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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

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jueves, 10 de enero de 2013

La Virgen María, modelo y joven apasionada / Por Madre Gabriela del Amor

10 de enero de 2013.- (ESNE TVCamino CatólicoLa Madre Gabriela del Amor en el Congreso de Jóvenes de ESNE habla de las virtudes de la Virgen María que deben servir de modelo para vivir el evangelio y cumplir la misión que Dios nos ha encomendado. Vivir una vida apasionada como la de la Virgen María es poner los talentos y dones al servicio de los demás.

sábado, 25 de febrero de 2012

De la discoteca al convento: Jóvenes que lo han dejado todo para ser monjas y servir al Señor en las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús

25 de febrero de 2012.- ¿Por qué unas chicas de entre 18 y 25 años deciden dejarlo todo para meterse en un convento y dedicarse a la vida misionera y contemplativa? Hemos visitado el convento de las Hijas de Santa María del Corazón de Jesús situado en Galapagar (Madrid) para que ellas mismas nos lo cuenten. Reportaje testimonial de Gabriel López Nieto. Imagen de Marta Zenner.

miércoles, 14 de octubre de 2009

El padre Ericson Orozco, un "Cireneo" para los inmigrantes

14 de octubre de 2009.- "Sacerdote que no ama a María no puede seguir las virtudes que Dios tanto amó en ella", recuerda constantemente el padre Ericson Orozco. Nacido en Manizales, Colombia, tiene 37 años y diez como presbítero. Es el administrador de la parroquia Saint Charles Borromeo, ubicada en la localidad de Brigdeport, en el estado de Connecticut (Estados Unidos). También se encarga de la comunidad hispana, bastante amplia en este sector. "Aquí hay un trabajo que yo llamo misionero", asegura el sacerdote. Pese a que el condado de Fairfield, donde queda ubicada esta diócesis, es uno de los más ricos de Estados Unidos. Acoger a los inmigrantes, forzados a dejar su patria por las difíciles condiciones económicas y sociales, es una de sus tareas. Leer más...

viernes, 17 de julio de 2009

Testimonios de misioneros en zonas de conflicto, en la 62 Semana Española de Misionología
«Sólo me protege Dios»

17 de julio de 2009.-Educando a niños con discapacidad, ocupándose de los adolescentes solitarios, soportando bombas y ataques contra sus templos, defendiendo a los indígenas frente a la narcoguerrilla, evangelizando explícita e implícitamente..., así viven los misioneros católicos repartidos por los cinco continentes, con una única intención: «Hacer presentes el reino de Dios entre los que no tienen nada». Muchos de ellos se han dado cita en la 62 Semana Española de Misionología, que se celebró en Burgos la pasada semana, bajo el lema La misión en situaciones de conflicto. Estos son algunos de sus testimonios.

«O estás aquí por Jesucristo, o te vas»
(José Antonio Méndez / Alfa y Omega) Coches bomba, templos saqueados, sacerdotes perseguidos... Ésta es la rutina que viven los católicos de Pakistán, y a la que se enfrenta día a día la hermana Pilar Vila, religiosa de Jesús María y misionera en el país asiático desde hace 11 años. «Llegué antes del 11-S y me enamoré del país y de sus dificultades. Es uno de los países más peligrosos del mundo, y nunca sabes qué puede pasar. Antes, los atentados eran en el Norte, pero ahora se dan por todos los sitios». De hecho, ir con hábito es un desafío para la seguridad: «Aquí la gente te ve de blanco y ya eres americano y, por tanto, su enemigo. En Pakistán se vive el Islam con radicalidad y la Iglesia molesta mucho. No entienden qué hacemos allí si somos cristianos». ¿Y qué hace allí la hermana Pilar? Pues de todo: atiende a prostitutas de los suburbios, busca y recoge a niños con deficiencias y dirige un colegio con más de 2.000 alumnos, algunos de educación especial. «Nuestra presencia habla de Dios, pero no podemos evangelizar explícitamente porque está prohibido -si la hermana dijese que lo hace, no podría volver a Pakistán-. Aunque si, entre 170 millones de musulmanes, nos atacan al millón y medio de católicos, es que el mensaje llega». Y concluye: «Aquí no es posible dialogar, porque no quieren hablar. Ya me gustaría que trataran a los católicos como en España a los musulmanes... Los misioneros tenemos que pagar al Gobierno para que nos dejen trabajar. Y nos da igual, porque nos paga Dios. ¿Peligros? Todos y ninguno. A mí sólo me protege Dios... ¡Y los niños! Los misioneros no somos mejores ni peores que otros. Sólo trabajamos por amor a Dios y al otro. O estás aquí por Jesucristo, o te vas. ¡Pero es que hay tanto por hacer por Él!»

Dios frente al Ipod
«En Japón hay una gran pobreza de ilusión por la vida, de metas, de esperanza, y eso desemboca en conflictos familiares y de relación con los demás. Los jóvenes están quemados, son muy poco afectivos, tienen la necesidad de ser tratados con cariño y, por eso, donde más y mejor lo pueden encontrar es en Dios, que se manifiesta en Jesucristo. La lucha de nuestra evangelización es contra la competitividad, las tecnologías que absorben y la soledad». Así resume su experiencia la misionera Rosario Garrido, consagrada de las Servidoras del Evangelio de la Misericordia de Dios, que vive desde hace 17 años en Japón, dedicada a los jóvenes y a los adolescentes. «Éste es un país de contrastes: todo lo que tiene de bueno en el respeto y en la disciplina, lo tiene de malo en la indiferencia. Las repercusiones sociales son terribles: un número elevadísimo de suicidios, aislamiento, una sexualidad desordenada... A través de la evangelización y del acompañamiento descubren a un Dios-misericordia, que llena el corazón de alegría y da sentido a la vida. Aquí hay un gran miedo al fracaso, al ridículo, y se suplen las necesidades y los problemas familiares con el Ipod, los videojuegos, los chats... Nosotros proponemos a Dios», asegura. Y lo hace aprovechándose de la cultura nipona: «Aprovechamos la floración, que aquí es muy importante, para explicar la Pascua, la Resurrección, la unidad de la Iglesia... Es apasionante ver que Cristo habla todos los idiomas para llegar a todas las personas».

