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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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lunes, 6 de julio de 2009

El don y la donación de ser madre según los testimonios de mujeres que son luz para el mundo
6 de julio de 2009.-Algo le ha pasado a la maternidad. Ser madre se entiende hoy como una parcela independiente de la vida de la mujer. Sin embargo, algunas mujeres reclaman la urgencia de devolverle el prestigio a la maternidad, puesto que está ligada íntimamente a la propia identidad femenina. Al convertirse en madre, la mujer se transforma y despliega todos sus talentos, porque tanto su cuerpo como su alma están diseñados para dar la vida y su ser más íntimo está concebido para entrar en comunión especial con el misterio de la creación.

(Sara Martín e Isabel Molina E. / Revista Misión) JANNE HAALAND Matláry, ex ministra de Asuntos Exteriores de Noruega (en la fotografia de la izquierda), cuenta en su libro El tiempo de las mujeres: Notas para un nuevo feminismo, que durante muchos años fue una mujer dedicada a su actividad profesional y consideraba su trabajo como lo primero de todo. Sin embargo, cuando tuvo a sus hijos se dio cuenta de que es en la maternidad donde radica la esencia de lo femenino en su sen­tido más profundo. “La maternidad no es sim­plemente una función auxiliar de la paternidad sino algo diferente”, escribe en su libro. “[Después de ser madre] no he perdido interés por mi trabajo profesional, pero me he dado cuenta de que la maternidad es mucho más importante que cualquier otro trabajo, por muy apasionante que sea”.

Matláry, una mujer nórdica, ha llegado a estas conclusiones en el seno de una sociedad que defiende el igualitarismo entre el varón y la mu­jer a toda costa y que proclama que la maternidad es sólo una construcción social más. Sin embargo, ella se ha propuesto promulgar lo que denomina un feminismo mucho más radical: “Mi tesis –que no es en absoluto original– es que hoy las mujeres tienen necesidad de reafirmar la importancia de la maternidad, tanto en sus propias vidas como en el conjunto de la sociedad. (…) Pero la cuestión esencial no es sólo de orden práctico sino también antropológico: las mujeres nunca se sentirán felices si no toman conciencia de hasta qué punto la ma­ternidad define el ser femenino, tanto en el plano físico como en el espiritual, y expresan esa realidad con la reivindicación del reconocimiento social”.

LA CONTROVERSIA EN EE UU

En EE UU se ha producido en los últimos años una especie de batalla entre las mujeres que eligen una carrera profesional y las que, teniendo incluso diplomas de universidades de gran prestigio, deciden ser madres a tiempo completo. En 2005, The New York Times publicó un artículo en primera plana que despertó gran controversia en distintas partes del país. El reportaje trataba sobre el aumento de mujeres de la Ivy League –la asociación de ocho universidades del noreste de EE UU reconocidas por su excelencia académica– que voluntariamente habían decidido sacrificar su carrera por su familia. El artículo estaba basado parcialmente en una en­cuesta a 138 estudiantes (mujeres) de la prestigiosa Universidad de Yale, y explicaba que más de la mitad de las encuestadas planeaba re­du­cir la jornada de trabajo fuera de casa o abandonarlo completamente si tenían hijos. Además, se citaban estudios de Yale que mostraban que casi la mitad de sus licenciadas menores de 40 años no trabajaban a jornada completa. Las mujeres que habían tomado esta decisión fueron criticadas en Los Angeles Times por la periodista Karen Stabiner, quien denunciaba que “para tramar esa clase de futuro, una mujer necesita disponer de un fondo de potenciales maridos ricos, permanecer casada en una época en la que la mitad de los matrimonios termina en divorcio, e ignorar la historia del movimiento feminista”. Al margen de la discusión feminista, lo cierto es que mientras las es­tructuras sociales no permitan conciliar plenamente familia y trabajo, hay mujeres hoy que se atreven a afirmar públicamente que ellas eligen la maternidad porque eso las hace más felices.

SUPERAR LAS BARRERAS

Es el caso de Eva. Tiene 26 años y es madre de Clara, de 9 meses. Trabaja en una multinacional y tiene un contrato indefinido en un puesto medio. Sus posibilidades de mejorar en su carrera profesional eran reales hasta que decidió tener hijos. Renunciar a un ascenso debido a querer familia es una decisión que condiciona la vida, pero para ella era su prioridad: “No me da igual no trabajar en lo mío y la reducción de jornada es algo frustrante porque a nadie le importas, pero aun así, sinceramente me compensa. Es genial no tener estrés, y me puedo dedicar a la niña el tiempo que quiera”, explica.

María José, de 42 años y madre de siete hijos, ha tenido una historia diferente pero comparte puntos de vista con Eva: “Antes de ser madre trabajaba en un banco en el departamento de financiación al comercio exterior, pero al tener hijos ya no encajaba en el perfil del puesto porque no podía viajar”, comenta. Cuando nació su segundo hijo, dejó el trabajo porque quería estar a tiempo completo con sus hijos. María José ha estado durante diez años al cuidado del hogar y no se arrepiente en absoluto: “Ahora que el pequeño ya tiene tres años y va al colegio yo me he buscado un trabajo compatible con sus horarios”, comenta.

MATERNIDAD ESPIRITUAL
Según el Código de Derecho Canónico, aquellas mujeres que han renunciado voluntariamente a la maternidad biológica por amor a Jesucristo pueden ser fecundas por una maternidad de orden superior, por la acción del Espíritu Santo. La virginidad –también llamada castidad evangélica– ha demostrado esta fecundidad a lo largo de los siglos en las cientos de órdenes religiosas que han fundado colegios y obras de caridad, que han asistido a los pobres, y orado incansablemente por millones de personas. Un ejemplo de ello es sor Clara María, clarisa en el Monasterio de Lerma, en Burgos. Hoy tiene 32 años y lleva casi quince como religiosa. Lo explica de una manera sencilla: “Cuando entré en el convento, sólo tenía amor para Cristo, entré por Él, para ser su esposa. Pero poco a poco, fruto de este amor, Cristo me cedió parte de su sufrimiento y de sus preocupaciones por sus hijos y de esta manera, me convertí en madre”. Para sor Clara, la vida de una religiosa es una “vida de oración constante ofrecida a los otros... Nuestra oración cae sobre el alma que Dios dispone”. “Cuesta mucho no ver los frutos de la oración y, sin embargo, me siento misteriosamente plena. Mi corazón, que tiene el deseo de ser madre, ahora está lleno. Yo sé que mi vida está dando fruto en muchos y que lo veré en el Cielo. Me basta saberlo”, concluye sonriente.

¿DERECHO A SER PADRES?
La concepción social de la maternidad ha sufrido un cambio profundo en las últimas décadas. Esto se debe, principalmente, a la influencia del feminismo radical, que considera la maternidad como una carga pesada, algo que degrada a la mujer y la impide realizarse plenamente y, paralelamente, a un cambio profundo en la consideración de los hijos, que han pasado de ser estimados como un don a ser considerados como un derecho. La profesora de Derecho de la Universidad Francisco de Vitoria, María Lacalle, explica: “Si nos preguntamos por qué el Derecho de familia regula la paternidad/maternidad, la respuesta automática hasta hace poco habría sido: por el bien de los hijos. Sin embargo, en la actualidad parece más bien que lo hace para satisfacer los deseos de los adultos”. De ahí surge la necesidad de controlar todo el proceso de tener descendencia, bien sea a través de la fecundación in vitro y otras técnicas de reproducción asistida, pero también a través del aborto: “Las feministas reclaman un control total de la fecundidad por parte de la mujer, que se concreta en los llamados ‘derechos sexuales y reproductivos’. Se trata de un conjunto de ‘derechos’ cuyo objeto es que la mujer controle por completo la fertilidad, y que tienen como núcleo central la reivindicación del aborto libre, gratuito y universal”, denuncia Lacalle.


sábado, 4 de julio de 2009

María Rosa Sánchez, madre de una niña con trisomía 18, que sobrevivió ocho meses: «Leticia no sufrió, y sonreía»
4 de julio de 2009.-Tienen trastornos incompatibles con la vida que los convierten en los candidatos perfectos al aborto. Sin embargo, las familias agrupadas en la asociación Trisomía 13, Trisomía 18 y Otras Malformaciones Congénitas saben que, si se les da la oportunidad de demostrarlo, estos niños devuelven con creces todo lo que reciben.

