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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

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miércoles, 7 de mayo de 2008

La ouija ¿es un juego? / Autor: P. Jordi Rivero


El "juego" de la ouija consiste en poner las manos sobre una pequeña plataforma que se desplaza lentamente sobre un tablero, movida por alguna fuerza misteriosa. El tablero está inscrito con números y las letras del alfabeto.

Los jugadores esperan respuesta a sus preguntas según las letras sobre las que se mueva la plataforma. La "diversión" está en la curiosidad y el misterio de comunicarse con algún espíritu que revela secretos y, cuanto más parezca "funcionar", más la ouija (y el espíritu detrás de ella) atrae y ata, hasta convertirse en una obsesión.

Un artículo que nos enviaron (no conocemos su autor pero representa bien la posición de los medios seculares) dice:

Mucha gente se ve atraída por la posibilidad de contactar con un ser querido ya muerto, otros sólo por curiosidad y otros para pasar el rato... La verdad es que con el tiempo la ouija está variando el destino del contactante en función de las nuevas creencias. Por ejemplo hay quien la utiliza supuestamente para contactar con seres extraterrestres, seres de otras dimensiones, ángeles, ... En definitiva, parece que el juego del tablero hoy en día nos ofrece numerosas posibilidades.

Orígenes

Ya Pitágoras (540 a.C.) usaba un artefacto parecido cuando se reunía en "círculos" en los que "una tabla mística que se movía con ruedas" hacia signos que el filósofo y uno de sus estudiantes interpretaban a la audiencia como revelaciones del mundo invisible. En la China, antes del nacimiento de Confusio, se usaba algo similar, lo que parecía ser una forma "no peligrosa" de comunicarse con los espíritus de los muertos.

El mundo del ocultismo abrazó con entusiasmo a la ouija. En 1853, en Francia, el "espiritualista" M. Planchette, diseñó una ouija similar a la que hoy día es popular. Elija J. Nond, en USA, le hizo variaciones; William Fuld le compró los derechos y un año después la patentizó. Finalmente, en 1966, "Parker Brothers" compró los derechos sobre el juego de la ouija y ha sido desde entonces su fabricante. Sin embargo la ouija, en diferentes versiones, se ha popularizado tanto que se puede obtener por infinidad de medios.

"Parker Brothers" y otros, para aumentar el mercado, han querido enterrar la relación de la ouija con el ocultismo. A estos señores lo que les interesa es popularizar el juego para hacer dinero. Prefieren decir que los jugadores buscan su "yo" subconsciente para obtener respuestas. Según esta versión, la ouija trae a nuestra conciencia lo que está oculto en nuestro subconsciente. Como una llave para acceder a nuestro conocimiento interior.

Pero eso es pura ficción para cubrir una realidad más oscura. Cuando el hombre se abre a buscar respuestas más allá de lo que se puede llegar por el uso de la razón (estudio, lógica), entra en el campo de lo sobrenatural en el que sólo hay dos caminos: Dios y el demonio.

El mismo artículo arriba mencionado delata la verdad sobre este nefasto juego: "En definitiva (la ouija) es una manera más de intentar acercarnos al mundo de lo oculto, en busca de información de aquello que por el momento no podremos demostrar".

Ahora existe una nueva versión de la ouija para el siglo XXI: un juego para ordenadores (computadoras). Es más sofisticado que el tablero pero su importe espiritual es el mismo.

Importe espiritual

Ciertamente nadie que conozca y ame a Dios busca su dirección por medio de la ouija. Dios se da a conocer (se revela), no por medio de juegos, sino a través de Su Hijo, Jesucristo. Él nos lo enseña todo en la revelación que confió a Su iglesia. Quien desea buscar la verdad va a las Sagradas Escrituras y a las enseñanzas de la Iglesia. Entonces, con el corazón abierto al Espíritu Santo sabremos cómo aplicar las enseñanzas a la vida diaria.

