* Tiempo después en Granada orando ante Jesús Sacramentado asegura que "tuve una sensación que no puedo describir, me sentía incapaz de mirarle, pero al mismo tiempo me atraía. Rompí a llorar como una niña, porque no entendía nada de lo que estaba experimentando, y dejé el grupo. Pero pronto Jesús me atrajo de nuevo hacia Él haciendo resonar dentro de mí, constantemente, esta frase: "Ven y sígueme"
9 de marzo de 2012.- María del Pino Rodríguez de Rivera, conocida como Mapi, tiene 37 años y trabaja como misionera en un barrio marginal de Manila, la capital de Filipinas. Su amor a Dios la ha llevado a 13.000 kilómetros de su Gran Canaria natal para ayudar a los más pobres de la ex colonia española. Pero no siempre fue así. Durante un tiempo vivió "sin rumbo, como perdida, una época en la que todo me daba igual". Buscaba la felicidad en las marchas nocturnas, en las fiestas, incluso en el deporte, donde fue campeona de España de saltos en 1994, con el Club Natación Metropole. "Todo eso es bueno si se vive de forma sana y si se sabe colocar en el lugar que corresponde, pero cuando lo pones en el centro de tu vida, te destruye, porque eso pasa y no es la verdadera felicidad", asegura.
Hoy el centro de su vida es Jesús Eucaristía junto a las Misioneras del Santísimo Sacramento y María Inmaculada y el trabajo con los pobres de Baseco Tondo, una de las zonas más míseras de Manila. Cómo llegó hasta aquí es una historia que merece ser contada. Leer más...