(María Martínez López / Alfa y Omega) Embarazada a los 43 años y tras sufrir dos abortos, a María Rosa Sánchez -que ahora preside la asociación Trisomía 13, Trisomía 18 y Otras Malformaciones Congénitas- y su marido les propusieron la prueba de la amniocentensis «por activa y por pasiva», pero se negaron por el riesgo de aborto. A partir de la semana 20, en cada ecografía aparecían problemas, más graves que los del síndrome de Down, y siguieron las presiones, también -hasta el octavo mes- para abortar. Afirma rotunda que este tiempo, con la incertidumbre y las presiones, fue lo peor de todo.

Leticia (en la fotografia de la derecha con tres de sus hermanos) nació por cesárea, con el tamaño de un bebé prematuro, y María Rosa pensó «que había tenido un monstruo, porque se la llevaron enseguida a otra clínica», donde permaneció dos meses. Le diagnosticaron síndrome de Edwards o trisomía -un cromosoma de más- en el par 18, un trastorno incompatible con la vida. El 95% de los niños que lo sufren mueren en abortos espontáneos, y otros muchos durante el parto o poco después. Desde el primer momento, el objetivo de la familia fue «que el tiempo que viviera, viviera bien; sin ninguna medida extraordinaria por alargar su vida», pero tampoco abandonándola: «No es lo mismo irse apagando que asfixiarse o morirse de hambre».

En cuanto cogió peso, se la llevaron a casa, y tuvieron que aprender a alimentarla con sonda. A estas dificultades, se añadieron los desplantes de los médicos -aunque su actitud, con el tiempo, mejoró- y las trabas administrativas: «Nos costó mucho conseguir el oxígeno, y una mochila para poder llevarlo fuera de casa». Leticia fue a rehabilitación y le pusieron las vacunas, por si su vida se prolongaba. Su madre cree que su calidad de vida fue buena: «No sufrió dolor. Llegó a sonreír -dicen que no pueden-. Tuve que coger una excedencia, pero salíamos y disfrutábamos».

«Sabíamos -continúa- que, en cualquier momento, se podía morir. Gracias a Dios, murió con todos en casa, le dimos un beso y nos despedimos». Tenía ocho meses, una vida larga para su condición, aunque el récord de la asociación lo tiene una niña de 14 años. Otra madre del grupo, doña Rita Castillo, sólo disfrutó de la pequeña Ángela nueve días, «que no cambiaría por nada. Estuve con ella, me la ponían en el pecho, y se ponía contenta. Nunca perdió su dignidad. Es mucho mejor que se muera así, que matarla dentro. Ella ha conocido mi cariño, y yo el suyo». Incluso una compañera de María Rosa, cuyo hijo, con el mismo trastorno, sólo sobrevivió dos horas, «dice que fue una gozada abrazarlo y despedirse».

María Rosa lo tiene claro: «Como madre, me gustaría tener a mi hija por aquí corriendo», pero «valió la pena: en casa había más alegría, más paz. A todos nos ha venido muy bien. Al matrimonio nos ha unido más, y mis otros siete hijos -que tenían entre cuatro y 18 años- se volcaron. Todos aprendieron a hacerle la rehabilitación en casa. Con tanto trabajo y tanta parafernalia, estábamos mucho más organizados que ahora».

Mejor, en casa

Por puro azar, María Rosa y su familia fueron conociendo a más familias que han pasado por lo mismo, y así nació su asociación, que ahora forman 12 familias. Su principal objetivo es «animar a las madres a que no aborten. Te dicen que vas a tener un monstruo, pero les enseñamos fotos y se van mucho más tranquilas. También les contamos cómo están de mal las parejas de la asociación que han abortado».
Lo más importante es el acompañamiento, durante el embarazo, y también en el hospital. De paso, intentan concienciar al personal sanitario para que les facilite las cosas, y algo van cambiando. Por ejemplo, hace seis años a María Rosa le costó que le dejaran coger a su hija, y hoy es normal. Aunque les dé miedo, animan a los padres a llevarse al niño a casa, y les asesoran: «Luchamos para conseguir ayudas como el oxígeno a domicilio y la mochila, y recaudamos fondos para ayudar a las madres con pocos recursos que tienen que dejar el trabajo». Todo para que padres e hijos disfruten de esa vida, dure lo que dure.

Lo grave, y lo más grave
La posibilidad de abortar hasta las 22 semanas a un feto con «graves anomalías», presente tanto en la ley actual del aborto como en el Anteproyecto del Gobierno, «aun habiéndose declarado constitucional, implica a nuestro modo de ver una clara colisión con la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, de Naciones Unidas», afirma el recientemente publicado Informe del Consejo Fiscal sobre el Anteproyecto del aborto. El artículo 10 de la Convención implica -aclara el Informe- que, «cuando hay una legislación que prohíbe el aborto-fuera del plazo de 14 semanas-, no puede ser que esa misma legislación lo permita» para los discapacitados. Siendo esto grave, el principal problema del Anteproyecto, para el Consejo, es el hecho de que, al hablar de un supuesto derecho al aborto «el valor fundamental de la vida humana quede absolutamente desprotegido» durante este plazo.
"No tengáis miedo" / Autores: Conchi Vaquero y Arturo López
Jesús repitió muchas veces estas palabras: "No tengan miedo". Las reiteraciones de Cristo en esta afirmación nos dan un claro discernimiento: El miedo jamás proviene de Dios. Debemos interiorizar y hacer vida en nuestro corazón estas tres palabras del Hijo de Dios: "No tengáis miedo".

Humanamente lo opuesto al miedo sería la valentía. No obstante, cuando Jesús dice "no tengáis miedo" nos revela la razón principal para no permitir que se apodere de nuestro corazón: "Yo he vencido al mundo". El miedo sólo irá disminuyendo en nosotros cuando la presencia de Cristo vaya tomando posesión de todas las áreas de nuestra vida y de nuestro corazón como autentico Señor.

La Paz de Cristo reposará en nosotros cuando vivamos deseando ardientemente como Juan el Bautista que Él crezca y nuestro ego disminuya. A más miedos menos fundamentada tenemos nuestra vida en Aquél que tiene poder para dar y quitar la vida que perdura para siempre.

En realidad hay miedos de los cuales tenemos constancia y conciencia. Otros miedos dominan nuestro subconsciente y no somos capaces de reconocer que se han asentado en nosotros. Estos que no aceptamos como tales nos hacen actuar en todas las áreas de nuestra vida defendiéndonos y no dando Amor como es la Voluntad de Dios.

Todos los miedos son consecuencia de las decenas de heridas emocionales, espirituales y vitales que hemos recibido desde el momento de nuestra gestación. Sólo Dios puede restaurar esas heridas si acudimos a Él con humildad, tal y como estamos, pidiéndole que las llagas de nuestro corazón sean convertidas en heridas luminosas de Resurrección por el poder de la Cruz de Jesús.

Tenemos miedo a hacer el ridículo, a perder el trabajo, a quedarnos sólos sin nuestros seres queridos, al silencio, a la oscuridad, a ser rechazados, a fracasar en nuestras relaciones humanas y sociales, a enfermar...y a morir. Inmediatamente todos reconocemos que eso nos sucede a todos, creyentes y laicistas, pero nos apresuramos a autojustificarnos interior y exteriormente con la frase:
"Claro que nos pasa a todos. Es humano".

