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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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domingo, 29 de junio de 2008

"¡Tú eres Pedro!", invitación a reconciliarse con la Iglesia / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

Comentario del padre Cantalamessa al evangelio de la solemnidad de los santos Pedro y Pablo

Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del domingo, 29 de junio, solemnidad de los santos Pedro y Pablo.

* * *
Hechos 12, 1-11; 2 Timoteo 4, 6-8.17-18; Mateo 16, 13-19

¡Tú eres Pedro!

El Evangelio de este domingo es el Evangelio de la entrega de la llaves a Pedro. Sobre él siempre se ha basado la tradición católica para fundamentar la autoridad del Papa sobre toda la Iglesia. Alguno podría decir: pero, ¿qué tiene que ver el Papa con todo esto? Esta es la respuesta de la teología católica. Si Pedro tiene el papel de ser "fundamento" y "roca" de la Iglesia, dado que la Iglesia sigue existiendo, entonces debe seguir existiendo también el fundamento. Es impensable que prerrogativas tan solemnes ("te daré las llaves del Reino de los cielos") se refirieran sólo a los primeros veinte o treinta años de vida de la Iglesia y que terminaran con la muerte del apóstol. El papel de Pedro se prolonga, por tanto, en sus sucesores.

Durante todo el primer milenio, este oficio de Pedro fue reconocido universalmente por todas las Iglesias, si bien se interpretó de manera diferente en oriente y occidente. Los problemas y las divisiones nacieron con el milenio terminado recientemente. Y hoy también nosotros, católicos, admitimos que no todos estos problemas han nacido por culpa de los demás, de los así llamados "cismáticos": primero los orientales y después los protestantes. El primado instituido por Cristo, al igual que todas las cosas humanas, fue ejercido a veces bien y a veces menos bien. Al poder espiritual se le mezcló, poco a poco, un poder político y terreno, y de este modo se dieron abusos. El mismo Papa, Juan Pablo II, en la carta sobre el ecumenismo, Ut unum sint, ha previsto la posibilidad de revisar las formas concretas con las que se ha ejercido el primado del Papa para permitir la concordia de todas las Iglesias a su alrededor. Como católicos, deseamos que se continúe cada vez con más valentía y humildad por este camino de la conversión y de la reconciliación, especialmente incrementando la colegialidad querida por el Concilio.

Lo que no podemos desear es que el ministerio mismo de Pedro, como signo y factor de la unidad de la Iglesia, se desvirtúe. Sería privarnos de uno de los dones más preciosos que Cristo ha hecho a su Iglesia, así como contraponerse a su voluntad precisa. Pensar que a la Iglesia le basta tener la Biblia y el Espíritu Santo para interpretarla, para poder vivir y difundir el Evangelio, es como decir que a los fundadores de los Estados Unidos les hubiera bastado escribir la constitución norteamericana y mostrar en sí mismos el espíritu con que se debía interpretar, sin prever algún gobierno para el país. ¿Existirían todavía los Estados Unidos?

Algo que podemos hacer desde ahora y todos es allanar el camino a la reconciliación entre las Iglesias, comenzando por reconciliarnos con nuestra Iglesia. "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia": Jesús dice mi Iglesia, en singular, no mis Iglesias. Él ha pensado y querido una sola Iglesia, no una multiplicidad de Iglesias independientes, o peor aún, una lucha entre ellas. Mí, además de ser singular, es un adjetivo posesivo. Jesús, por tanto, reconoce la Iglesia como suya; dice mi Iglesia, como un hombre diría: mi mujer, o mi cuerpo. Se identifica con ella, no se avergüenza de ella. En los labios de Jesús la palabra Iglesia no tiene nada de esos significados sutiles negativos que nosotros hemos añadido.

En esa expresión de Cristo, se da un fuerte llamamiento a todos los creyentes a reconciliarse con la Iglesia. Renegar de la Iglesia es como renegar de la propia madre. "No puede tener a Dios por Padre --decía san Cipriano-- quien no tiene a la Iglesia por madre". Sería un hermoso fruto de esta fiesta de los santos Pedro y Pablo aprender a decir también nosotros, al hablar de la Iglesia a la que pertenecemos: "¡mí Iglesia!".