«La Iglesia molesta porque denuncia»
El Vicariato de Yurimaguas, en Perú, abarca unos 70.000 metros cuadrados de selva amazónica, en la frontera con Ecuador. El único medio de transporte es la barca, y la forma más fácil de hacer fortuna es el contrabando. De hecho, la narcoguerrilla campa a sus anchas desde hace años y buena parte de la Administración es corrupta. Tres religiosos, tres sacerdotes, seis religiosas y 22 carmelitas descalzas (en su Carmelo) velan por la atención pastoral de la zona. Uno de ellos es el hermano Jesús Ángel García, religioso corazonista, que lleva 22 años en Perú, formando a profesores, catequistas y animadores nativos. «Nuestra labor es prepararlos para que sean capaces de actuar frente a la narcoguerrilla», dice. Y se la juega, por amor a Cristo y a los demás: «El Evangelio nos impulsa a denunciar las injusticias, y eso acarrea amenazas, insultos... La Iglesia molesta porque denuncia a los narcos y a la Administración corrupta. Estamos en su punto de mira; y también en el de las ONG evangelistas, que son muy beligerantes y dan dinero a la gente para alejarlos de la Iglesia». El hermano Jesús Ángel, de hecho, es persona non grata por ayudar a los maestros, y otros religiosos están amenazados de muerte. «Estamos junto a la gente, y anunciamos a Dios hasta que lo descubren a su lado. Hacemos presentes los valores del Reino entre los que no tienen nada», dice.

miércoles, 8 de julio de 2009

¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! / Autores: Arturo López y Conchi Vaquero
"Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado."
Regresaron los 72 alegres, diciendo: "Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre."
El les dijo: "Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.
Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los cielos."
En aquel momento, se llenó de gozo Jesús en el Espíritu Santo, y dijo: "Yo te bendigo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has ocultado estas cosas a sabios e inteligentes, y se las has revelado a pequeños. Sí, Padre, pues tal ha sido tu beneplácito.
Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie conoce quién es el Hijo sino el Padre; y quién es el Padre sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar."
Volviéndose a los discípulos, les dijo aparte: "¡Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron."
(Lucas 10, 16-24)

Cuando somos llamados y realmente enviados por el Señor podemos estar tan contentos como los 72 discípulos cuando volvieron a Jesús. Hoy queremos hablar nuevamente del Padre Miquel Peix C.M.F. (en la fotografia de la derecha), que falleció hace más de dos años y con quién compartimos los mismos sentimientos que los 72 al volver de evangelizar multitud de veces.

Miquel Peix fue carismático pero nunca creyó, como los fariseos del tiempo de Jesús, que era mejor que los demás. El padre Miquel interiorizó como una forma inmutable una forma de vida. Decía que de estudiar las Sagradas Escrituras y especialmente al apóstol Pablo había llegado a la certeza interior que
"en Dios todo es gracia". La palabra carisma siempre estuvo para él relacionada con las gracias particulares que cada uno recibía para el bien de la iglesia universal.

El esfuerzo de Miquel Peix estuvo siempre encaminado a vivir y hacer vivir la gracia de Dios a todos a cada instante. Para ello renunció a sus numerosos conocimientos y a su inteligencia. Miquel Peix tenía una mente prodigiosa tanto para los idiomas como para el raciocinio intelectual. Tradujo al catalán la Ilíada y la Odisea. Siempre le gustaba argumentar sin cansancio sobre todos los temas, pero vivió renunciando cada día a su sabiduría e inteligencia humana, mendicando la gracia de Dios para sí y los demás.

Les podemos asegurar que estas palabras no son fruto de un halago hacía quién no esta entre nosotros. Él se ponía como un niño ante Dios Padre muchas horas. No quería que su don natural intelectual pudiera apagar el Espíritu Santo de Dios. Muchas veces calló como hizo Jesús ante la mujer adultera cuando acusaban a personas que hubieran pecado. También hacía círculos como Jesús, aunque los suyos eran de dolor en el corazón.

La palabra misericórdía en una de sus acepciones originarías significa matriz. Por eso se afirma que Dios tiene entrañas de misericórdía. La matriz es el lugar donde se crean las nuevas vidas. La misericórdía de Dios, que estamos llamados a practicar consiste en hacer criaturas nuevas de quienes están destruidos o van sin rumbo. El Espíritu Santo quiere siempre hacerlo todo nuevo. Por eso quiere convertir nuestros hombres viejos en hombres nuevos.

El padre Miquel Peix (en la fotografia de la derecha) fue un hombre de inacabable misericórdía. Le vimos confesar en retiros noches y madrugadas enteras sin agotarse. Creía tanto en la gracia de Dios en los sacramentos, que no le importaba estar confesando días seguidos y delegar
en los laicos la predicación. "Me gusta ver como la Palabra de Dios predicada con el poder del Espíritu Santo convierte los corazones y las personas son liberadas por la reconciliación de cargas pesadas para siempre" afirmaba Miquel. Miles de personas pueden testimoniar lo que decimos en toda España y en todas las partes del mundo por don de pasó.