Confundimos nuestro concepto de humanidad (imperfección) con aquél con que Dios Padre creó el mundo. La voluntad de Dios era desde el principio que la humanidad durara eternamente sin el tránsito de la muerte. Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios: creados esencial y únicamente para Amar. El pecado introdujo el mal, la enfermadad y la muerte. El Padre del Cielo nos amó tanto que entregó a su Hijo Jesucristo por nuestra salvación. De esta manera instauraba la humanidad que Él había pensado si nos acogemos al seguimiento de Cristo: "Sed Santos como Yo soy Santo". "Sed perfectos como mi Padre es perfecto".

Todos los miedos provienen del miedo a morirnos que habita en nosotros. Si Cristo no es el Señor de nuestra vida y hay áreas que deseamos controlar nosotros mismos estamos mostrando la debilidad vital del miedo a la muerte que nos acompaña, porque en realidad sólo depositamos una parte de nuestro corazón en las manos de Dios. Deseamos vivir según nos place y no siguiendo la voluntad del Padre Celestial.

En la 1ª de Juan 4, 8-19 leemos:
"Quien no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es Amor. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene; en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados. Queridos, si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros. A Dios nadie le ha visto nunca.Si nos amamos unos a otros,Dios permanece en nosotros y su amor ha llegado en nosotros a su plenitud. En esto conocemos que permanecemos en Él y Él en nosotros: en que nos ha dado de su Espíritu. Y nosotros hemos visto y damos testimonio de que el Padre envió a su Hijo, como Salvador del mundo. Quien confiese que Jesús es el Hijo de Dios,Dios permanece en él y él en Dios. Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en Él.Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él. En esto ha llegado el amor a su plenitud con nosotros: en que tengamos confianza en el día del Juicio, pues como Él es, así somos nosotros en este mundo. No hay temor en el amor; sino que el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira el castigo; quien teme no ha llegado a la plenitud en el amor.Nosotros amemos, porque él nos amó primero".

Cuando no hacemos la voluntad de Dios, nuestra codicia y egoísmo hacen penetrar el miedo en la herida humanidad que vivimos, nos dañamos profundamente nosotros y a aquellos con quienes nos relacionamos. El miedo se expande socialmente como una mancha de aceite fruto del pecado, nos paraliza, mina nuestra fe y nos deja como ovejas sin Pastor. Jesús es el Buen Pastor y no quiere que tengamos miedo. En la carta a los Hebreos 13, 5-6 se nos exhorta: "Sea vuestra conducta sin avaricia; contentos con lo que tenéis, pues él ha dicho: No te dejaré ni te abandonaré; de modo que podamos decir confiados: El Señor es mi ayuda; no temeré. ¿Qué puede hacerme el hombre?".

Conocemos decenas de personas que para defender su lugar de trabajo han hablado mal de los compañeros ante el jefe, han hecho trabajos gratuitos y han querido ganarse la confianza de la empresa dañando a los demás por sí en alguna ocasión se debía despedir a alguien no fueran ellas las perjudicadas. Todos los que actúan así tienen miedo porque su autoestima está destruida y creen que los demás harán con ellos lo mismo. Este daño es múltiple: espiritual, emocional y síquico. Sólo Dios puede hacernos comprender que todos merecemos un trabajo por nuestra dignidad de Hijos de Dios. Nadie tiene un trabajo por sus propios méritos, aunque muchas veces lo pensamos. ¿Por qué millones de personas no pueden trabajar y subsitir y viven esclavizados en el mundo?. Por el egoísmo social del hombre. Dios es totalmente contrario a eso y nos pide que testimoniemos en su nombre en situaciones como esta.

Hemos orado varias veces por un hombre que mantiene una profunda relación con Dios y que desea seguir al Señor cada día. Él a visto la Gloria de Dios en su vida y en la de muchas personas. El Señor lo ha hecho crecer en su Amor, pero las heridas de relación con su padre en la infancia le asentaron una gran inseguridad en si mismo. Su padre ya murió hace años. Él actúa siguiendo al Señor como si su padre le estuviera observando y debiera agradarle a él y no a Dios. Eso es inconsciente, pero cada pasó que Dios le pide que dé se ve atormentando por las dudas. Quisiera que antes de caminar sobre las aguas como Pedro, Dios le extendiera un certificado de idoneidad donde constará que si da el paso todo saldrá bien y su prestigio social y su autoestima no serán dañadas. Con el tiempo Cristo Resucitado ha fortalecido y curado heridas que le hacen menos vulnerable.

También hemos orado por una mujer que tiene una gran fe, pero que por las relaciones con personas del entorno y de su familia la han marcado profundamente. Tiene miedo a la oscuridad, a oír hablar del diablo, a que a sus familiares les pasé algo grave cuando van a cualquier lugar tanto en coche, en transporte público como a pie. Tiene miedo a que sus familiares enfermen. Ella ha sufrido a su alrededor con hermanos que la han rechazado, familiares alcohólicos, ha pasado por malos tratos síquicos...Pero debemos subrayar que es una persona generosa y llena del Amor de Dios, como la viuda del Evangelio que dio en el templo todo lo que tenía. No tenemos ninguna duda que Dios está obrando en ella cada instante en cada herida de su vida para que la Paz se vaya apoderando de todo su ser. Su combate siempre es:
"Dios ha hecho maravillas en mi vida pero tengo miedo que Él no me responda en situaciones difíciles".

Debemos interiorizar las palabras de la carta a los Romanos, 8, 35-39: "¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿La tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?, como dice la Escritura: Por tu causa somos muertos todo el día; tratados como ovejas destinadas al matadero. Pero en todo esto salimos vencedores gracias a aquel que nos amó. Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro".

Oremos con el Salmo 91:

Tú que vives al amparo del Altísimo
y resides a la sombra del Todopoderoso,
di al Señor: "Mi refugio y mi baluarte,
mi Dios, en quien confío".

Él te librará de la red del cazador
y de la peste perniciosa;
te cubrirá con sus plumas,
y hallarás un refugio bajo sus alas.

No temerás los terrores de la noche,
ni la flecha que vuela de día,

ni la peste que acecha en las tinieblas,
ni la plaga que devasta a pleno sol.

Aunque caigan mil a tu izquierda
y diez mil a tu derecha,
tú no serás alcanzado:
su brazo es escudo y coraza.

Con sólo dirigir una mirada,
verás el castigo de los malos,
porque hiciste del Señor tu refugio
y pusiste como defensa al Altísimo.

No te alcanzará ningún mal,
ninguna plaga se acercará a tu carpa,
porque él te encomendó a sus ángeles
para que te cuiden en todos tus caminos.

Ellos te llevarán en sus manos
para que no tropieces contra ninguna piedra;
caminarás sobre leones y víboras,
pisotearás cachorros de león y serpientes.

"Él se entregó a mí,
por eso, yo lo libraré;
lo protegeré, porque conoce mi Nombre;
me invocará, y yo le responderé.
Estaré con él en el peligro,
lo defenderé y lo glorificaré;
le haré gozar de una larga vida
y le haré ver mi salvación".
De 'reyes' y 'mendigos': Michael Jackson, 'parábola' y 'víctima' de nuestra época / Autor: José Ignacio Munilla
La vida y la muerte de Michael Jackson esconden la tragedia de toda una generación incapaz de alcanzar una libertad por la que suspira
4 de julio de 2009.-Recién acontecida la muerte del cantante Michael Jackson, y cuando los medios de comunicación se prodigaban en difundir la noticia con todo tipo de detalles y especulaciones, me encontraba con un grupo de adolescentes que recibían el sacramento de la Confirmación. Parecía lógico que aquella noticia tuviese cabida en nuestra conversación, habida cuenta del eco que estaba alcanzando.