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[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]


El Evangelio del domingo 29 de junio, Solemnidad de los apóstoles Pedro y Pablo, en vídeo:
Mateo 16, 13-19
Para verlos haz click sobre las imagenes


"Tu eres Pedro" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

jueves, 26 de junio de 2008

Testimonio en el Congresso Eucarístico Internacional de Elizabeth Nguyen Thi Thu Hong, Docente, Canada.

Es la hermana menor del finado cardenal François-Xavier Nguyen Van Thuan, cuya causa de beatificación se abrió en septiembre de 2007.Ha iniciado la traducción al inglés y al francés de los escritos de su hermano sobre el Movimiento Mariano y de las cartas que envió a su familia durante sus años de cautiverio. Estas cartas están impregnadas de la fe que lo animaba.Para ver el video haz click sobre la imagen.

"El que cumple la voluntad de mi Padre" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

Testimonio de experiencia de evangelización y eucaristía de Gaëtan Arsenault, f.i.c., Canada, en el Congresso Eucarístico Internacional

miércoles, 25 de junio de 2008

Testimonio del Padre Buttet, Fundador de la Fraternidad Eucharistein, en el Congresso Eucarístico Internacional

Testimonio del P. Justo A. Lofeudo de los Misioneros del Santísimo Sacramento en el Congresso Eucarístico Internacional

Video 1

Video 2

Capillas de adoración

Estoy a tu puerta y llamo / Hermana Glenda

Examen de conciencia del empresario / Autora: Asociación Cristiana de Diregentes de Empresa


Los expertos de la Asociación Cristiana de Diregentes de Empresa, Argentina (ACDE) nos ofrecen una guía para elaborar un examen de conciencia y verificar así si cumplimos con los principios básicos de la DSI y la ética empresarial.

Un completo examen de conciencia debe permitir una mirada amplia, profunda y personal sobre las propias conductas tanto activas como pasivas (“Yo confieso.. que he pecado mucho, de pensamiento, palabra, obra y omisión”.). No vamos a sugerir una reflexión sobre muchas de ellas que son similares a las de cualquier hombre o mujer en relación con Dios o con otros hombres. Nos vamos a concentrar en algunos de los pecados sociales cercanamente vinculados a los hombres de empresa.

Antes de hacerlo, creemos oportuno recordar la enseñanza de Juan Pablo II en su exhortación apostólica “Reconciliación y Penitencia”, en la cual detalla tres sentidos del concepto de “pecado social”. En primer lugar, dice el Santo Padre es “reconocer que –en virtud de una solidaridad humana tan misteriosa e imperceptible, como real y concreta- el pecado de cada uno repercute en cierta manera en los demás”.

En segundo lugar, son sociales los pecados que constituyen “una agresión directa al prójimo”. Es social todo pecado contra el bien común y sus exigencias, dentro del amplio panorama de los derechos y deberes de los ciudadanos. Puede ser social el pecado de obra u omisión por parte de la dirigencia política, sindical y empresaria que –aún pudiéndolo- no se empeña con sabiduría en el mejoramiento o en la transformación de la sociedad según las exigencias y las posibilidades del momento histórico”.

Finalmente, en determinadas circunstancias se entiende como pecados sociales a “la acumulación y la concentración de mucho pecados personales...de quien engendra, favorece o explota la iniquidad, de quien pudiendo hacer algo por evitar, eliminar, o al menos limitar determinados males sociales, omite el hacerlo por pereza, miedo y encubrimiento, por complicidad solapada o por indiferencia de quien busca refugio en la presunta imposibilidad de cambiar el mundo; y también de quien pretende eludir la fatiga y el sacrificio, alegando supuestas razones de orden superior”.