No se puede justificar el uso de la ouija con el pretexto de entretenerse y curiosear lo oculto. La verdad es que al jugar con la ouija se hace contacto con el demonio cuyo objetivo es llevarnos el infierno.

El Primer Mandamiento prohíbe apelar a otro espíritu fuera de Dios. El rey Saúl recurrió a una mujer de Endor para conjurar el espíritu del difunto profeta Samuel y fue castigado por Dios (1 Sam 28: 8-17). Se trata del pecado de adivinación: querer "desvelar" el porvenir recurriendo a espíritus (que en realidad son demonios).

La ouija nos atrae por la curiosidad y por la soberbia.

En un artículo favorable a la ouija leemos:

(La ouija) nos conquista haciéndonos creer que somos seres fabulosos, reencarnaciones de personajes famosos, ... De modo que se hace casi irresistible volver a conectar para recabar más información.

El mismo artículo descarta todo peligro justificando que podemos mantener el control de la situación:

Así que mientras no te olvides que eres tú quien debe llevar la voz cantante se supone que no pasará nada.

¿Se supone que no pasará nada? Es notable la semejanza entre esta mentalidad moderna y la tentación de la serpiente en el paraíso:

Replicó la serpiente a la mujer: «De ninguna manera moriréis. Es que Dios sabe muy bien que el día en que comiereis de él, se os abrirán los ojos y seréis como dioses, conocedores del bien y del mal.» -Génesis 3:4-5

El demonio, sigue ofreciéndonos los consejos que le dieron tan buen resultado con nuestros primeros padres: "serán como dioses.... no pasará nada malo". Entonces ridiculiza a quién vea el peligro detrás de sus "juegos".

¿Cómo puede funcionar la ouija?

El demonio, siendo mucho más inteligente que nosotros, tiene conocimientos que nos parecen maravillosos y que los utiliza para atraparnos y engañarnos. Puede además imitar voces y apariencias de personas que han muerto.

No debemos buscar conocer sino lo que Dios nos quiera revelar, ya sea por medio del uso natural de la razón sometida a Dios o por su revelación.

Hay que advertir que, aunque se use la ouija por curiosidad, se está abriendo camino para el demonio y no es de extrañar que la persona quede espiritualmente afectada. Los resultados pueden ser, por ejemplo, dificultades posteriores en la oración, fantasías, obsesiones y otras opresiones mentales. Puede ocurrir que la persona se envicie con la ouija. En ese caso la opresión del demonio sobre esa pobre alma se hace mayor. Se entra en lo oculto hasta convertirse en una fascinación.

¿Qué hacer?

No se deje influenciar por los que dicen que es sólo un juego inofensivo. Una persona que cree en Dios tiene en Él su guía y no se abre al vacío para buscar respuestas. Como sacerdote he conocido a muchas personas oprimidas por ese "juego".

Pero, ¿no rezan los católicos a los santos? Esto es muy diferente. A los santos no los invocamos jamás en forma de oráculo. Nos conformamos con pedirles que recen por nosotros y que nos ayuden en nuestro peregrinar. Les pedimos que nos ayuden a vivir lo que Dios nos manda, no a buscar otro camino.

Solo Dios es fuente de verdad. Cuide de que la ouija no entre en su hogar.

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Fuente: corazones.org

¿De dónde vienen y a dónde van las parroquias? / Autora: Miriam Díez i Bosch

Reflexión del sacerdote y profesor de pastoral Jesús Sastre García
MADRID,(
ZENIT.org).- La parroquia no es un tema agotado y su vitalidad y renovación provocan ríos de tinta. Lo ha constatado un congreso del Instituto Superior de Pastoral de Madrid --recogido ahora en un libro-- que ha analizado qué es hoy la parroquia, cuál es su futuro y en que momento se remontan sus orígenes.

El tema fue tratado en la XVIII Semana de Teología y Pastoral del Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca
(
www.upsa.es) en enero de 2007, cuyas aportaciones forman el volumen «A vueltas con la parroquia: balance y perspectivas», recién publicado este 2008 por Verbo Divino.