(Forum Libertas) No creo que haga falta convencer a nadie del influjo tan notable que pueden llegar a tener las estrellas musicales en nuestro horizonte cultural, moral y espiritual, y especialmente en el caso de los jóvenes. El hecho de que un icono tan destacado de la música moderna, considerado como el 'rey del pop', haya llevado una existencia tan contradictoria y concluya sus días de una manera tan dolorosa, nos invitaba a una serena reflexión sobre la fragilidad de los valores de la cultura occidental:

- ¿Sabéis? ¡También yo tenía aproximadamente vuestra misma edad cuando murió Elvis Presley, el 'rey del rock'! ¿No os parece mucha casualidad que estas dos 'estrellas' hayan muerto de una forma tan similar?
- ¡De casualidad nada! –me respondió uno de aquellos jóvenes-. ¡El mismo Michael Jackson había manifestado que tenía el temor de 'terminar como Elvis'!

No está de más añadir que nuestros jóvenes son bastante más lúcidos de pensamiento de lo que muchas veces solemos suponer.

Divorcio entre el gusto estético y el bien moral

El hecho de que la cultura dominante esté tan profundamente marcada por el subjetivismo y el relativismo contribuye más, si cabe, a que el gusto estético sea entendido como algo puramente arbitrario (¡sobre gustos no hay nada escrito!). Son muchos quienes piensan que sus gustos e inclinaciones musicales nada tienen que ver con los valores de su vida, máxime cuando en muchos casos nos cuesta entender la letra de las canciones.

Lo cierto es que algunos mitos o 'iconos' musicales han ejemplificado con sus vidas el inexorable callejón sin salida al que conduce la disociación entre la estética y el bien moral del ser humano. ¿Cómo se compagina el que un artista alcance el cénit de su carrera profesional al mismo tiempo que crece su grado de desesperanza? ¿Cómo es posible que la opinión pública dirija su admiración hacia unos “reyes” que, en el fondo, no son sino 'mendigos' de una felicidad, la cual son incapaces de alcanzar?

La humildad de saberse instrumento

¡Qué difícil es mantenerse en la cumbre de la fama sin corromperse! ¡Qué fácil es caer en la tentación de un endiosamiento que termina por ensombrecer el valor de la obra artística! Posiblemente, una de las tentaciones más frecuentes en el mundo del espectáculo consista en desviar la atención de lo objetivo a lo subjetivo: de la obra musical al cantante ídolo; del deporte a la estrella galáctica… terminando por fomentar un culto a la imagen que anula la conciencia de sabernos 'instrumentos' de un misterio de verdad y de bondad que nos precede y nos supera.

La vida y la muerte de Michael Jackson esconden la tragedia de toda una generación incapaz de alcanzar una libertad por la que suspira. ¿Hasta qué punto estamos marcados y condicionados por las heridas generadas por la desestructuración familiar? ¿En qué consiste la libertad: en hacer lo que queramos, o en querer lo que nos corresponde hacer? En última instancia, ¿la felicidad consiste en inventar una realidad a nuestro capricho, o más bien en querer conformar nuestro deseo con la voluntad divina?

Michael Jackson ha sido una 'parábola' –y al mismo tiempo una 'víctima'- de nuestra época, un 'paradigma' del Occidente carente de cimientos sólidos, capaz de lo mejor y lo peor, generoso y caprichoso, materialista e idealista… un genio tan contradictorio como nuestra cultura misma.

No sería justo que metiésemos en el mismo saco todas las experiencias de la música moderna. Existen intentos serios de plasmar un mensaje de esperanza en expresiones musicales innovadoras, como es el caso del conjunto irlandés U2, que actúa estos días en Barcelona. En una reciente entrevista, el solista del grupo, Bono, declaraba que se había inspirado en la arquitectura del maestro Gaudí para crear el escenario de su gira: “Gaudí hacía un lugar donde la gente podía rezar. Y para nosotros la música es una plegaria. A veces es a Dios, a veces es a tu amor, pero siempre una plegaria”. En efecto, la clave de un producto musical de calidad no puede estar exclusivamente en el genio del artista, sino también en su propuesta de sentido, además de en la coherencia moral de su vida.
María López, presentadora de 30 Minutos (Telemadrid): “La vida no puede estar en manos del oportunismo político, sea cual sea su orientación”
*" Entiendo que el Estado, sea el que sea, no es quien para delimitar una vida: ¿con 14 semanas sí es vida y con menos de 14 no? No tiene sentido..."
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*"Vivimos en una sociedad de hipocresía en la que se multa a los niños por jugar con la pelota y la bici en un parque y sin embargo se les está permitiendo comprar la píldora postcoital; una sociedad que pide los derechos del hombre para el mono y que parece impasible ante leyes como ésta que va a permitir el aborto libre hasta las 14 semanas"
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*"¡Cuánto me gustaría ver a los ecologistas, que se cuelgan de las fachadas de los edificios para defender a una especie en peligro de extinción, colgarse por salvar a una especie en extinción como es la de los niños con Down!"
4 de julio de 2009.-Habitual de la pantalla de televisión -presenta el programa de Telemadrid 30 minutos y es jefe de edición de informativos- María López (en la fotografia de la derecha) se ha unido a la causa de Mujeres contra el aborto. Asegura que, como periodista, nunca ha tomado partido en causas concretas, pero esta vez es distinto: “Están jugando con la vida, y por la vida sí hay que mojarse”.

(Rosa Cuervas-Mons / Alba)
-María, ¿por qué se unió a Mujeres contra el aborto?

-Nunca he tomado parte en ninguna postura concreta, pero en este caso, cuando dimos las noticias de la reforma de la ley del aborto, buscamos imágenes para la televisión y al ver un feto de 14 semanas y saber lo que se pretendía… Un feto de 14 semanas escucha, siente, tiene cara, manos, pies…me impactó muchísimo. Entonces me llamaron Cristina López Schlichting, María Pelayo, Isabel San Sebastián e Isabel Durán…y no pude permanecer sin hacer nada.

-¿Qué hace Mujeres contra el aborto?

- Yo me planteé una lucha contra la decisión del Gobierno, independientemente de que fuera de izquierdas o de derechas. Pensé que estábamos ante una cuestión de vida y creo que la vida no puede estar en manos del oportunismo político, sea cual sea su orientación. Entiendo que el Estado, sea el que sea, no es quien para delimitar una vida: ¿con 14 semanas sí es vida y con menos de 14 no? No tiene sentido…

-Usted es madre…

-Sí y mi sentir como madre también influyó. La maternidad es una maravilla y no una carga tal y como nos la venden en los últimos años. Pensé que ya está bien, que siempre hablan en nombre de las mujeres y nosotras aquí, trabajando día a día, sacando adelante a nuestros hijos, nuestro trabajo, dejándonos la piel con muchísimas responsabilidades laborales y familiares…ya es hora de que se nos escuche. Tenemos que levantar nuestra voz; sabemos que lo más fácil es callar y mirar hacia otro lado, pero creo que debemos ser valientes. Siempre se escucha la voz de las feministas y creo que ya es hora de que se nos escuche a nosotras. El ‘nosotras parimos, nosotras decidimos’…pues nosotras igual: nosotras parimos y nosotras… también decidimos.

-Como profesional de los medios de comunicación, ¿no le da miedo posicionarse públicamente sobre el aborto?

-Miedo no. Sé que nos van a poner la etiqueta…pero vivimos en una sociedad de hipocresía en la que se multa a los niños por jugar con la pelota y la bici en un parque y sin embargo se les está permitiendo comprar la píldora postcoital; una sociedad que pide los derechos del hombre para el mono y que parece impasible ante leyes como ésta que va a permitir el aborto libre hasta las 14 semanas. Una sociedad en la que nos esforzamos por ahorrar papel, por la vida de los árboles…nos manifestamos porque se ponen en peligro los huevos de un nido de águila imperial y sin embargo no nos conmovemos cuando a una mujer con problemas económicos se le da como solución un quirófano, unas pinzas y una palangana.
Creo que en este tema no vale banalizar, no vale llamar residuo clínico al feto para intentar que su muerte sea menos muerte. Creo que, como están jugando con la vida, hay que mojarse por la vida. Ahora mismo, por el mero hecho de decir que estamos contra el aborto ya nos tachan de reaccionarias y retrógradas…Pero yo tengo clara una cosa.

