sabía que siempre me considerarían del Opus Dei por haber ido, pero no me importaba. Lo importante era formarme bien", afirma.
Hay una sesión de exorcismo, concreta, precisa, reiterada, con nombres y apellidos que le tiene sumido en angustias e interminables oraciones. Lo relata de palabra, y está recogida en el libro que publica ahora. Se trata de Marta, un caso de posesión demoniaca, según el diagnóstico del exorcista.
Marta era universitaria. "Cuando aparecieron los primeros signos de posesión: trances, convulsiones, conocimiento de lenguas por ella desconocidas, aversión a lo sagrado, etcétera. En tres ocasiones llegó a levitar. Ni su madre ni yo albergamos la menor duda acerca del carácter sobrenatural de lo que padecía", dice Fortea.
El escritor Lorenzo Silva, que ha visto a Fortea "luchar contra el Enemigo", resume: "La escena es potente. Un poseso agitándose y gritando todo tipo de blasfemias con voz horrenda, y el exorcista, tranquilo, rezando sus latines y conminando al demonio a que diga cómo entró y a salir del infortunado. Sólo es eso, oración, durante horas. No más de tres por sesión. Si a las tres no sale, hay que dejarlo para otro día".
Han pasado cinco años, y Marta sigue poseída. "Cinco años de oraciones, a razón de más de tres horas semanales como media, es algo que acaba con la paciencia de cualquiera", reconoce el padre Fortea. Confía en vencer al demonio, y que Marta volverá a ser como fue. Ha liberado antes a otros posesos, cuatro al menos. A otras muchas personas que parecen estarlo las remitió al psiquiatra o a la Seguridad Social. Pero nunca le falta trabajo. "Sí, siempre hay casos. El último fue la semana pasada. Pero no significa que cada semana haya casos nuevos. Hay tres o cuatro nuevos por año. Y algunos requieren oración durante meses", dijo el jueves pasado.
"En las sesiones salen muchos demonios", según Fortea. Es que hay demonios y demonios. Satán es el más poderoso -el Nuevo Testamento lo llama Diablo- , pero también Belcebú, Lucifer, Lilith... "Cada demonio pecó con una intensidad determinada, eso se ve en los exorcismos con claridad. Hay unos demonios que pecan más de ira; otros, de egolatría; otros, de desesperación. Los hay locuaces, los hay más despectivos; en uno brilla de un modo especial la soberbia, en otro el pecado del odio. Aunque todos se apartaron de Dios, unos son más malos que otros".
Pese a sus relaciones con los demonios, Fortea coincide con el Papa en que el infierno, como lugar concreto, no existe. No es que comparta la afirmación de Schopenhauer -"el infierno es el mundo"- ni la de Sartre -"el infierno son los otros"-, pero casi. "Qué son los campos de concentración sino el infierno. Grandes demonios Hitler y el doctor Mengele, por ejemplo. El infierno es vivir la ausencia de Dios. Pero Dios tiene que ser justo. No puede no pasar nada. El infierno es una necesidad de justicia", dice. Sobre otros asuntos puede salirse por la tangente. Al fin y al cabo, "también a Dios, a veces, le gusta no ser serio; en ocasiones, tiene un sentido del humor increíble".
Un día en la vida de Juan Antonio Fortea recuerda la rígida división horaria de El nombre de la rosa, de Umberto Eco, una de sus novelas preferidas. Solitario y austero, en una habitación oscura, rodeado de libros, muchos libros, el joven exorcista de Alcalá de Henares comienza el día con el rezo de Laudes, desayuna, escribe hasta las doce -"libros de teología o novela"-, reza, acude a la parroquia (mañana y tarde) para atender a las personas que ese día le han ido a ver, vuelve a rezar, almuerza en casa mientras ve reportajes del Canal Historia, juega una partida de ajedrez, reza de nuevo, escucha música clásica o de bandas sonoras, cena viendo más reportajes o una película -"las veo a trozos, sólo media hora, en cada cena"-, y antes de acostarse reza otra vez, lee la Biblia y hace examen de conciencia. "Para envidia de insomnes, me duermo en tres minutos. Y recuerdo lo que he soñado cada noche con toda claridad".