Es importante que asumamos nuestra responsabilidad tanto por nuestros actos como por la contribución, activa o pasiva, que hacemos a la persistencia de los males y pecados sociales. “La conducta cristiana no puede tolerar pasivamente la existencia de este marco de condicionamiento. Debe tratar de cambiarlo para favorecer conductas correctas y buenas” (R.P 16). Y por lo tanto, al hacer el examen de conciencia deberíamos preguntarnos si hemos combatido de palabra y con acciones estos males y pecados; si hemos tolerado y nos hemos acomodado sin protesta a estos pecados; si hemos contribuido con nuestra acción personal de palabra y de obra a agravarlos.

Invitamos a los hombres y mujeres de empresa –con la ayuda de las preguntas que formulamos- a identificar las propias fallas tanto frente a los pecados sociales, como frente a los propios de la acción y responsabilidad empresaria. Invitamos al examen de conciencia personal. Invitamos a pedir perdón y reconciliarnos. Invitamos a hacer realidad en nuestras vidas al hombre de empresa que necesita la Argentina en el comienzo de un nuevo milenio. Invitamos a formar un nuevo espíritu empresario.

Invitamos, como dijo Monseñor Jorge M. Mejía, a “santificarnos como hombres de empresa”. ¿Amo al Señor, mi Dios, sobre todas las cosas...?

§ Dónde está mi tesoro allí está mi corazón, ¿dónde está el mío? ¿Tengo inmoderados deseos de fama, de figuración, de riqueza y de poder? ¿Cómo distribuyo mi tiempo? ¿Qué valores estoy privilegiando con ello?

§ ¿Considero los bienes materiales como simples medios, expresión del esfuerzo de mi trabajo, o los concibo como un fin en sí mismo que reemplazan, o al menos comparten, su posición con la del Señor?

§ ¿En que medida a causa de los defectos de mi vida cristiana, tanto en lo religioso, como en lo social y moral, soy responsable de una atmósfera cultural secularista y carente de la presencia de Dios?

§ ¿Tomo conciencia de que en ocasiones vivo con una indiferencia religiosa, pérdida del sentido trascendente de la existencia humana, extravíos en el campo ético y un marcado relativismo moral?

§ ¿Confío en Dios, o muchas veces ante la adversidad en los negocios pienso que nada tiene solución y pierdo la esperanza? ¿Amo a mi prójimo y le deseo el bien?

§ ¿Considero realmente con felicidad el progreso y los logros que otros obtienen en su carrera empresaria? ¿Me alegro de corazón ante los bienes materiales que mis colegas obtienen del fruto de su trabajo?

§ ¿Tengo sentimientos de envidia ante el éxito de los otros? ¿Con la gente que es más capaz que yo, soy envidioso o trato de imitarlos?

§ ¿Soy consciente de que en la búsqueda del éxito no puedo anteponer mis intereses personales o sectoriales en desmedro de la dignidad de las personas que interactúan conmigo?

§ ¿Busco siempre y a toda costa quedar bien con mis superiores, aún cuando para hacerlo deba perjudicar a otros o renunciar a mis valores o principios?

§ ¿Hago lo suficiente por promover y mejorar la educación de todos los miembros de mi empresa, no importando su exposición? ¿Me preocupo por entusiasmarlos y capacitarlos en su tarea diaria para posibilitar su desarrollo personal y laboral?

§ ¿Me preocupo de mantener una fluida comunicación entre todos los miembros de la empresa, canalizando inquietudes, sugerencias y aprovechando la potencialidad y creatividad de cada uno?

§ ¿Cultivo la amistad como un don superior o someto sus posibilidades a los avatares de las relaciones empresarias?

§ ¿Cuido realmente el alcance de mis palabras cuando me refiero a otras personas, especialmente si se trata de mis competidores? ¿Es la honestidad una norma en mi accionar empresario?

§ ¿Velo para que se vivan en mi empresa los valores cristianos de austeridad, justicia, verdad, honestidad, solidaridad? ¿Estoy seguro de que mis actitudes diarias en los negocios son coherentes con el modelo de vida cristiana?

§ ¿Doy testimonio o simplemente declamo? ¿Puedo ser considerado un ejemplo? ¿Las personas que me rodean ven en mi accionar la aplicación de los principios que proclamo o me ven que los uso cuando me conviene?