-¿Cuál?

-Hay un versículo de la Biblia que siempre me ha conmocionado mucho y que quizá hasta que no he sido más madura no he comprendido bien. Dice ‘mas porque eres tibio y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca’. Ahora lo voy entendiendo, creo que se nos pide en momentos determinados no ser tibios, se nos pide tomar partido y éste es un partido importante.

-¿Qué mensaje quiere mandar desde Mujeres contra el aborto?

-Insistir en que, independientemente del gobierno que sea, independientemente del signo, las transferen
cias sanitarias están en manos de las Comunidades Autónomas, y por tanto, pido que la conciliación familiar deje de ser un mero titular de prensa. Que se hagan de verdad políticas que ayuden a la mujer a ser madre y sobre todo a aquella que se enfrenta a la aventura de tener un hijo con dificultades físicas o psíquicas. Que el mismo empeño que ponen para otras cosas lo pongan para decirle a un padre o a una madre que va a tener un Síndrome de Down: ‘no se preocupe que van a tener cubiertos los gastos de educación y de sanidad de este niño. Sepa usted que el día que se muera, su hijo va a estar atendido’. Espero que esta plataforma sirva para mover conciencias y para conseguir que, lo mismo que los estados se vuelcan con otros asuntos, se volcaran con este. Igual que ponen todos los medios para conseguir que una persona no tenga la más mínima dificultad para abortar, que se pusieran, al menos los mismos para conseguir que los niños con Síndrome de Down no sean, como ahora, una especie a extinguir. ¡Cuánto me gustaría ver a los ecologistas, que se cuelgan de las fachadas de los edificios para defender a una especie en peligro de extinción, colgarse por salvar a una especie en extinción como es la de los niños con Down.
Las series españolas trivializan la autoridad paterna y las drogas
El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid presenta un informe alarmante
4 de julio de 2009.- Niños que empiezan a fumar porros desde los 12 o 13 años, profesoras que se lían con sus alumnos, padres aniñados y con normas que se deben transgredir... Así son los ejemplos que reciben nuestros jóvenes en las series españolas. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda (en la fotografia de la izquierda), ha presentado el estudio "Qué menores ven nuestros menores" en televisión. El estudio ha analizado durante ocho meses 87 espacios televisivos en los que los jóvenes son los protagonistas o cuyo público objetivo son los menores.

(Belén Ester Casas / Alba) Canalda señaló que la figura del menor es utilizada muchas veces “como excusa para ofrecer puntos de vista adultos, de crítica social o costumbrista, con temas y situaciones claramente perjudiciales para su desarrollo y sin tener en cuenta las consecuencias que pueden tener en su formación”, como a su juicio ocurre en Los Simpson, Padre de familia o American Dad, series de adultos que son emitidas en horario de protección infantil y muy seguidas por los adolescentes o niños.

Con todo, entre las conclusiones más significativas del estudio figura que en series españolas tales como Física o Química, Los Serrano o HKM “se trivializa el tratamiento de aspectos como las relaciones sexuales de los adolescentes, incluso con adultos, o el consumo de drogas, especialmente el alcohol, que se convierten en un rasgo imprescindible y rutinario de las relaciones entre iguales, sin que suelan aparecer referencias a las consecuencias que pueden provocar estas prácticas“.

Pero no son los temas sexuales o de drogas los únicos que se extraen del estudio. Arturo Canalda hizo hincapié en el tipo de figura paterna que se extrae de estas series. “Tanto en la programación infantil como en la juvenil aparece un cuestionamiento de la figura paterna y de los adultos en general, especialmente de las figuras masculinas. Muchos padres son presentados como inmaduros, egoístas e ignorantes“, como en Los Simpson, HKM, Padre de familia o Los Serrano. Y parte del problema radica en que como se presenta a los progenitores como una figura grotescas y pueriles, sus normas y conductas parecen arbitrarias y sin sentido, y no sólo pueden sino que deben transgredirse.

El estudio pone de relieve, además, “la conveniencia de mostrar la interacción positiva entre niños pequeños y adultos, aunque se muestren desavenencias paterno-filiales” como en La Familia Patata, Miss Spider, Cuéntame, Yo soy Bea o Águila Roja. “En esos casos hay conflicto, pero no ruptura, ni cuestionamiento del concepto familiar”, añadió.

Protagonistas de la serie 'Física o Química'.
Canalda destacó que hay una “contradicción” en las series entre la visión “políticamente correcta, moderna y solidaria” en el planteamiento de ciertos temas -como la homosexualidad, la discriminación, el pacifismo, el medioambiente o la igualdad de sexos- y una defensa a ultranza del individualismo en los comportamientos cotidianos de esos mismos adolescentes. “A ello contribuye el hecho de que la imagen que se ofrece de los adolescentes se caracteriza por el narcisismo y la omnipotencia, por lo que no hay límites a la hora de transgredir las normas”, destacó.

Canalda señaló que las conclusiones del estudio se enviarán a las cadenas y productoras de televisión.
Lukas Kenner, profesor de la Universidad de Medicina, de Viena: «La clonación terapéutica es algo obsoleto»
4 de julio de 2009.- 70-0: es el marcador que el patólogo molecular Lukas Kenner, profesor de la Universidad de Viena y consultor del Parlamento Alemán sobre células madre, utiliza a veces en sus presentaciones. Lo hizo, por ejemplo, en la conferencia sobre “Investigación con céluluas madre y bioética”, organizada por el Grupo Interdisciplinar de Investigación Bioética del Instituto CEU de Humanidades Ángel Ayala. El marcador se refiere a la abismal diferencia entre los tratamientos logrados con las células madre adultas, frente a las polémicas células madre embrionarias.

(María Martínez López / Alfa y Omega) ¿Cómo ha cambiado la investigación con células madre en los últimos años?
Ha cambiado mucho. Hace tres años se descubrieron las células madre pluripotentes inducidas (iPS): en una célula adulta se introducen vectores o proteínas que transportan genes, para que la célula se vuelva pluripotente -muy similar a las células madre embrionarias (CME)-. Una ventaja muy importante es que se pueden aislar fácilmente de células de un paciente, hacerlas pluripotentes y diferenciarlas en el tipo que se desee. En teoría, no habría riesgo de rechazo. Además, no tienen el estigma ético de las CME, pues no se destruyen embriones. Sin embargo, al ser tan similares a las embrionarias, también tienen su enorme potencial para producir tumores.

¿Por qué hay tanto interés todavía en legalizar y financiar con dinero público -como ha hecho el Presidente Obama- la investigación con CME?
Considero que es por una razón política. Pero desde un punto de vista científico y técnico, hay que ser realista: las CME no se van a aplicar en humanos pronto, hay demasiadas dificultades médicas y técnicas. Para obtener CME específicas para un paciente, hay que utilizar la clonación terapéutica, y nadie ha logrado obtener CME de un embrión humano clonado. Desde la llegada de las iPS, el uso de la clonación terapéutica es algo obsoleto. Ian Wilmut, el padre de Dolly -el primer mamífero clonado-, que recibió la primera licencia en el Reino Unido para la clonación terapéutica, ha declarado a los medios que ya no es necesaria, porque las iPS son mucho más prácticas: más sencillas, más baratas, con muchas más probabilidades de aplicarse clínicamente y sin debate ético.