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Fuente: El País
Un posible decálogo de la Nueva Evangelización hoy en Europa / Monseñor Bruno Forte, arzobispo de Chieti-Vasto
2.¡No te cierres en la pertenencia tranquilizadora o en el egoísmo ligado al interés de tu grupo!
3.¡Ábrete al Misterio santo, que te envuelve a ti y todo lo que existe, y ayuda al buscador del Misterio, que hay en ti y en todo corazón inquieto, a reconocer sus signos en la vida y en la historia!
4.¡Respeta al otro en su diversidad, y disponte a recibir el don y la riqueza que él, en cuanto diverso, representa para ti y para tu comunidad!
5.Acoge el don de Dios, ofrecido en Cristo Jesús, en la obediencia de la fe. No seas incrédulo, sino creyente, y confiesa el único nombre en que se da a los hombres la reconciliación: el Señor Jesús.
6.Vive tu fe de tal modo que irradies la fuerza y la belleza de la reconciliación dada en Cristo, y que la anuncies a tiempo y a destiempo como buena noticia para todo hombre y para todo el hombre, así como para la entera comunidad de los pueblos y de las Iglesias de Europa.
7.Sé solidario con el otro, reconociendo en su necesidad y en su debilidad su derecho a tu compromiso y al de tu comunidad civil y eclesial.
8.Vive la pasión de la unidad del cuerpo de Cristo, comprometiéndote en la búsqueda de una comunión plena con todos los que creen en él, y acoge con respeto la diversidad religiosa, promoviendo el diálogo y la colaboración con todos los que creen en Dios, sea cual fuere la fe a la que pertenecen, sin renunciar jamás a proponer a todos el don del Evangelio.
9.Sé consciente de tus responsabilidades en relación con toda la familia humana y con esa casa grande que es el mundo, actuando de tal modo que favorezcas al crecimiento de la calidad de la vida de todos en la justicia y en la salvaguarda de la creación.
10.Vive en constante conversión y reforma, y mantente abierto a las sorpresas de Dios, teniendo la valentía de pagar el precio más alto para que la reconciliación prometida y ofrecida en el Evangelio de Jesucristo tome cuerpo en la vida de los hombres.
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Fuemte: Agencia Veritas
Sabios consejos a los jóvenes / Autor: José Ignacio Munilla, obispo de Palencia
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El pasado 19 de abril, tercer aniversario del inicio de su pontificado, el Papa mantenía un caluroso encuentro con los jóvenes y seminaristas de la ciudad de Nueva York. Escuchando su discurso y viendo las imágenes del encuentro, me acordé de aquel refrán irónico y sugerente: "¡Si los jóvenes supieran y los viejos pudiesen!". Afortunadamente, la fluidez de la comunicación del Papa anciano con aquellos jóvenes deseosos de recibir su sabiduría de pastor, despejaba el pesimismo del proverbio y nos llenaba de confianza y esperanza hacia las nuevas generaciones. La Iglesia, ciertamente, necesita del dinamismo y de la fuerza de los jóvenes, al mismo tiempo que los jóvenes necesitan de la experiencia y de la sabiduría de la Madre Iglesia.
El mensaje de Benedicto XVI invitaba a los jóvenes a fijar su mirada en la vida de los santos. Frente a quienes perciben el cristianismo como un cúmulo de mandatos y prohibiciones, los cristianos somos los grandes admiradores de la belleza y de la bondad de Dios. Gracias a esa capacidad de admiración, propia de la sensibilidad que brota de la fe, el joven cristiano está llamado a disfrutar del don de la vida con una intensidad especial. Para ello, el Papa ayudaba a reflexionar a los jóvenes sobre dos riesgos de los que pueden ser víctimas, y les dirigía a continuación cuatro consejos concretos:
Tinieblas del corazón y tinieblas del espíritu
El Papa hacía esta distinción, verdaderamente original e inédita, e introducía a los jóvenes en una reflexión crítica sobre los influjos negativos de la cultura en la que estamos inmersos. ¿A qué quería referirse con esa distinción entre "corazón" y "espíritu"?