«Yo creo en la parroquia, la misión de la parroquia me parece insustituible y la parroquia del futuro necesariamente ha de hacer una renovación en profundidad», afirma como punto de partida Jesús Sastre García, profesor del Instituto Superior de Pastoral de la Universidad Pontificia de Salamanca.

«En la parroquia se dan los elementos fundamentales que constituyen la vida cristiana: Palabra de Dios, sacramentos, comunidad, ministerios y atención a los necesitados. Esto hace que la parroquia tenga vocación de globalidad», recuerda el profesor Sastre. El sacerdote constata después de su recorrido histórico cómo «en la práctica, la parroquia es la referencia más cercana y común para los creyentes».

Para renovar la vida parroquial, el autor sugiere «no dar por supuesto que existe la parroquia», sino «crearla, con comunidades que cultivan la vida de fe, el compromiso social y la labor evangelizadora».La labor «iniciática» de la parroquia es fundamental: «iniciar, y reiniciar en la fe es la tarea más urgente e importante en la totalidad de nuestras parroquias», recuerda el profesor Sastre García.«La parroquia comunidad debe sentirse en estado de misión» y debe ayudar a «superar el divorcio entre la Iglesia y la sociedad», anima

Al taller del maestro vengo...

Desierto global / Autor: Javier Garralda Alonso

La nueva ética global, sin amor, será estéril

El niño busca el pezón de la madre, pero busca algo más: una infancia sin amor es la más dura tortura.

El hombre aun adulto busca recibir y dar amor como fuente de su felicidad. Incluso las torpezas que realice las hará movido por un falso concepto del amor, por un espejismo que confunde la verdadera fisonomía del amor.

Se puede confundir el amor humano con el mero egoísmo miope, el amor con el simple placer. No es ello para decir que el placer sea malo en sí, pero el amor que busca recibir, el eros, como explica Benedicto XVI en “Dios es Amor”, debe ir unido al amor oblativo que busca el bien de la persona amada, o agape. El hombre debe armonizar alma y cuerpo: su unidad en el amor le asegura una verdadera felicidad y realización personal.

En cambio, considerar al otro como simple objeto de placer es rebajar a la persona al nivel, pongamos por caso, de una paella, de un objeto, y rebajarse a sí mismo al nivel de quienes explotan a los demás.

Comenta el Papa: “Por eso, el eros ebrio e indisciplinado no es elevación, “éxtasis” que acerca a lo Divino, sino caída, degradación del hombre. Resulta así evidente que el eros precisa disciplina y purificación para dar al hombre, no el placer de un momento, sino una cierta pregustación de la cúspide de su existencia, de aquella felicidad a que tiende todo nuestro ser.” (Nº 4) “El eros, degradado a puro “sexo”, se convierte en mercancía, simple “objeto” que se puede comprar y vender; más aún, el mismo hombre se convierte en mercancía.” (Nº 5)

Sin embargo, la falsa ética pretendidamente global “pone el placer por encima del amor; la salud y el bienestar por encima de la sacralidad de la vida, los (pretendidos) derechos de las mujeres por encima de la maternidad; la autonomía del individuo egoísta por encima de toda autoridad legítima...” (“La nueva Ética global”, Marguerite A. Peters 2006).

Sucede que al hombre débil le resulta difícil el camino del amor verdadero y por eso los falsos profetas del placer como ídolo y de la comodidad como único norte, encuentran tan buena acogida. Pero no estamos solos en el arduo, pero bienaventurado camino del amor genuino:

Si no fuéramos amados primero seríamos incapaces de amar. Contando con que somos amados incondicionalmente podemos elevarnos a un amor digno de ese nombre: Nuestro amor humano, incluido el amor de pareja, puede aspirar así a lo que en el fondo es el sueño de todo enamorado: un amor exclusivo y para siempre, un amor en los días serenos y en los días de dolor, un amor, que se prolonga hasta la eternidad, un amor que por encima de todo busca el bien integral de la persona amada, sin perjuicio de dar y recibir de ella una felicidad temporal.