§ ¿Antepongo la verdad ante todo? ¿O a veces falto a ella o la digo a medias para obtener determinados fines?

§ ¿Tengo la valentía de destacar públicamente mis principios cristianos como respaldo o explicación para la toma de una decisión favorable o no a mis intereses privados y personales?

§ ¿Existen códigos de ética en mi empresa? ¿Los cumplo, los promuevo y soy testimonio de los mismos? Si no existen, ¿qué estoy haciendo para formularlos?

§ ¿Asumo la responsabilidad de que en mi empresa los empleados trabajen con ética? ¿O pongo excesiva presión en los resultados de cada acción individual justificando tácitamente comportamientos no éticos?

§ Aún perdiendo posibilidades de obtener negocios, ¿evito asociarme a empresarios con conductas claramente reñidas con la moral que proclamo?

§ ¿Hasta que punto justifico prebendas, coimas, o favores con el argumento de que ello es necesario para mantener la fuente de trabajo para mis empleados y sus familias? ¿Me esfuerzo por ser correcto, o elijo la vía más cómoda?

§ ¿Cumplo con mis obligaciones como ciudadano adecuadamente? ¿Me escudo en que las obligaciones que me impone el Estado son desmesuradamente gravosas, imposibles de cumplir y, por lo tanto, dejan de ser un deber moral para mí? Y aún creyendo en conciencia que las cosas son así, ¿no debería replantearme el tema?

§ ¿Denuncio lo que está mal o por comodidad, tranquilidad y conveniencia mantengo actitudes pasivas y no comprometidas? ¿Hago buen uso de los bienes que administro y poseo?

§ ¿Soy consciente de que como hombre de empresa soy sólo un administrados de los bienes que Dios me dio en custodia, y que de todos ellos deberé rendir cuentas?

§ ¿Qué uso hago de los bienes de la empresa? ¿Me apropio de ellos indebidamente al usarlos para mis fines personales, no siempre consistentes con los intereses de la empresa?

§ ¿Soy austero? ¿Cómo manejo los gastos de representación, decoración de oficinas, automóviles, viajes, y otros a los que puedo acceder por mi posición? ¿Evito la ostentación con mis propios bienes personales?

§ ¿Siento tristeza o envidia ante los bienes de los otros y deseo desordenado de apropiármelos?

§ ¿Tengo conciencia de que el retener y no dar lo que corresponde a los otros es faltar al mandamiento de no robar? ¿Pago los salarios justos? ¿Cumplo con mis proveedores? ¿Les doy a mis clientes los bienes y servicios comprometidos?

§ ¿Creo que como empresario debo satisfacer todas las necesidades de mis clientes, o existen límites en la oferta de bienes y servicios? ¿Cuáles son esos límites? ¿Qué principios me orientan? ¿Puedo alentar exageradamente el consumismo inútil aunque convenga a los intereses de mi empresa?

§ ¿Mantengo la calidad de los productos y servicios que fabrico y vendo? ¿Cuido el medio ambiente, entendiendo como una responsabilidad propia la preservación de la tierra para las generaciones futuras?

§ ¿Fijo los precios de mis productos teniendo en cuenta un razonable margen de utilidad, más allá de que el mercado me permita elevarlo por encima de ello?

§ ¿Qué criterios orientan mis decisiones de inversión? ¿Tengo en cuenta que además de análisis económicos hay opciones morales, sociales y culturales en juego? ¿Respeto a los hombres y mujeres vinculados con mi trabajo?

§ ¿Qué actitudes tengo en el ámbito de mi empresa frente a personas de otro sexo que veo atractivas y sensuales? ¿Transmito deseos o ejerzo presiones no adecuadas? ¿Hago bromas que provoquen incomodidades?

§ ¿Soy respetuoso de la dignidad como persona de mis colaboradores cuando me tientan pensamientos impuros? ¿Logro dominar las situaciones que muchas veces se dan cuando comparto tantas horas con una persona del otro sexo por la cual puedo sentir alguna atracción?

§ ¿Cómo razono y aconsejo cuando veo que estas circunstancias están ocurriendo en mi lugar de trabajo?