Nosotros, muchas veces, habíamos tenido que entrar en la confesión con personas con grandes pecados que no eran capaces de verbalizarlos. Les presentábamos a Miquel e iniciábamos la explicación que no se atrevía a hacer quién iba a confesarse. Miquel, como padre amoroso, sólo con su mirada absolvía sin ningún juicio. Cuando nos retirábamos, a veces la persona estaba más de una hora reconciliandose con Dios. Era tal el poder del sacramento y de la misericórdía que las personas salían con su rostro transfigurado.

Recordamos a una mujer de unos 45 años que tenía cáncer terminal y acudió a que oráramos por ella. Esta persona se sentía tan vacía que odiaba a Dios y a todos cuantos le rodeaban. Se había acostumbrado a hacer con su vida lo que quería. realizaba rituales de todo tipo y llegó a pintar con sangre propia y de animales la casa de familiares deseándoles la muerte. Su vida era desenfrenada en lo sexual, en lo material y en lo personal. No había limites. Sólo cuando llegó a nosotros y le dijimos que únicamente podíamos orar por ella empezó a llorar como una niña. Oramos juntos y mientras transcurría su enfermedad, unos meses después nos pidió poder confesarse y hacer la primera comunión.

En ese momento entró como siempre en acción la misericórdía de Miquel Peix. Juntamente con él ayudamos a esa mujer a conocer el Amor Dios. Su vida quedó transformada. Al cabo de un tiempo murió, habiendo recibido la Santa Unción. Sin embargo, Dios no hace las cosas a medias y fueron sus padres y sus hijos los más bendecidos por el Señor. Todos quedaron transformados dispuestos a caminar de la mano de Jesús resucitado. La Paz se apoderó de toda la familia.

Otro día, evangelizando en las Ramblas de barcelona, un joven de unos 30 años, iba a comprar droga, pero al vernos cantar se quedó parado ante nosotros y estuvo escuchando las canciones y los testimonios durante dos horas. Al final se acercó y nos comentó su difícil situación familiar, su depresión por falta de trabajo y el hundimiento en la adicción a las drogas. Todas sus novias lo habían abandonado y no tenía ganas de vivir. Allí mismo oramos con él por su situación.

Nuevamente allí, junto a nosotros, como uno más estaba el padre Miquel Peix. Le invitó a que cuando tuviera ansias de comprar droga lo fuera a ver a él que lo atendería gustosamente. Al cabo de unas semanas el muchacho se presentó en la Parroquia de los Claretianos de Montgat, población cercana a Barcelona, donde estaba Miquel. Allí se confesó y lloró amargamente durante horas. Al salir y despedirse del padre Miquel el joven estaba tan transfigurado, que en lugar de ir a buscar el tren para volver a su casa, andó más de 15 kilómetros por carreteras sin darse cuenta. Esto nos lo contó el muchacho cuando ya le había sucedido.
"Tenía tanto gozo que no tuve conciencia de mi caminata hasta haber llegado a casa. Estaba sumergido en una sensación de amor tan grande que todo mi ser estaba inundado por una sensación infinita de agradecimiento y alabanza a Dios" comentó. Desde ese día no probó nunca más las drogas, todas sus relaciones cambiaron, encontro trabajo y una joven con la que se casó.

Con el Padre Miquel siempre pudimos exclamar con Jesús:"Dichosos los ojos que ven lo que veis! Porque os digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, pero no lo vieron, y oír lo que vosotros oís, pero no lo oyeron."

Señor enseñanos a renunciar a nuestra inteligencia para acoger tu sabiduría. Padre santo llenanos de tu Amor para que seamos misericordiosos a Tú imagen y semejanza. Vacianos de nosotros mismos y capacitanos para ser testigos de la Resurrección de Jesús. Transforma nuestros corazones y danos la valentía de venir a Tí con todos nuestros pecados para ser liberados de ellos para siempre. Queremos Señor que Tú presidas y dirijas nuestra vida. Amén

miércoles, 17 de diciembre de 2008

Ha sobrevivido a los guerrilleros de Sierra Leona
El agustino Garayoa: un secuestro, diez malarias, tres tifoideas...y ginecólogo autodidacta
17 de diciembre de 2008.-José Luis Garayoa nació en Falces (Navarra) hace 56 años. Con 9 años entró en el seminario menor de los agustinos recoletos, y con 24 años ya era misionero en la Sierra Madre Occidental de Chihuahua, México. Tres años después llegó a la Ciudad de los Niños de Costa Rica, llena de huérfanos de la guerra de Nicaragua, niños de la calle, hijos del alcoholismo y la prostitución. Durante 10 años trabajó en aquel centro que aportaba formación profesional (mecánica, ebanistería). "Es difícil conseguir que un muchacho ame una sociedad que le ha tirado a la calle", recuerda.
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domingo, 31 de agosto de 2008

"Hay una Paloma Blanca", una canción nacida de la oración, que ha llegado hasta los confines de la tierra / Autores: Conchi y Arturo

Nunca deseamos hablar de nosotros mismos. Ser testigos del Amor de Dios es mostrar con obras lo que el Altísimo está realizando en nuestra vida, aquello que realmente ha transformado el Señor en nuestro corazón profundamente herido. Es lo que deseamos hacer siempre: explicar y enseñar aquello que hemos aprendido de Dios Padre por el don del Espíritu Santo, adorando a Jesús Eucaristía en el sagrario. Lo poco, lo único que conocemos del Amor de Dios, como vivirlo y como aceptar su voluntad nos lo ha enseñado Él, transformando nuestro corazón de piedra en un corazón de carne. Leer.más...

lunes, 18 de agosto de 2008

Testimonios: Las nuevas vocaciones proceden de familias antes que de centros educativos religiosos / Autor: Javier Aparicio González

-El fenómeno se presenta sobre todo en los movimientos católicos de base como puede leerse en las siguientes llamadas de Dios
-Los seminaristas ya no llegan de colegios religiosos. La familia recupera protagonismo como veta sacerdotal

(La Razón) Actualmente parece un milagro encontrar vocaciones religiosas entre los jóvenes; sin embargo, la realidad es muy distinta. No sólo las hay, sino que además se puede dar el caso de que existan varias en la misma familia.