En cambio no merece el nombre de amor, ese amor con fecha de caducidad, o que acabará, en el mejor de los casos, con la muerte.

¿Hace falta decir que el amor verdadero no es un amor cerrado o exclusivista, sino abierto a lo hijos y a los demás? Y ya se ve que aborto o divorcio exprés sólo son nombres del desamor, del egoísmo, en el fondo suicida, que condena al hombre y a la mujer a un nivel inferior a las bestias.

No es preciso aclarar que el amor a los niños no es compatible con darles muerte en el claustro materno que tiene que ser su santuario inviolable, o con negarles su derecho a contar con un padre y una madre, en nombre de supuestos derechos de parejas homosexuales que, como si se tratara de un objeto de consumo, violaran y dispusieran del derecho del inocente.

Del mismo modo un amor verdadero al enfermo o al anciano impide matarlos, también porque no se les ama con un horizonte caduco de un tiempo dado, sino hacia la eternidad.

Y muchas otras categorías de la pretendida ética global sólo son disfraces de una concepción ferozmente ególatra, espejos de un narcisismo degradante y seguridad de una infelicidad global incluso en este mundo.

Si se idolatran los instintos más primarios, ¿qué seguridad tendremos de que se nos respete, de que no peligre incluso nuestra integridad?

Y la visión de fe nos deja claro que la ausencia de amor puede conducir, si no se rectifica a tiempo, a la desgracia eterna, de la que el dolor y la contradicción interna de quien rechaza el amor es ya un torturante anticipo.

El nombre más expresivo del infierno es “ausencia de amor” y una civilización que no acoge el amor puede convertirse en su antesala si nos dejamos envolver por sus sofismas, por su neblina intoxicante.

También pensando en el futuro eterno de nuestros hermanos, por amor suyo, nos horroriza que aborten, o colaboren al suicidio, o tengan prácticas sexuales antinaturales. Es el amor el que fija unas fronteras, el que da luz y fuerza. Sin amor, todo hasta lo más degradante y bestial parece permitido, o incluso obligado, en una retorsión que violenta nuestra naturaleza más noble e íntima.

Puede parecer un panorama sombrío. Y lo sería si sólo contáramos con nosotros mismos. Pero nuestra fidelidad al amor verdadero se nos aparece como un camino luminoso, si tenemos en cuenta que Dios nos ha amado primero, dándonos fuerzas para amar con nuestra débil naturaleza.

Dios nos ama sin tener nada qué ganar por o de nosotros, nos ama por nosotros mismos y está siempre dispuesto a perdonarnos si volvemos al camino del amor:

“El amor apasionado de Dios por su pueblo -por el hombre- es a la vez un amor que perdona. Un amor tan grande que pone a Dios contra sí mismo, su amor contra su justicia”.

“Dios es absolutamente la fuente originaria de cada ser; pero este principio creador de todas las cosas –el Logos, la razón primordial- es a la vez un amante con toda la pasión de un verdadero amor. Así el eros se ve tan sumamente ennoblecido, y también purificado que se funde con el ágape.” (Nº 10 de “Dios es amor”)

El amor “pasional”, con corazón de hombre o de mujer, se ve sublimado y elevado hasta un amor “divino” que da la vida por quienes ama, por todos los hombres; y esto sucede en Jesús, Dios y hombre verdaderos, que nos invita a imitarle).

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Fuente: Forum Libertas

Uniformidad obscena / Autor: Francesc Torralba Roselló

Crear innúmeras posibilidades desorienta y, al final, quita libertad

El gran riesgo de la reunificación del género humano se encuentra en la uniformidad que la globalización ha auspiciado de forma obscena. Esta uniformidad es un supuesto de la mercantilización de la vida diaria y de su estandarización.