§ ¿Soy discriminatorio en la empresa con respecto a las personas que pueden tener problemas de homosexualidad? ¿Trato de apoyarlas y busco que eviten el escándalo y la degradación? ¿También evito todo tipo de discriminación racial, religiosa o basada en otros problemas morales?

§ ¿Cuido de no transigir en mi actividad empresaria con prácticas de negocios que se basan en invitar a posibles clientes o socios a lugares donde se practica la pornografía y la prostitución?

§ ¿Tengo en cuenta en las formas de comunicación, tantos internas como externas de mi empresa, la búsqueda de respeto y ejemplaridad? ¿Vigilo que las políticas, contenidos y forma de las comunicaciones empresarias estén en línea con los principios cristianos que proclamo?

§ ¿Cuido que las actividades comunicacionales se mantengan dentro de lo moral y éticamente sano, aún por encima de eventuales indicadores, ratings o tendencias?

§ Si en mi empresa no existiera una clara inquietud por vigilar estos marcos para comunicaciones comerciales, ¿qué puedo y que debo hacer? ¿Trato de comunicar a mis colegas, proveedores y asesores mis normas, valores y principios?

¿Trato de crear una comunidad de trabajo?


§ Desde mi empresa o desde mi posición profesional, ¿contribuyo a que las personas puedan desarrollarse y crecer como personas? ¿Es mi empresa una comunidad de personas o un conjunto de piezas de una maquinaria? ¿Genera alegría y esperanza en sus miembros, o sólo preocupación y angustia?

§ ¿Me preocupo del bienestar de mis trabajadores y sus familias? ¿Veo a cada integrante de mi empresa como un hijo de Dios y un hermano mío, con mi misma dignidad, con una familia que debe alimentar y educar como la mía, y con sus propias inquietudes, sueños e ilusiones? ¿Escucho sus problemas personales?

§ ¿Qué tipo de dirigente soy? ¿Me detengo a escuchar a mis empleados, no sólo a decirles buenos días, sino a escuchar sus opiniones e ideas? ¿Actúo en la vida diaria entendiendo que mi función de dirigente es servir a los demás?

§ ¿Respeto como personas a quienes trabajan conmigo? ¿Trato a cada empleado con dignidad, sin elevar la voz y de manera amable y respetuosa? ¿O el trato depende de su jerarquía y del grado de necesidad que tengo de alguno de ellos?

§ Cuándo debo tomar decisiones que afectan a los empleados de mi empresa ¿tengo en cuenta en la medida de lo posible la situación de cada uno de ellos? ¿Aprovecho mi situación dominante al definir una desvinculación laboral? ¿Dedico el tiempo necesario para la toma de decisiones difíciles que afectan a otros? ¿Además de buscar ser eficiente soy solidario?

§ Durante mi accionar empresario ¿enfoco mis obligaciones con responsabilidad social? ¿Soy plenamente consciente de que todos los bienes y autoridad que poseo no son exclusivas de mi propiedad, sino que debo usarlas al servicio de los demás?

§ Cuando debo actuar y tomar decisiones estratégicas de negocios, presionado por la obtención de ganancias para subsistir, por la necesidad de crecer para no perder posicionamiento frente a la competencia local e internacional, por la exigencia de una mayor productividad laboral y otros factores, ¿analizo el impacto integral demis decisiones? ¿Qué priorizo?

§ ¿Qué papel tiene la solidaridad en mi vida? Al tomar opciones en lo empresarial, en lo social y en lo político, ¿tomo en cuenta a los pobres y a los excluidos? ¿Estoy comprometido con el bienestar de la gente?

§ ¿Apoyo a las instituciones que trabajan en acciones solidarias? ¿Busco hacer el bien y ser solidario en forma consistente, evitando acciones facilistas que sólo intentan tranquilizar mi conciencia?

¿Busco mi propia santificación en mi acción empresarial?

§ ¿Reflexiono sobre mis responsabilidades como dirigente empresario cristiano? ¿Vivo y comunico en ideas, palabras y actitudes los principios que proclamo? ¿Es mi conducta real coincidente con mis expresiones? ¿Vivo el trabajo de todos los días con alegría?