Es el ejemplo de la familia Rivas, cimentada en los valores cristianos y perteneciente al Camino Neocatecumenal, que cuenta con ocho hermanos, de los cuales dos, Jacobo y Pedro, han sentido la llamada de Dios y se encuentran actualmente en el seminario.

La experiencia de Jacobo llama poderosamente la atención por el cambio radical que ha dado a su vida. Cuando tenía diecinueve años comenzó a dejar «poco a poco» la Iglesia, entró en conflitco con su padres y empezó a refugiarse y «depender sexualmente» de la chica con la que salía. Cuando su novia le dejó «todo explotó», pasó cinco años en los que «todo lo que empezaba se iba al garete», una etapa «en la que cada vez sentía una tristeza mayor». Su vida era un caos, «durante 2 meses pensé suicidarme, no tenía valor para hacerlo, y mi forma de suicidarme fue no vivir, pasaba el día del ordenador a la cama».

Obrero de la construcción

A través de Kiko Argüello, el iniciador del Camino Neocatecumenal, (en la fotografia de la derecha) estuvo trabajando como albañil, en la construcción de la casa que este movimiento tiene en Galilea, y llevando una vida de seminarista. Según el jóven, «ésta fue la estrategia de la que Dios se valió para que entrara en el seminario, me reconcilié con mis padres y Cristo me devolvió la alegría por la vida». Para el otro hermano seminarista, Pedro, su vida se cimenta en saber que «Cristo es fiel».

En la familia De la Vega, dos de los tres hijos han recibido la «llamada de Dios», Fernando y Felipe. Para Fernando, un chico de buenas notas, el fracaso en la carrera de Industriales supuso un «rebote con Dios», pero, pronto se dio cuenta de que se «había equivocado con el Señor, y pedía a la vida una buena carrera, dinero y prestigio».

Le admitieron en Ingeniería de Minas, donde comenzó a asistir a la capilla de la facultad y a percibir no una relación «ascendente y descendente con Dios» sino «una totalmente horizontal». De repente se encontró envuelto en un ambiente de oración que le llevó a darse cuenta de que su verdadera vocación era el seminario.

Su hermano Felipe no tuvo ninguna crisis, ya que descubrió la «llamada» motivado por la letra que escuchó en la catedral de Santiago mientras comulgaba, «sonriendo has dicho mi nombre», que le sirvio de clave para descifrar su vocación como futuro sacerdote.

Benedicto XVI: "Sólo si somos tocados continuamente en nuestro interior por el Espíritu Santo podemos también nosotros transmitirlo a los demás"

El Papa responde a un seminarista como ser testigos en el mundo de hoy en nuestra vida cotidiana

(ZENIT.org).- El miércoles 6 de agosto, el Papa Benedicto XVI, que estaba pasando unos días de descanso en el seminario de la diócesis de Bolzano-Bressanone, mantuvo un encuentro con el clero y seminaristas de la diócesis en la catedral, que revistió la forma de coloquio.
El Papa respondió a las preguntas de cinco sacerdotes y un seminarista (cuatro en alemán y dos en italiano). Esta es la trascripción de la primera pregunta y su correspondiente respuesta
.

--Santo Padre, me llamo Michael Horrer y soy seminarista. Con ocasión de la XXIII Jornada mundial de la juventud, celebrada en Sydney, Australia, en la que participé juntamente con otros jóvenes de nuestra diócesis, usted reafirmó continuamente a los cuatrocientos mil jóvenes presentes la importancia de la obra del Espíritu Santo en nosotros, los jóvenes, y en la Iglesia. El tema de la Jornada era: "Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos" (Hch 1, 8). Hemos regresado fortalecidos por el Espíritu Santo y por sus palabras. Le pregunto: ¿Cómo podemos vivir concretamente en nuestra vida diaria los dones del Espíritu Santo y testimoniarlos a los demás, de modo que también nuestros parientes, amigos y conocidos experimenten la fuerza del Espíritu Santo y así podamos cumplir nuestra misión de testigos de Cristo? ¿Qué nos aconseja para lograr que nuestra diócesis siga siendo joven a pesar del envejecimiento del clero, y para que permanezca abierta a la acción del Espíritu de Dios, que guía a la Iglesia?
--Benedicto XVI: Gracias por su pregunta. Me alegra ver un seminarista, un candidato al sacerdocio de esta diócesis, en cuyo rostro puedo descubrir, en cierto sentido, el rostro joven de la diócesis. Asimismo, me alegra saber que usted, juntamente con otros, estuvo en Sydney, donde en una gran fiesta de la fe experimentamos juntos precisamente la juventud de la Iglesia. También para los australianos fue una gran experiencia. Al inicio miraban esta Jornada mundial de la juventud con gran escepticismo, porque como es obvio implicaría muchas dificultades para su vida diaria, muchas molestias, como por ejemplo para el tráfico, etc. Pero al final, como hemos visto también en los medios de comunicación social, cuyos prejuicios fueron desapareciendo poco a poco, todos se sintieron implicados en ese clima de alegría y de fe. Vieron que los jóvenes vienen y no crean problemas de seguridad ni de ningún otro tipo, sino que saben estar juntos con alegría. También vieron que hoy la fe es una fuerza presente; que es una fuerza capaz de dar la orientación correcta a las personas. Por eso, fue un tiempo en que sentimos realmente el soplo del Espíritu Santo, que barre los prejuicios, que hace entender a los hombres que aquí encontramos lo que nos interesa realmente, que esta es la dirección que debemos tomar, que así se puede vivir, que así nos abrimos al futuro.