Para poder extender la forma de dominio global postmoderna es necesario estandarizar los individuos, las culturas y las tradiciones: por ello se ha utilizado a los medios de comunicación como controladores sociales del discurso narrativo e ideológico, consiguiendo llevar a los individuos hacia una interpretación de lo social como una pluralidad de discursos y de posibilidades en las que ellos son los que de manera supuesta eligen libremente.

Se identifica libertad con libertad de elección y, a continuación, se crea la ilusión de las distintas posibilidades realmente diferentes. La perversión de esta ilusión radica en el cierre del discurso real: al crear innúmeras posibilidades lo que se produce es desorientación y pérdida de realidad.

Esto se ha logrado mediante la desaparición gradual del lugar físico del mercado y la tendencia a la identificación de la mercancía con su imagen. Las fronteras entre mercancía e imagen quedan difuminadas y se pretende crear una imagen de mercado que unifica el producto, el medio y la empresa.

Ya no hay límites en la venta, el mercado se ha hecho omnipresente. Ahora los productos se difunden a través de los segmentos de entretenimiento de los media, como parte de su contenido, la confusión entre publicidad y discurso narrativo, entre mercado y sociedad, entre hombre y producto, ha llegado a su paroxismo.

Llegamos al súmmum del proceso uniformador cuando el proceso de consumo se consume a sí mismo. El individuo no consume productos, sino que consume consumo, llega a identificarse con el producto, la marca, la imagen, la historia y la realidad creada a su alrededor.

Este individuo ya no actúa como un ser humano, sino como un apéndice del proceso de mercantilización global. Los procesos narrativos de la postmodernidad se han convertido en mercancías. Las marcas publicitarias asocian a su producto una forma de vida y de ser.

Este proceso lleva hasta la fetichización máxima de la mercancía, que es la otorgación de vida al producto hasta el punto que las relaciones sociales se tornan relaciones entre mercancías.

El nuevo individuo consumidor es el hombre postmoderno, la condición básica de la creación de la sociedad postmoderna uniformada. El fin de todo este marasmo postmoderno es la creación del individuo aislado, un hombre sin sustancia, que ya no es lo que debe ser, sino que se somete al mismo proceso productivo que cualquier otro producto de consumo.

Como consecuencia de todo ello, el ciudadano es creado a imagen y semejanza de la sociedad de consumo, es estandarizado para consumir unos determinados productos. La era del consumo postmoderno desocializa los individuos para resocializarlos en la lógica de las necesidades de producción y marketing.

Los individuos son reprogramados para que cumplan con las características convenientes de docilidad, alto nivel de consumo y versatilidad en la adquisición de capacidades concretas para la mejor adaptación a los nuevos modelos de consumo.

Necesitamos urgentemente un nuevo discurso sobre la libertad. De la libertad como práctica de la elección entre dos o más productos de consumo, debemos recuperar la libertad como autenticidad, compromiso personal, respuesta singular a la vocación más profunda.


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Fuente: Forum Libertas

Monserrate, el santuario de Bogotá

lunes, 5 de mayo de 2008

Al menos 15.000 muertos por el ciclón en Birmania

Lectura ininterrumpida de la Biblia

"Cristo Hoy" recoge caso de niña diagnosticada con anencefalia que ya cumplió 3 años

BUENOS AIRES (ACI).- El semanario Cristo Hoy recoge en su edición dedicada a la Virgen de Luján, el testimonio de una madre que confió la vida de su última hija a la intercesión de la Patrona de Argentina. La niña fue desahuciada antes de nacer por una grave malformación, pero ya cumplió tres años de edad y lleva una vida normal.

Marcela es oculista de profesión y madre de tres
niños. Cuando cumplió ocho meses de gestación en su último embarazo, los médicos detectaron que su hija tenía hidro anencefalia, acumulación de líquido en el cerebro que al no poder drenar hace que la cabeza crezca en forma anormal. El diagnóstico no daba lugar a la esperanza. La niña moriría pocas horas o días después del parto.