En cuanto a las células madre adultas (CMA), ¿qué posibilidades tienen?
Son las células reparadoras naturales de nuestro cuerpo. Ya se usan en una amplia variedad de aplicaciones clínicas (al menos 70), no sólo en ensayos. También hay que decir que no son un tratamiento para cualquier tipo de enfermedad. Siempre soy muy cauteloso acerca de cualquier tipo de publicidad exagerada, cuando se dice que necesitamos células madre para que todos se puedan curar de todo. Curarse significa que el paciente ya no tiene la enfermedad. Los tratamientos con células madre pueden ayudar a tener síntomas menos graves, regeneran el tejido, pero pueden no curar completamente. Alemania está liderando, con mucho éxito, la terapia del infarto de miocardio. Se están experimentando con éxito terapias para la diabetes. También algunas leucemias se pueden curar con CMA donadas. Creo que, a corto y medio plazo, las CMA liderarán los avances clínicos, y las iPS serán fuente de grandes avances para entender cómo funciona la pluripotencialidad. Cuando lo entendamos, podremos no sólo resolver el problema de las fuentes de células madre, sino quizá también entender mejor cómo funciona el cáncer.

¿Cómo es la legislación sobre células madre en Alemania?
Tiene una ley de protección de los embriones muy estricta, promulgada poco después de la de fertilización in vitro, para que no hubiera embriones sobrantes que se pudieran usar para investigar. El Parlamento decidió hacer una excepción, para que las CME obtenidas en el extranjero antes de enero de 2002 se pudieran importar y usar. En 2008, la fecha de corte se retrasó a mayo de 2007. Mi argumento contra este cambio es que todavía se estaba investigando con algunas de las líneas celulares antiguas. Una fecha de corte sólo tiene sentido si uno se ciñe a ella. También es bastante hipócrita, y se ha criticado mucho, que no se permitiera investigar con embriones alemanes, pero sí con células procedentes de embriones extranjeros. Algunas de las líneas celulares venían de Israel...

¿A qué se debe esa conciencia sobre la protección de los embriones?
Tienen una Ley Fundamental muy estricta, con raíces cristianas que se manifiestan en un apoyo muy fuerte a la dignidad humana. Se redactó después del régimen nazi, y sin duda fue una reacción a su ideología, y a toda la medicina que sucedió en él -eugenesia, esterilizaciones forzada, eutanasia, experimentos en prisioneros, etc.- Estas atrocidades tenían en común que a algunos seres humanos se les negaba la dignidad humana y la protección legal. Como científico, no puedo negar que el embrión humano, biológicamente, es un ser humano. Durante el debate sobre las CME, fue interesante ver que los democristianos y Los Verdes eran aliados. Hoy, con los progresos de la ciencia, parece que su resistencia por motivos éticos, ha sido confirmada por la ciencia.

martes, 30 de junio de 2009

Adolfo Suárez Illana, político: «Trato a Dios como a un amigo»
*"-La vida es algo que compartimos con todos los seres, incluidas las plantas. La libertad es lo que marca la diferencia. Ésa es la grandeza del hombre, que Dios ni coarta ni desdeña, sino que respeta. Mi padre me enseñó que «tan sólo» es un don divino que debe ser usado para obrar el bien y que se «puede y debe aventurar»"
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*La presencia de Dios es fundamental para el compromiso: "Ésa es una de las cosas que Retamar, mi colegio, me dio; hasta el punto de haberme acostumbrado a tratar a Dios como a un amigo, incluso cuando meto la pata, cosa, por cierto, frecuente. "
30 de junio de 2009.-Habiendo sufrido la dura experiencia de la muerte de su madre, de su hermana y la enfermedad de su padre, no duda en bendecir a Dios y en agradecerle todo lo que tiene en especial, su fe. Desvela su devoción por la Virgen de los Desamparados y su costumbre de rezar, por ejemplo, cuando oye la sirena de una ambulancia.

(Gonzalo Altozano / Semanario ALBA) Su pasión política le viene de casa, de dónde si no. A los catorce años se afilió a las juventudes de UCD y, posteriormente, militaría en el CDS. Tras tratar de disputarle la presidencia de Castilla-La Mancha a José Bono, se retiró de la primera línea del PP. Lo cual es una lástima, porque en política no abundan hombres con su formación y su independencia,cualidades que incapacitan a cualquiera para la superviviencia en el aparato de los partidos. Nada de esto significa que Adolfo haya renunciado a su vocación, que ejerce escribiendo artículos y dando conferencias, recopilados en su web (adolfosuarezillana.com). Pero hoy no hablamos de política con él. O no sólo.

-La muerte de su madre, la de su hermana, la enfermedad de su padre... ¿Le preocupa que alguien pueda pensar de usted: «¡Pobre, pobrecito Adolfo!»?

-Sí, porque el cáncer o la demencia senil no asolan en exclusiva a los Suárez, sino a muchas familias. Es cierto que la mía tiene algo que, por desgracia, no todas tienen: la capacidad para atender a sus enfermos. Somos unos privilegiados.

-¿La enfermedad como fuente de unidad?

-Y de alegría. En estos años de dolor he vivido algunos de los momentos más felices de mi vida.

-Pero, ¿la felicidad no es la ausencia de dolor?

-No. Es error común del laicismo la adoración de la salud y de la vida como valores supremos. De necios es aferrarse a aquello que a buen seguro has de perder. Por eso hay que prepararse para encarar el trance de la muerte con dignidad.

-¿Qué hay por encima de la salud?

-La alegría.

-¿Y de la vida?

-La libertad.

-Vamos por partes: la alegría.

-Durante la enfermedad de mi madre y de mi hermana aprendí que lo único que podemos garantizar los que estamos alrededor es que haya alegría; alegría fundamentada en la esperanza de que el problema se puede superar.

-¿Y si no se puede?

-Los cristianos tenemos la fe, que nos deja abiertas las puertas del cielo.

-La otra parte: la libertad.

-La vida es algo que compartimos con todos los seres, incluidas las plantas. La libertad es lo que marca la diferencia. Ésa es la grandeza del hombre, que Dios ni coarta ni desdeña, sino que respeta.

-Entonces ¿qué es la vida?

-Mi padre me enseñó que «tan sólo» es un don divino que debe ser usado para obrar el bien y que se «puede y debe aventurar», como bien le recuerda don Quijote a Sancho, cuando está en juego un verdadero valor: la libertad.

-Su padre la aventuró el 23-F. Y, más recientemente, lo hizo Jesús Neira. ¿Qué lleva a la gente a aplaudir heroicidades así?

-El hecho de que, con independencia de nuestras creencias, todos tenemos inscritos en el fondo de nuestra alma, de nuestro corazón, una serie de principios y preceptos que nos son comunes.

-Para heroicidades, la muerte de su madre.

-Tras dos años de enfermedad, Dios quiso llevársela el día de san Pascual Bailón, el santo más querido por ella, que era una bailona. Mi madre y mi hermana murieron en paz. Le doy gracias al Señor por haber podido verlas marchar así.

-Otra fecha: la del día en que se hace esta entrevista.

-22 de junio, festividad de santo Tomás Moro, patrón de los políticos, al que pido que me ayude.

-¿Es su modelo de fe?

-Cada santo señala una senda digna de ser seguida. A unos nos sirve un camino; a otros, otro. Santo Tomás Moro encarna a la perfección eso que ha dado en llamarse unidad de vida: el compromiso con la fe llevado hasta las últimas consecuencias.

-Para eso, dicen, ayuda tener presencia de Dios.

-Ésa es una de las cosas que Retamar, mi colegio, me dio; hasta el punto de haberme acostumbrado a tratar a Dios como a un amigo, incluso cuando meto la pata, cosa, por cierto, frecuente.

-En Retamar también le enseñaron que la Virgen concede gracias por dos motivos.
-El primero, por tener razón; el segundo, por ser tan pesado que con tal de dejar de oírte... Yo, por si acaso, me he apuntado al segundo. Y la verdad: funciona, funciona.

-Le tiene devoción, ¿eh?

-Mucha. Y bajo distintas advocaciones: Sonsoles, Covadonga... Cuando empecé a torear, me fueron llegando estampas. Ir colocándolas en mi «capilla» ya era una forma de rezar. Aquí he de decir que guardo especial devoción por la Virgen de los Desamparados.