Usted ha dicho, con razón, que fue un tiempo fuerte, del que hemos traído a casa una llamita. Ahora bien, en la vida diaria es mucho más difícil percibir concretamente la acción del Espíritu Santo o incluso ser personalmente un medio para que él pueda estar presente, para que se realice aquel soplo que barre los prejuicios del tiempo, que en medio de la oscuridad crea la luz y nos hace sentir que la fe no sólo tiene un futuro, sino que es el futuro.

¿Cómo podemos realizar eso? Ciertamente, nosotros solos no somos capaces. Al final, es el Señor quien nos ayuda, pero nosotros debemos ser instrumentos disponibles. Yo diría simplemente: nadie puede dar lo que no posee él mismo, es decir, no podemos transmitir el Espíritu Santo de modo eficaz, hacerlo perceptible, si nosotros mismos no estamos cerca de él. Precisamente por eso creo que lo más importante es que nosotros mismos permanezcamos, por decirlo así, en el radio del soplo del Espíritu Santo, en contacto con él. Sólo si somos tocados continuamente en nuestro interior por el Espíritu Santo, sólo si él está presente en nosotros, podemos también nosotros transmitirlo a los demás. Entonces él nos da ideas creativas, sugiriéndonos cómo actuar. Nos da ideas que no se pueden programar, sino que surgen en la situación misma, porque allí está actuando el Espíritu Santo. Así pues, el primer punto es: nosotros mismos debemos permanecer en el radio del soplo del Espíritu Santo.
El Evangelio de san Juan nos cuenta que, después de la Resurrección, el Señor se aparece a los discípulos, sopla sobre ellos y les dice: "Recibid el Espíritu Santo" (Jn 20, 22). Se trata de un texto paralelo al del Génesis, donde Dios sopla sobre el polvo de la tierra y este cobra vida, convirtiéndose en hombre. Ahora bien, el hombre, interiormente oscurecido y medio muerto, recibe de nuevo el soplo de Cristo, y este soplo de Dios que le da una nueva dimensión de vida, le da la vida con el Espíritu Santo.

Así pues, podemos decir que el Espíritu Santo es el soplo de Jesucristo, y nosotros, en cierto sentido, debemos pedir a Cristo que sople siempre sobre nosotros a fin de que ese soplo sea vivo y fuerte en nosotros, y actúe en el mundo. Eso significa, por tanto, que debemos mantenernos cerca de Cristo. Lo hacemos meditando en su Palabra. Sabemos que el autor principal de la Sagrada Escritura es el Espíritu Santo. Cuando a través de ella hablamos con Dios, cuando en ella no buscamos sólo el pasado sino verdaderamente al Señor presente que nos habla, entonces es como si nos encontráramos -como dije también en Australia- paseando en el jardín del Espíritu Santo: nosotros hablamos con él y él habla con nosotros. Aprender a ser de casa en este ámbito, en el ámbito de la palabra de Dios, es muy importante, pues en cierto sentido nos introduce en el soplo de Dios.

Luego, naturalmente, este escuchar, este caminar en el ámbito de la Palabra, debe convertirse en una respuesta, una respuesta en la oración, en el contacto con Cristo. Y, como es obvio, ante todo en el santo sacramento de la Eucaristía, en el que él sale a nuestro encuentro y entra en nosotros, casi se funde con nosotros. Pero también en el sacramento de la Penitencia, que siempre nos purifica, nos lava y elimina las oscuridades que la vida diaria pone en nosotros.

En pocas palabras, una vida con Cristo en el Espíritu Santo, en la palabra de Dios y en la comunión de la Iglesia, en su comunidad viva. San Agustín dijo: "Si quieres el Espíritu de Dios, debes estar en el Cuerpo de Cristo". El Cuerpo místico de Cristo es el ámbito de su Espíritu.
Todo esto debería marcar el desarrollo de nuestra jornada, de modo que sea una jornada estructurada, un día en el que Dios siempre tenga acceso a nosotros, en que estemos continuamente en contacto con Cristo, en que precisamente por eso recibamos continuamente el soplo del Espíritu Santo. Si hacemos esto, si no somos demasiado perezosos, indisciplinados o indolentes, entonces nos sucederá algo, entonces nuestra jornada tomará una forma, entonces nuestra vida misma tomará una forma en ella y esta luz emanará de nosotros sin que tengamos que ponernos a pensar demasiado, sin que tengamos que adoptar un modo de actuar -por decirlo así- "propagandístico", pues vendrá por sí mismo, dado que refleja nuestro espíritu.

A esa dimensión yo añadiría una segunda, lógicamente relacionada con la primera: si vivimos con Cristo, también las cosas humanas nos saldrán bien. En efecto, la fe no implica sólo un aspecto sobrenatural; además, reconstruye al hombre, devolviéndolo a su humanidad, como lo muestra el paralelo entre el Génesis y el capítulo 20 del Evangelio de san Juan. La fe se basa precisamente en la virtudes naturales: la honradez, la alegría, la disponibilidad a escuchar al prójimo, la capacidad de perdonar, la generosidad, la bondad, la cordialidad entre las personas. Estas virtudes humanas indican que la fe está realmente presente, que verdaderamente estamos con Cristo. Y creo que, también por lo que se refiere a nosotros mismos, deberíamos poner mucha atención en esto: hacer que madure en nosotros la auténtica humanidad, porque la fe implica la plena realización del ser humano, de la humanidad.

Deberíamos poner mucha atención en realizar bien y de modo correcto nuestros deberes humanos: en la profesión, en el respeto al prójimo, preocupándonos de los demás, que es el mejor modo de preocuparnos de nosotros mismos, pues pensar en el prójimo es el mejor modo de pensar en nosotros mismos.