§ ¿Soy consciente de que el ámbito laboral es un lugar de evangelización? ¿Cómo puedo colaborar con otros colegas empresarios para que también guíen sus acciones de acuerdo con los principios y valores que sostengo?

§ ¿Trato de ser auténticamente coherente en mi vida persona, familiar, profesional y social, cuestionándome diariamente si mis hábitos y actitudes son coherentes con un modelo de vida cristiana?


§ ¿Doy a mis hijos una verdadera formación, o las correcciones más que paternales o fraternas son muchas veces fruto del estado de ánimo con que llego a mi casa después del trabajo?

§ ¿Tengo algún momento en mis días de descanso que dedico a quienes me pueden necesitar? ¿Doy lugar a los momentos necesarios para amar y atender a mi cónyuge y a mis hijos, y para dejarme amar y atender por ellos?

§ ¿Me doy los tiempos necesarios para dialogar con Dios, y tratar de conocer su voluntad?

"Por sus frutos los conoceréis" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

Organismos internacionales potencian aborto como "sistema de control de la natalidad"

Un estudio de la Fundación Madrina afirma que de aquí al año 2010 se pasará en España de un aborto cada siete minutos a un aborto cada tres minutos, produciéndose cada hora más de diez abortos
Supondrá un gasto de 14.000 euros a la hora en adopciones y 9.000 euros por hora en abortos
MADRID, (ACI/Europa Press).- La maternidad se ha convertido en "un recurso caro y limitado para unos pocos" gracias a las políticas familiares de los gobiernos occidentales, orientadas en su mayoría a potenciar el aborto como "un sistema de control de la natalidad", según afirmó el presidente de la Fundación Madrina, Conrado Giménez, en la sede de la Real Academia de Medicina de Cataluña, en Barcelona.

El presidente de la fundación advirtió además que la "importación de la maternidad" de manera "estratégica, pero improvisada y apresurada" realizada por la Unión Europea a través de la inmigración, genera importantes bolsas de pobreza y marginalidad, con el consiguiente riesgo económico y político para los países que la realizan. De hecho, la maternidad inmigrante y las adopciones internacionales (que suponen un 16% del total de nacimientos en España, según Giménez) le suponen cada año al Estado español una factura equivalente al 10 por ciento del Producto Interior Bruto.

En este sentido, según un estudio de la Fundación Madrina, de aquí al año 2010 se pasará en España de un aborto cada siete minutos a un aborto cada tres minutos, produciéndose cada hora más de diez abortos frente a solo un bebé extranjero que será dado en adopción internacional, lo que supondrá un gasto de 14.000 euros a la hora en adopciones y 9.000 euros por hora en abortos. El aborto "nunca puede ser utilizado como sistema de planificación familiar, ni como primera y única alternativa en el sistema sanitario y social, como se realiza en la actualidad", concluye el informe.

"Restos fetales para experimentos dermatológicos"

Por otra parte, Giménez destacó este miércoles la "importancia de reconocer los restos fetales como restos humanos, ante una legislación que los considera restos no humanos y por tanto permite que puedan ser comprados y vendidos a laboratorios dermatológicos". "Esos restos no son una mercancía", afirmó; "a todo se le ha puesto un precio, pagando un elevado coste e impuesto de corrupción, que sale de las economías domésticas y que muchas familias no pueden pagar", sentenció.

Giménez pidió a la clase médica y social, "más delicadeza" para tratar los casos de fetos con malformaciones, dado el "grave riesgo psicológico" para la madre y el entorno familiar que conlleva el aborto, con una incidencia de suicidios siete veces superior a la media, y pidió seguir el "código deontológico" y la legislación internacional, que amparan y protegen la
vida de todo ser humano. La legislación actual, que está regulando improcedentemente "hechos naturales" pone entre la espada y la pared al médico haciéndole renunciar a su 'código deontológico' por el que está obligado a luchar por la dignidad, la salud y la vida humana e investigar para vencer la enfermedad, denunció.