Las "tinieblas del corazón" se refieren a la vaciedad de tantos sucedáneos con los que pretendemos suplir la ausencia de auténtico amor en nuestra vida. Lo cierto es que, cuando el hombre no ama, mendiga afectividad de forma errónea. Es como si tuviese que reconocer amargamente: "la droga, el sexo, la diversión desenfrenada... no me hacen feliz, pero son lo único que me compensa de no serlo". Por el contrario, todas estas esclavitudes sumergen al hombre en un drama de insensibilidad para el amor.
Pero Benedicto XVI advertía a los jóvenes de que todavía hay otras tinieblas más densas y opacas, que además de tener la particularidad de no percibirse con facilidad, son, sin embargo, más nocivas: las "tinieblas del espíritu". En efecto, la manipulación de la verdad puede llegar a distorsionar nuestra percepción de la realidad, de modo que confundamos bien con mal, o verdad con mentira. El Papa pone un ejemplo concreto: "¿Habéis notado que, con frecuencia, se reivindica la libertad sin hacer jamás referencia a la verdad de la persona humana?". ¡Así es...! El dogma supremo de nuestra cultura actual parece resumirse en un pretendido "derecho a elegir" absoluto, sin ninguna referencia a la verdad que debe orientar nuestra libertad. ¿Cómo no recordar aquellas palabras de Cristo: "La verdad os hará libres" (Jn 8, 32)? En pocas palabras: si las tinieblas del corazón se caracterizan por frustrar nuestra vocación al amor, las tinieblas del espíritu impiden realizar nuestra vocación a la verdad.
Cuatro consejos para el camino
1º.- El primer consejo es el silencio que nos abre a la comunicación con Dios en un "tú a tú". El Papa anima a los jóvenes a perder el miedo al silencio. Posiblemente, el sobreexceso de ruido en el que estamos inmersos, esconde el temor del hombre a la soledad y al silencio. Y, sin embargo, el silencio no es signo de incomunicación, sino todo lo contrario: la sal de la palabra es el silencio. Frente a una tendencia a reducir nuestra vida espiritual a una relación esporádica con Cristo, Benedicto XVI propone a los jóvenes el ideal de una amistad íntima, fiel y perseverante.
2º.- En segundo lugar, el Papa recomienda a los jóvenes la vivencia intensa de la liturgia. Frente al tópico generalizado de que la liturgia es un lenguaje ininteligible para los jóvenes, les invita a adentrarse en ese misterio de unión entre el cielo y la tierra. Es importantísimo educar a los jóvenes en el lenguaje litúrgico, de modo que puedan llegar a percibir que "cada vez que los sacramentos son celebrados, Jesús interviene de nuevo en nuestra historia".
3º.- El tercer consejo es la práctica de la caridad. En efecto, no nos poseemos en propiedad, y nuestra vida carece de sentido si no es para ejercitarse en actos de amor concretos y eficaces. Por ello, el Papa invita a los jóvenes a estar atentos a las nuevas formas de pobreza que están surgiendo... Lo cierto es que nuestra felicidad pasa, necesariamente, por hacer felices a los demás.
4º.- Y, finalmente, Benedicto XVI invitaba a los jóvenes a estar abiertos a la vocación. Fue una gozada comprobar la confianza y la libertad sin complejos con que se dirigió a los jóvenes para decirles: "Si no lo habéis hecho, planteaos seriamente si el Señor os pide seguirle de un modo radical en el ministerio sacerdotal o en la vida consagrada". Con esa misma confianza, se despedía de ellos invitándoles a participar este verano en la Jornada Mundial de la Juventud... Pero de eso hablaremos otro día.
+ José Ignacio, Obispo de Palencia
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