De aquí nacen luego las iniciativas que no se pueden programar: las comunidades de oración, las comunidades que leen juntas la Biblia o también la ayuda efectiva a los necesitados, a los que atraviesan dificultades, a los marginados, a los enfermos, a los discapacitados, y muchas otras más... Así se nos abren los ojos para ver nuestras capacidades personales, para poner en marcha otras iniciativas y saber infundir en los demás la valentía de hacer lo mismo. Precisamente estas obras humanas nos fortalecen, poniéndonos nuevamente, de algún modo, en contacto con el Espíritu de Dios.

El gran maestre de los Caballeros de la Orden de Malta en Roma me contó que en Navidad fue, con algunos jóvenes, a la estación para llevar algo de Navidad a las personas abandonadas. Cuando se retiraba, escuchó que uno de los jóvenes le decía a otro: "Esto es más fuerte que la discoteca. Esto es realmente hermoso, pues puedo hacer algo por los demás". Estas son las iniciativas que el Espíritu Santo suscita en nosotros. Sin muchas palabras, nos hacen sentir la fuerza del Espíritu. Así prestamos atención a Cristo.

Tal vez he dicho pocas cosas concretas, pero creo que lo más importante es que, ante todo, nuestra vida esté orientada hacia el Espíritu Santo, para que vivamos en el ámbito del Espíritu, en el Cuerpo de Cristo, y que luego, a partir de esto, experimentemos la humanización, cultivemos las sencillas virtudes humanas y así aprendamos a ser buenos en el sentido más amplio de la palabra. De este modo se adquiere sensibilidad para las iniciativas de bien que luego naturalmente desarrollan una fuerza misionera y, en cierto sentido, preparan el momento en que resulta sensato y comprensible hablar de Cristo y de nuestra fe.

jueves, 14 de agosto de 2008

Biografía testimonial de Sor Ana de los Ángeles, primera religiosa americana de clausura elevada a los altares

El vídeo nos describe los datos más importantes de la biografía de Sor Ana de los Ángeles, primera religiosa americana de clausura que ha sido elevada a los altares. Sus acciones muestran el inmenso amor a Dios y su caridad para con los demás, características propias de su vida consagrada. Resalta su valentía frente a las reformas que existían en esa época en el convento, asumiendo desde el servicio más sencillo hasta la responsabilidad más grande dentro de su vida religiosa, Madre Priora de su comunidad.

domingo, 20 de julio de 2008

Imponente clausura de la JMJ: El Papa desafía a los jóvenes a guiar el mundo hacia Cristo

Para ver los video-resumen de la Misa de clausura haz clic sobre las imagenes


SYDNEY, (ACI).- En el marco de una soleada mañana australiana, ante más de medio millón de fieles que colmaron el Hipódromo de Radwick en Sydney, el Papa Benedicto XVI clausuró la JMJ 2008 desafiando a los jóvenes a transformar el mundo según el plan de Dios.

“Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo que descenderá sobre vosotros” Fueron las primeras palabras de la homilía del Papa en la homilía de la
Misa final. "Hemos visto esta promesa cumplida, con el poder del Espíritu, Pedro y los Apóstoles fueron a predicar el Evangelio a los confines de la tierra. En estos días yo también he venido como Sucesor de Pedro a esta magnífica tierra Australiana".

"He venido a confirmarlos en su fe, mis hermanos jóvenes hermanos y hermanas y a alentarnos a que abran sus corazones al poder del Espíritu de Cristo y a la riqueza de sus dones. Oro para que este gran encuentro de jóvenes 'venidos de todas las naciones que hay bajo el
cielo'", agregó el Pontífice.

"Que la llama del amor de Dios -continuó- descienda para llenar vuestros corazones, que los una plenamente con el Señor y su Iglesia y les envíe a ustedes, cual nueva generación de apóstoles para acercar el mundo a Cristo".

El Pontífice preguntó luego: “Pero ¿Cuál es el 'poder' del Espíritu Santo? ¡Es el poder de la
vida de Dios! Es el poder del mismo Espíritu que rige sobre las aguas en los albores de la creación".

"Aquí en Australia esta 'Gran tierra Austral del Espíritu Santo' todos nosotros hemos tenido una experiencia inolvidable en la presencia del Espíritu y en el poder de la belleza de la naturaleza… hemos tenido una vívida experiencia de la presencia y el poder del Espíritu Santo en la vida de la Iglesia. Hemos visto a la Iglesia como es verdaderamente: el cuerpo de Cristo, una comunidad viviente de amor, reuniendo a todas las personas de todas las razas, naciones y lenguas de todos los tiempo y lugares, en la unidad nacida de nuestra fe en el Señor resucitado”, dijo también el Papa, interrumpido por los aplausos de una multitud que lo seguía con sorprendente atención.

Sin embargo, advirtió
Benedicto XVI, "la gracia del Espíritu no es algo que podemos merecer o lograr sino que sólo lo podemos recibir como don puro…es por ello que la oración es tan importante: la oración diaria, la oración privada en el sosiego de nuestros corazones y ante el Santísimo Sacramento, así como la oración litúrgica en el corazón de la Iglesia”.

Desafío a los jóvenes
Luego dirigiéndose a los jóvenes el Papa preguntó en tono de paterno desafío: "Queridos jóvenes, permítanme ahora hacerles una pregunta ¿Qué van a dejar ustedes para las próximas generaciones? ¿Están construyendo sus vidas sobre báses sólidas construyendo algo que perdurará? ¿Están viviendo su vida de manera que abra el camino al Espíritu en medio de un mundo que quiere olvidar a Dios o que incluso lo rechaza en nombre de una libertad falsamente concebida? ¿Cómo están utilizando los dones que han recibido, el 'poder' por el cual el Espíritu Santo está ahora mismo preparado para liberar dentro de ustedes? ¿Qué legado van a dejar a los jóvenes del futuro? ¿Qué diferencias apostarán?"