"Cuando estaba entrando en la sala de partos, invoqué a la Virgen de Luján y decidí que llevara su nombre y la entregué a sus manos. La Virgen de Luján apareció en mi mente y en mi corazón en aquellos duros momentos y con fervor le encomendé a mi hija. Gracias a ella hoy la tengo conmigo y es una niña como cualquier otra de su edad, regalando sonrisas y amor a quien la conoce. En la actualidad ella, según los estudios, carece de mucho tejido nervioso, y sin embargo es una chica normal", explica Marcela.

La pequeña Luján sigue siendo un caso inexplicable para los médicos que la trataron. "No pueden explicarse la mejoría extraordinaria de nuestra hija. Hoy es una nena normal salvo por una hemiparesia en el lado izquierdo (dificultad motriz muscular)", indica la madre. Según explica, la experiencia con Luján ha permitido a su
familia valorar más la vida. "Agradezco a Dios todos los días de mi vida por el milagro que hizo con mi hija".

"Ante la cruda noticia de un bebé en gestación con problemas, todo alrededor se derrumba, las ilusiones se apagan y las sensaciones negativas se potencian creo, por la fragilidad que estas pequeñas personitas aparentan. Pero hay que pedir mucha fortaleza, tener esperanza y por medio de la
oración tratar de sobrellevar el mal momento. Luján nos demostró que aunque tenía todo en contra, su valentía al no bajar los brazos, sus deseos de vivir y su lucha en contra de su enfermedad día tras día, hicieron que hoy en nuestra familia estemos agradecidos a la Virgen. La amamos y respetamos por su valía como persona que ama la vida y que demanda una oportunidad para crecer y gozar plenamente de ella", agregó.

"Me gustaría dejar el mensaje que los milagros existen… y que Dios siempre está con nosotros. Hay que pedir mucho, orar mucho a la Virgen, que nos sirve de puente hacia el Señor. Yo puedo dar testimonio de esto porque simplemente lo viví. Espero que con el relato de mi experiencia pueda ayudar a muchos en la fe", concluyó.

"Yo he vencido al mundo" / Video-reflexión: P. Jesús higueras

El Papa pide la reducción de desigualdades en la distribución de los bienes


La oración mariana del Regina Caeli con el Santo Padre

viernes, 2 de mayo de 2008

María, discípula y hermana

Apóstol de los Leprosos estaría cerca de la canonización

ROMA, (ACI).- El Obispo de Honolulu, Mons. Larry Silva, informó que la curación de una mujer que padecía cáncer fue admitida como el milagro necesario para la canonización del Beato Damián de Veuster, conocido como el Apóstol del los Leprosos.

Audrey Toguchi, es una maestra retirada de 69 años de edad que vive en Hawaii. En 1997, sufrió un accidente y los médicos al atenderla se percataron de la existencia de un tumor canceroso (liposarcoma) en el muslo izquierdo.

Le hicieron varias biopsias e intervenciones quirúrgicas y con el tiempo las heridas se infectaron. En 1998 las masas cancerosas se habían instalado también en los pulmones e hicieron metástasis. Los médicos le dieron tres meses de
vida y ningún tratamiento.

Audrey y sus familiares comenzaron a pedir la intercesión del Beato Damián y acudieron al memorial dedicado al sacerdote en Kalawao, donde sus restos reposaron hasta hace algunos años.

En 1999, nuevas pruebas revelaron una completa regresión del cáncer, sin que se hubiera utilizado terapia alguna. Audrey estaba curada.

El Obispo ha dado gracias a Dios por la buena noticia y ha pedido a sus feligreses rezar para que la canonización del Padre Damián ocurra pronto. Ahora falta que el hecho milagroso sea presentado ante los
cardenales y obispos de la Congregación para las causas de los Santos.