“Los campos de refugiados... muchos de ellos son campos de concentración, son abandonados ahí, a los pueblos generosos que los acogen, que tienen que llevar adelante este peso, porque los acuerdos internacionales parecen ser más importantes que los derechos humanos... La herencia viva de los mártires nos dona hoy a nosotros paz y unidad. Ellos nos enseñan que, con la fuerza del amor, con la mansedumbre, se puede luchar contra la prepotencia, la violencia, la guerra y se puede realizar con paciencia la paz. Y entonces podemos orar así: «Oh Señor, haznos dignos testimonios del Evangelio y de tu amor; infunde tu misericordia sobre la humanidad; renueva tu Iglesia, protege a los cristianos perseguidos, concede pronto la paz al mundo entero. A ti Señor la Gloria y a nosotros la vergüenza»”
Video completo de la homilía del Papa traducida al español