“El mundo
-prosiguió el Santo Padre- necesita esta renovación, En muchas de nuestras sociedades, junto con la prosperidad material, un desierto espiritual se está extendiendo, un vacío interior, un temor sin nombre, un sentimiento silencioso de desesperación…la Iglesia también necesita de esta renovación. La Iglesia necesita especialmente de los dones de los jóvenes, de todos los jóvenes…Todos aquellos que el Señor llama al
sacerdocio y a la vida consagrada."

“No tengan miedo de decir 'Sí' a Jesús, de encontrar gozo en hacer su voluntad, entregándose completamente en la búsqueda de la santidad y utilizando todo su talento al servicio de los demás”.

Luego de invocar la protección de María, terminó con su saludo habitual en diferentes lenguas alentando a los peregrinos a “llevar la Buena Nueva”. A los peregrinos de lengua española les dijo: “Queridos jóvenes, en Cristo se cumplen todas las promesas de salvación verdadera para la humanidad. Él tiene para cada uno de vosotros un proyecto de amor en el que se encuentra el sentido y la plenitud de la vida y espera de todos vosotros que hagáis fructificar los dones que os ha dado, siendo sus testigos de palabra y con el propio ejemplo. No lo defraudéis".

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jueves, 17 de julio de 2008

"Cristo sigue llamando a aquéllos que sufren a que se acerquen a Él para sanarlos" / Autor: cardenal George Pell, arzobispo de Sydney

El evangelio y la homilia en video
Video 1


Video 2


Video 3

Homilía en la misa inaugural de las Jornadas Mundiales de la Juventud

Todos sabemos que Cristo nuestro Señor es a menudo descrito como el Buen Pastor del salmo responsorial de hoy. Nos han dicho que él nos guía a aguas tranquilas, reaviva nuestros espíritus decaídos y nos permite descansar en paz. Profundizando en esta imagen, Jesús una vez explicó que el buen pastor estaba preparado para dejar sus 99 ovejas e ir a buscar la que se le había perdido. Hoy en día, pocos países tienen pastores que cuidan de sólo 20 ó 30 ovejas, y en Australia con grandes granjas y rebaños, el consejo de Nuestro Señor no es muy práctico.

Si la oveja perdida fuera valiosa y saludable, entonces puede tener sentido dedicar un tiempo para buscarla. De otra manera, usualmente sería abandonada o su ausencia no sería notada. Jesús decía que tanto Él como Su Padre no son así, porque Él conoce cada una de Sus ovejas y como un buen padre va en búsqueda de la oveja perdida que ama, en particular si está enferma, en problemas o si no puede valerse por sí misma. Al inicio de esta Misa les di la bienvenida a todos ustedes a esta semana de la Jornada Mundial de la Juventud y nuevamente se las ofrezco ahora. Sin embargo, no quisiera empezar con las 99 ovejas saludables, aquellos de ustedes que se encuentren ya abiertos al Espíritu Santo y que quizás ya han sido testigos firmes de su fe y amor. Comenzaré dándoles la bienvenida y animando a todos los que se consideren perdidos, en angustia profunda, con pocas esperanzas o incluso exhaustos.

Sean jóvenes o ancianos, mujeres u hombres, Cristo sigue llamando a aquéllos que sufren a que se acerquen a Él para sanarlos, así como lo ha venido haciendo durante 2.000 años. Las causas de las heridas son secundarias, ya sea por drogas, alcohol, crisis familiar, la lujuria de la carne, soledad o muerte. Y quizás hasta el vacío del éxito. El llamado de Cristo es para todos los que sufren, no sólo para católicos o personas de otras religiones, sino especialmente para aquéllos sin religión. Cristo les está llamando para regresar a casa, para vivir el amor, la reconciliación y la comunión.

Nuestra primera lectura hoy fue del libro de Ezequiel, que junto con Isaías y Jeremías, fue uno de los tres grandes profetas judíos. Muchas partes de Australia todavía sufren sequía y es por eso que todos los australianos comprenden lo que es un valle de huesos secos y esqueletos sin carne. Esta visión desalentadora es ofrecida en primer lugar a todos ustedes e incluso a aquellas personas tentadas de decir: "no tenemos más esperanzas, nos sentimos como muertos". Esto nunca es verdad mientras todavía podamos elegir. Mientras haya vida, siempre estará la opción de esperanza y con la esperanza en Cristo llega la fe y el amor. Hasta el final estamos siempre en posición de elegir y actuar. Esta visión del valle de los huesos secos, la más espectacular en toda la Biblia, fue dada cuando la mano de Dios vino sobre Ezequiel mientras los judíos estaban cautivos en Babilonia, probablemente antes y no después, en el siglo VI antes de Cristo. Durante 150 años el destino político del pueblo judío estuvo en decadencia, primero en manos de los asirios, y luego en el año 587 antes de Cristo llegó la derrota catastrófica final y su viaje al exilio.

El pueblo judío había perdido las esperanzas y se sentía impotente para cambiar su situación. Ésta es la historia de la versión dramática de Ezequiel donde los muertos estaban ciertamente muertos y los esqueletos se habían tornados blanquecinos debido a que las aves de rapiña les habían despojado de sus carnes. Fue el inmenso campo de batalla de los cuerpos no enterrados. Un Ezequiel dubitativo y reacio fue incitado por Dios a profetizar sobre aquellos huesos, y mientras lo hacía, los huesos se precipitaron todos juntos de forma ruidosa creando un terremoto. Los tendones se unieron a los huesos, y carne y piel vistieron los cadáveres. Luego en otro episodio, el aliento o el Espíritu, vino de los cuatro rincones de la tierra mientras los cuerpos "volvían a la vida nuevamente y se paraban sobre sus pies formando un ejército grande e inmenso".