Fundación Madrina pide que haya una campaña de sensibilización para que al menos un porcentaje de abortos vaya hacia adopciones nacionales. La entidad entiende que con un diez por ciento se resolvería la demanda interna de adopción internacional en España, potenciando la misma con una mejora en la Ley del menor. Estas medidas deberían acompañarse con más información y protección para las mujeres y madres, garantizándoseles el "derecho a no abortar", a través de un derecho al trabajo, vivienda, alimentación y educación para ellas y el menor, todo ello estipulado en la legislación internacional.

Fundación Madrina
(
www.madrina.org ) es una entidad social apolítica y aconfesional, de carácter 'benéfico asistencial', sin ánimo de lucro; dedicada a la asistencia integral de jóvenes y adolescentes embarazadas, sin recursos y en riesgo de exclusión social, violencia o abuso. Trabaja en pro del restablecimiento y la potenciación de la dignidad humana mujer en general y de la madre en particular, especialmente en su feminidad y libertad, defendiendo una nueva "cultura de maternidad", basada en la defensa de los valores femeninos, de la paz y de la vida.

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Adolescente polaca se sometió a aborto por presión anti-vida
La Agencia de Información Católica Polaca (KAI, por sus siglas en polaco) dio a conocer que ante la incesante presión de su madre, las activistas abortistas de la International Planned Parenthood Federation (IPPF) y algunos medios de comunicación, la adolescente de 14 años de Lublin conocida solo con el seudónimo de "Agata" abortó a su bebé.
Según la prensa polaca el
aborto se practicó el 17 de junio probablemente en la localidad de Gdansk.

Hace unos días, se informó que la rama polaca de la IPPF exigió al Primer Ministro, Donald Tusk, intervenir para obligar a la adolescente –presuntamente violada– a abortar según los deseos de su madre. La infortunada joven había expresado su intención de conservar al bebé y, según algunas versiones, habría resultado embarazada de su novio. Distintos grupos pro-
vida ofrecieron ayuda.

El Obispo de Lomza, Mons. Stanislaw Stefanek, lamentó el trágico desenlace y consideró que lo ocurrido "es un reflejo de la ideología de la muerte. Es una tragedia. Ha sido asesinado un niño y como consecuencia también ha sido dañado el corazón de la madre, quien sufrió y no pudo hacer frente a las presiones".

El Arzobispo de Lublin, Mons. Jósef Miroslaw Zycinski, también lamentó "la muerte de un niño inocente".

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Donde comen siete, comen ocho / Autor: Fernando Pascual, L.C.

Ocurrió en Argentina, el año 2004. La señora Matilde (nombre ficticio) vivía con su esposo y cinco hijos, el mayor de 22 años y la menor de 11. Suena el teléfono. Una amiga con cuatro hijos y uno adoptado le pregunta si conoce a alguien que pueda encargarse de una niña de 4 años. Su madre la maltrata continuamente. En una crisis muy fuerte había golpeado a la pequeña, y ahora los jueces buscaban una nueva familia para la niña.

La señora Matilde podía ponerse a buscar alguna familia con menos hijos, llamar por teléfono, encontrar una solución. Pero también la niña podía quedarse allí, en su casa, donde ya comían siete... Así lo explica ella misma, después de que han pasado 4 años: “A partir de ese momento ya no pude quedarme en paz. Sentía que no podía mirar para otro lado, así que lo hablé con toda la familia, primero con mi esposo, después juntos lo hablamos con cada uno de los chicos, y al día siguiente me fui al tribunal de menores a averiguar cómo estaban las cosas”.

En enero de 2005 la familia ajustaba los espacios para acoger a una niña con 4 años y 9 meses. La pequeña llegaba inquieta, confundida, casi sin instrucción. Con paciencia y cariño, empezó a aprender cosas nuevas, a sentirse segura. Sobre todo, descubrió que era amada. No todo fue fácil. Hubo momentos duros, difíciles.