-¿Por qué?

-Por llamarse mi madre Amparo. El rosario que siempre llevo encima tiene la imagen de esa Virgen.

-¿Lo reza con frecuencia?

-Todos los días. Otra cosa que hago, al levantarme, es ofrecer el día. A lo largo del mismo, digo un montón de jaculatorias. Por ejemplo, cuando oigo la sirena de una ambulancia o de un coche de la policía. Luego, por la noche, me gusta rezar con mis hijos, antes de acostarlos.

-No le da pudor hablar de Dios con ellos, como tampoco con los lectores.

-¿Pudor? ¡Pero si, de una forma u otra, Dios está presente en todos mis escritos!
Testimonio de conversión de Aracely Sánchez: una metamorfosis de vida hasta llegar a la Iglesia Católica
30 de junio de 2009.- En este audio-vídeo de 100 minutos de duración de un programa de Radio Ruah, Aracely Sánchez Pérez originaria de Tabasco, México y nacida en un hogar presbiteriano dividido por religiones, cuenta como después en su búsqueda de Dios se hizo Mormona y Testigo de Jehová. El Señor por su misericordia escuchó las oraciones de su esposo y entró a la Iglesia Católica. Participan en el programa "María Estrella de la Nueva Evangelización" el Padre Edgar Chávez de la diócesis de Ensenada B.C. y conduce Alicia Achirica.
Testimonio para prácticar: Hablar bien, ¡hasta de los amigos!
30 de junio de 2009.-Un grupo de formación nos reuníamos semanalmente. En cierta ocasión despotricamos excesivamente sobre uno de nuestros compañeros ausentes, lo cual nos dejó un sabor amargo. Me tocó señalar el tema de estudio para la semana siguiente y sugerí: a) No hablar mal de nadie, y b) Hablar bien, venga o no a cuento, de todos los que tratemos, incluidos los amigos.

(Alejo Fernández Pérez / Yo Influyo) En principio nos pareció fácil, pero al final resultó mucho más difícil de lo que parecía. No hablar mal de alguien se puede aguantar, pero hablar bien, incluso de los amigos, era mucho más de lo que se podía soportar. ¿Qué pasaba? Pues pasaba que al hablar bien de Juan, Juan subía en la escala social, mientras nosotros quedábamos más abajito. Y esto afecta la fibra más íntima de nuestro "yo", de nuestra importancia.

Todos queremos ser los más guapos, ricos, inteligentes, graciosos y los que metemos más goles del grupo, pero eso es casi imposible, así que era mucho más cómodo rebajar al que sobresale, poniendo encima de las mesa todos sus defectos, vicios y manías, sean verdad o no, y, por supuesto, callándonos sus virtudes. ¡Hasta ahí podíamos llegar! Que Juan fuese más listo que los demás... ¡jamás!

Como siempre, la luz proviene de esos libritos que se llaman Evangelios. ¿Qué autoridad hay semejante a Cristo que nos enseñe cómo hemos de vivir? Él dijo: "No juzguéis y no seréis juzgados, porque como juzguéis os juzgarán, y con la medida que midiereis se os medirá. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo ves la paja en el ojo de tu hermano y no ves la viga en el tuyo?" (Mt 7 1-5).
Además recalcó: "Este es mi precepto, que os améis los unos a los otros como yo os he amado". Aquí está la clave y el fundamento de todo el cristianismo: el amor.

La parte negativa del amor es no hacer daño, pero lo que importa es hacer el bien, hablar bien. Sólo amando y siendo amados podemos alcanzar un poco de felicidad en este mundo. El ser humano exige mucho más que la felicidad del animal sano, bien alimentado y cuidado.

Necesitamos ser amados, estimados, respetados, valorados y de alguna forma, admirados. El hombre o la mujer nunca son más felices que cuando son reconocidos y "alabados" por sus trabajos o cualidades personales. Basta ver la satisfacción de ese buen futbolista que mete un difícil gol y salta de alegría, se revuelca, brinca y es alabado con estruendosos aplausos.

La más pequeña de las acciones o regalos hechos con amor suelen agradecerse como el mejor de los tesoros. El mismo Jesús lo reconoció así en la pobre mujer que, dando el poco dinero que tenía para comer, lo ofreció todo por amor. ¡Con razón la oración preferida y deseada por Yahvé es la oración de alabanza, la de los santos y las monjas encerradas!

Igualmente, los Mandamientos de la ley de Dios carecen de valor y de sentido sin el primero: Amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo.

En conclusión, no perdamos ninguna ocasión para alabar sincera y honestamente a toda persona en sus actividades. Pero ¡ojo!, díselo de corazón, de verdad, con normalidad, con una sonrisa, y comprobarás cómo te lo agradecerán. Además, nunca mentirás, pues todo lo que hace el Señor es hermoso.

Sin embargo, existe un requerimiento: hay que entrenarse. No hace falta mentir ni disimular, pues todos tienen algo bueno. Cuando no podamos decir nada bueno, ¡callémonos! Mientras tanto, podemos empezar con algo como: "María qué guapa estás hoy, ¿quién te ha peinado?". O "¡qué vestido tan bonito llevas!".

"Paco, ¡enhorabuena! me han dicho que has aprobado ‘casi’ todo". Al mal alumno hay que alabarle lo poco bueno que haga, en vez de criticarle duramente lo malo. Sorprendido, se esmerará un poco más.

Todo hay que decirlo con cara alegre y sonriente. ¡Ojo!, si se nos ocurriese utilizar la "coba" nos pasaríamos de listos, lo notarían rápidamente y caeríamos en un repugnante fariseísmo.

Los principios de la física también valen para la vida: "Toda acción tiene una reacción igual y contraria". Por tanto, sonríe y te sonreirán, critica y te criticarán, ayuda y te ayudarán, odia y serás odiado, ama y serás amado. Al sembrar amor y palabras amables, el ambiente cambia rápidamente a nuestro alrededor, y a cada sonrisa se nos responderá con otra parecida.

Prueben durante una semanita y comprobarán los excelentes resultados que se obtienen por un precio tan pequeño, sin necesidad de ser ricos, guapos ni una lumbrera.

domingo, 28 de junio de 2009

La soledad buscada es imprescindible para crecer como personas y espiritualmente: Maneras de estar solo
28 de junio de 2009.-La mitad de nuestros males proceden de no poder estar solos. La otra mitad de no saber estarlo. Con esto no quiero decir que la soledad involuntaria sea buena. No, no. Eso es aislamiento y desgasta y mata el alma y los afectos.

(Nacho Uría / Diario de Burgos) Me refiero más bien al don de estar apaciblemente solo. Sin ruido. Sin prisa. A la invencible sensación de tener el tiempo en las manos y sentir como se escurre, cómo se desliza y desaparece sin dejar rastro.

En estos días nuestros, severos y atropellados, la soledad es un lujo al alcance de pocos y percibirlo es un don de menos. Todo nos empuja, sin piedad, en sentido contrario, por eso la lentitud y el sosiego cotizan a la baja en el bazar moro que se ha convertido la vida.

Hay mil maneras de estar solo. Eso lo descubrí con Eloy Sánchez Rosillo, poeta tranquilo, y el libro del mismo título con el que ganó el Adonais hace tres décadas. La soledad es, desde entonces, algo necesario, un tiempo de espera y también de plenitud.

Estar solo para sentarse en un parque y ver la vida pasar y saludarla mientras se aleja. Estar solo para leer de nuevo aquel viejo libro que tanto dijo. O para catar un vino joven que promete y cumple. Estar solo y echar a andar sin saber adónde ir y permitir a los pies que elijan la senda correcta. Estar solo para crecer hacia dentro, para librarse de la tensión de una familia excesivamente cercana y numerosa o para alejar la neurosis de un trabajo monótono y mal pagado. Estar solo, en fin, para no hacer nada que no sea estar solo y pensar. O rezar, si es que eso ayuda. Ni más ni menos.

Antaño la soledad era algo cotidiano. Entonces la vida pasaba con otro ritmo, más humano, más exacto. Los días eran largos, como los de un niño en verano. Hogaño no. Ahora hay que correr, acelerarse, hacer más cosas. ¿Más cosas? Quizá lo único urgente sea hacerlas mejor. Con pausa, con sentido, con el oficio del que ya ha visto mucho y quiere apurar la vida que le resta. ¿Apurar? No, apurar no, degustar, sin prejuicios.

Los hijos... Hoy falta tiempo para maravillarse con lo pequeño porque la realidad nos aturde y nos aleja de nosotros mismos. Vivimos un exilio forzado y en nuestra demencia inculcamos la prisa a nuestros hijos, que sobreviven como pueden en medio de cursillos absurdos (inglés y tenis, a ser posible al mismo tiempo), competiciones necias y modas extravagantes (como las clases de chino mandarín).

Algunos padres dicen –y otros se lo creen– que hay que prepararlos para el futuro, pero me temo que ese futuro será de psiquiatras y lexatines. El porvenir, que ya es presente, es de niños hiperactivos y desgraciados, que saben elegir un hierro o una madera de su bolsa de palos de golf, pero que el único conejo que han visto en su vida se llama Bugs Bunny.

Otro gallo nos cantaría si fuéramos capaces de no planificar nada y que esa decisión no nos provocara ansiedad. Si encontráramos el tiempo para estar con nosotros mismos, aún a riesgo de no gustarnos, solos con nuestra soledad. Si cayéramos en la cuenta de que a menos velocidad, más felicidad. Si durmiéramos las horas necesarias, si aflojáramos el ritmo, si apagáramos el móvil.

Quizá entonces la vida volvería a ser vida y no una carrera de obstáculos. Simplemente vida.

sábado, 27 de junio de 2009

Testimonio-Oración de un matrimonio, reo de familia numerosa... y de 5 hijas monjas de clausura: «¿Estáis locos?»
27 de junio de 2009.-Han tenido que soportar la incomprensión de muchos, pero hoy pueden volver la vista atrás y dar gracias a Dios por una vida matrimonial y familiar plena. En la Seguridad Social, quisieron convencerles para someterle a ella a una operación de ligamiento de trompas, y les echaron, al insulto de integristas. Muchos tampoco entendieron que permitieran a su hija Esther hacerse monja de clausura... Éste es el testimonio-oración que ofrecieron el matrimonio Ripoll, del Camino neocatecumenal, y su hija Elena, durante la celebración del Corpus Christi en Madrid presidida por el cardenal Rouco

La familia Ripoll (con la toca, Esther, hoy Sor Jordán),
en el convento de clarisas de Lerma, el día de la entrada de Inma


(Alfa y Omega)

Inma: Cuántas veces te he preguntado: «¿Qué quieres? ¿Por qué nos envías tantos hijos? ¿Por qué el paro? ¿Por qué el cáncer del niño?» ¡Qué difíciles fueron los embarazos de los siete! Cinco nacieron por cesárea. Y cada uno venía con un sufrimiento añadido, porque nos atacaban: en la familia, en el trabajo... Incluso en ambientes que se llaman cristianos, nos atacaban los médicos...

Jano: Señor, en cada nuevo embarazo había médicos que me trataban como si fuera un asesino, y me preguntaban: «¿Otra vez por aquí? ¿Pero usted qué es lo que quiere, matar a su mujer?» Y nos echaron de la Seguridad Social porque nos negamos a firmar un papel autorizándoles a ligar las trompas a Inma. Nos llamaron integristas y no sé cuántas cosas más. Al final, acudimos a un ginecólogo con sentido cristiano, y decidimos seguir Tus planes, aunque -perdónanos, Señor- a veces tampoco nosotros los entendíamos. Seis chicas y, por último, un chico. No me los esperaba, y me asombraban Tus planes.

Inma: Nuestros hijos fueron creciendo. Los problemas de pañales se convirtieron en rebeldía. Una de nuestras hijas, Esther, cuando estudiaba Enfermería, pasó por unos momentos difíciles. Le aconsejamos que fuera unos días de descanso a la hospedería de un convento de clausura. Antes de irse, nos dijo que iba con la intención de demostrar a las monjas que Dios no existía: ¡que Tú, Señor, no existías! Y pocos meses después, no sólo te encontró, sino que decidió hacerse monja y entrar en el convento de las clarisas de Lerma.

Jano: ¡Y se montó de nuevo el escándalo! «¿La vais a dejar ir, ahora que está en la plenitud de la vida? ¿Estáis locos?» Pero aunque a mi mujer y a mí nos costaba mucho, nosotros sabíamos, Señor, que ésa era una nueva forma que tenías de bendecirnos. Año y medio después, Esther tomó el hábito.

Inma: Ese día, durante la ceremonia, mis hijas Raquel y Berta encontraron la respuesta. Pusieron nombre al anhelo más profundo de su corazón y decidieron seguir el mismo camino. Y tras el discernimiento oportuno, poco tiempo después, ya teníamos tres hijas monjas de clausura. ¡Se dice pronto, Señor! Nuestra hija Inma estaba en Uruguay, haciendo un voluntariado, y se iba enterando de todo esto por teléfono. Volvió para la entrada de Raquel en el convento..., y su corazón reconoció que también ése era su sitio. Pidió consejo espiritual, y un sacerdote le dijo: «Lo mejor es que te vayas a tomar el Sol». Ella entendió, y se fue a tomar el Sol ante el sagrario, donde estás Tú, el Sol del mundo, el que da la verdadera luz, el calor y el color a nuestras vidas.

Jano: Y también decidió ingresar en el convento. Esto parecía de risa. ¡Cuatro hijas monjas de clausura! Y más incomprensión a nuestro alrededor. ¡Cuántas horas pasamos frente a Ti, en la Eucaristía! Han sido años muy duros, vividos también con mucho gozo. Pero no acaba ahí la cosa. Nuestra hija Elena ha terminado, la semana pasada, la carrera de Magisterio Infantil, y el sábado que viene ingresa en el convento. Al final, nos vamos a quedar con la parejita, con Mar y con Alejandro, que están aquí hoy dándote las gracias.

Inma: Señor, nos cuesta mucho, pero nos sentimos profundamente agradecidos por el don maravilloso de tener 5 hijas entregadas a Dios. Sabes que éstos no eran nuestros planes. Queríamos que se casaran y soñábamos con tener un montón de nietos. ¡Pero son las mujeres más felices del mundo! Llama la atención. María nos enseña a entregártelas de nuevo todos los días.

Jano: Y ahora, Señor, ¿qué hacemos con la furgoneta? ¿Qué hacemos con la casa, que antes era pequeña y ahora se nos ha quedado tan grande? Pero dice el salmo: Me encanta mi heredad, ¿cómo pagaré al Señor todo el bien que me ha hecho?

Elena Ripoll: «Que muchos jóvenes te digan Sí»
A una semana de entrar en el convento, sólo puedo decirte lo mismo que mis padres: ¡gracias! Gracias por haberte fijado en mí, a pesar de haberte negado tantas veces. Te agradezco de corazón los padres que me has dado y la fe que me han transmitido. Sé que vas a cuidar muy bien de ellos y de mis dos hermanos Mar y Alejandro. Bendícelos siempre. En esta tarde del Corpus, te pido, Señor, por todos los que están sufriendo las consecuencias de la crisis económica y moral que estamos sufriendo. Cuánto dolor, cuánto paro, cuántas situaciones difíciles. Te pido también especialmente por las jóvenes y los jóvenes a los que quieres tocar el corazón; para que, ante el miedo de la llamada, sean valientes y respondan con generosidad a la vocación, a tu grito de Amor. Que sean muchas y muchos los que te digan Sí.
El espiritu Santo y la Familia / Autor: Omar Jesús Maytorena

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