La señora Matilde y su familia, gracias a Dios, recibieron ayuda de otras personas, especialmente de los sacerdotes de la parroquia, para salir adelante. El milagro se hizo realidad. La niña adoptada, ahora con 8 años, sigue en un hogar que siente como suyo, que le enseñó lo maravilloso que es la vida cuando hay amor y generosidad. Donde comen siete, comen ocho... y quizá más. Ese es el “problema” del amor: carece de límites. Y entonces uno descubre, misteriosamente, que cuando más da más tiene...

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Fuente: Buenas-noticias

Mark Gibson llegó a España para aprender castellano y encontró la fe / Autor: José Antonio Méndez

Mark leyó su oración-testimonioa Jesús Sacramentado, en la celebración del Corpus Christi, en Madrid
«Noviazgo limpio y alegría fueron como un imán»
Hace unos años, un joven norteamericano llegó a nuestro país, como otros muchos, para pasar las vacaciones de verano. Buscaba el sol y aprender español. Sin embargo, se encontró con una persona que le iba a cambiar la vida para siempre

La escena se repite cada verano: un joven estadounidense llega a España en busca del sol, la diversión y alguna que otra clase de castellano. Sin embargo, para Mark Gibson el final de la historia no tiene nada que ver con el de otros muchos turistas que visitan nuestro país. Porque aquí, en España, aquel chico acomodado, volcado en su vida fácil y vacía, encontró a Cristo.

Mark lo recordó ante cientos de personas en la celebración del Corpus Christi, en Madrid: «Antes era un hombre sin religión, que llevaba una vida cómoda, muy cómoda y sin sentido…, una vida vacía. En los Estados Unidos tenía de todo, pero no era feliz». Aquel sinsabor vital le llevó a alzar sus ojos al Cielo, a pesar de no estar ni siquiera bautizado.

«Aunque era un hombre sin fe -recordó Mark-, sabes que un día te pedí: ¡Jesucristo, ayúdame! Luego vine a veranear a España. Quería practicar el castellano y me presentaron a una chica que quería practicar el inglés. Y nada más verla, sentí cómo Tú, Señor, me decías en lo más hondo del alma: Ésta es».

Aquel encuentro contaba con todos los ingredientes para ser un simple amor de verano entre jóvenes. Sin embargo, el estudiante de Ohio se topó con un elemento imprevisto: «Yo me enamoré, pero ella no me lo puso fácil. Cuando vio que me interesaba, me dijo: Mira, yo soy católica. Por eso, si estás buscando a una chica para divertirte una temporada, no cuentes conmigo». Lejos de reírse o desanimarse, Mark se sintió cautivado por la valentía de aquella fe: «Al escucharle decir eso, me enamoré aún más. Me llamaba la atención su coherencia de vida y, sobre todo, su alegría». Hoy, aquella joven es su esposa, la madre de sus dos hijas y la persona por la que encontró a Dios.

Como recordó el día del Corpus, «cuando nos casamos, al comienzo de la Misión Joven, yo no era católico. Ella no me presionó, mi me forzó para que me bautizara, pero el noviazgo limpio que vivimos, el ejemplo de su vida y de su alegría fueron como un imán para mí». Por eso, cuando nació su primera hija volvió a pedir ayuda a Dios, como años atrás lo había hecho en los Estados Unidos, aunque por otro motivo: «Te pedí, Señor -aseguró Mark ante cientos de personas, en Madrid-, que mi hija fuera como su madre. Entonces me hiciste comprender que para que mi hija fuera buena cristiana, debía tener no sólo una madre, sino también un padre cristiano; y que yo debía dar el paso y bautizarme. Es lo que hice, y en la pasada Vigilia Pascual me bautizó el señor cardenal, don Antonio María Rouco».

De este modo, el joven que vino a España buscando la diversión del verano se encontró con un regalo inesperado -la fe en Cristo y en su Iglesia-, por el que da gracias a Dios: «Gracias por los milagros que haces en nuestras vidas; por el regalo de la fe. Gracias por mi mujer, mis dos hijas y todos los hijos que quieras seguir enviándome. Porque Tú, Señor, eres la verdadera alegría de nuestra vida».
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Fuente: Alfa y Omega