Mientras nosotros vemos esta visión como una prefiguración de la resurrección de los muertos, los judíos de los tiempos de Ezequiel no creían en tal concepto después de la vida. Para ellos, el inmenso ejército resucitado representaba a todo el pueblo judío, a aquéllos del reino del norte llevados a Asiria, a aquéllos en casa y a aquéllos en Babilonia. Los judíos iban a ser reconstituidos como un pueblo en su propia tierra y sabrían que el único verdadero Dios había hecho esto. Y todo esto vino a suceder. Por los siglos nosotros los cristianos hemos usado este pasaje litúrgico en Pascua, especialmente para el Bautismo de catecúmenos en la noche del Sábado Santo y es, por supuesto, una imagen poderosa de la verdadera fuerza regenerativa de Dios para esta vida y la eternidad.
La sabiduría secular proclama que el leopardo no cambia sus manchas, pero nosotros los cristianos creemos en el poder del Espíritu para convertir y cambiar a las personas del mal al bien; del miedo e incertidumbre a la fe y la esperanza. Los creyentes nos vemos alentados por la visión de Ezequiel, porque conocemos el poder del perdón de Dios, la capacidad de Cristo y la tradición católica que provoca el nacimiento de nueva vida incluso en circunstancias poco probables. Ese mismo poder vislumbrado en la visión de Ezequiel se nos ofrece hoy, a todos nosotros sin excepción. Ustedes jóvenes peregrinos pueden ver el futuro que se extiende ante ustedes tan rico en promesas.

La parábola evangélica del sembrador les recuerda la gran oportunidad que tienen para abrazar su vocación y producir una abundante cosecha y abundantes frutos. Mateo, Marcos y Lucas ubican a esta historia del sembrador al inicio del conjunto de parábolas de Jesús. La historia explica algunas verdades fundamentales sobre los retos del discipulado cristiano y se enumeran las alternativas para una vida cristiana fructífera. La fidelidad no es automática o inevitable. Un detalle hace que la parábola sea más convincente, porque parece que los judíos en el tiempo de Nuestro Señor tiraban las semillas sobre el terreno antes de que el mismo fuera arado, eso explica un poco mejor el hecho de que las semillas también caen en lugares pocos probables y no sólo en los surcos. ¿Estamos entre aquéllos cuya fe ha sido arrebatada por el diablo, como cuando Nuestro Señor explica la imagen de las aves del cielo engulléndose las semillas? Nadie en esta Misa estaría en esa categoría. Algunos podrían ser como la semilla en terreno rocoso que no puede echar raíces. Aquellas personas en esta segunda categoría es probable que deban esforzarse para volver a empezar en la vida espiritual, o al menos examinar la posibilidad de hacerlo. Pero la mayoría de nosotros estamos en la tercera y cuarta categorías, donde la semilla ha caído en tierra fértil y está creciendo y floreciendo, o estamos en peligro de ser asfixiados por las preocupaciones de la vida.

Todos nosotros, incluidos los que ya no son jóvenes, tenemos que rezar sabiduría y perseverancia. No tengo dudas en creer que Nuestro Señor explicó en detalle el significado de esta parábola a sus seguidores más cercanos y que ellos le hubieran solicitado hacerlo repetidamente. Pero las preguntas de los discípulos provocaron una respuesta desconcertante cuando Nuestro Señor dividió a sus oyentes en dos grupos: aquéllos a quienes los misterios del Reino les fueron revelados y el resto para quiénes las parábolas siguen siendo sólo parábolas. Este segundo grupo se describe en las palabras del profeta Isaías como los que "quizás pueden ver pero no percibir, escuchar pero no entender".

Probablemente el trasfondo de esto es el asombro de los discípulos de Nuestro Señor ante el gran número que no acepta su enseñanza. ¿Por qué esto todavía es así? ¿Qué debemos hacer para estar entre los destinatarios de las revelaciones de los misterios del Reino? El llamado del único Dios verdadero sigue siendo un misterio, sobre todo hoy, cuando a muchas personas les resulta difícil creer. Incluso en el tiempo de los profetas, muchos de sus oyentes permanecían espiritualmente sordos y ciegos, mientras que otros a través del tiempo alcanzaban a admirar la belleza de la enseñanza de Jesús, pero nunca fueron inspirados a responder a su llamado. Nuestra tarea es estar abiertos al poder del Espíritu para permitir que el Dios de las sorpresas pueda actuar a través de nosotros. La motivación humana es compleja y misteriosa, ya que a veces católicos y otros cristianos de fuerte devoción pueden rezar y ser buenos, pero también pueden estar decididos a no tomar siquiera un paso hacia adelante. Por otro lado, algunos seguidores de Cristo pueden ser mucho menos entusiastas y fieles, pero abiertos al desarrollo y a cambiar para mejor porque se dan cuenta de su indignidad y su ignorancia. ¿Dónde están ustedes? Sea cual fuera nuestra situación debemos rezar por una apertura de corazón, por la voluntad de dar el siguiente paso, incluso tenemos miedo de aventurarnos demasiado. Si tomamos la mano de Dios, Él hará el resto. La confianza es la clave. Dios no nos fallará.

¿Cómo podemos trabajar para evitar deslizarnos desde la última y mejor categoría de los que dan mucho fruto a aquéllos que "son asfixiados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida" y que no producen frutos en lo absoluto? La segunda lectura de la carta de Pablo a los Gálatas nos señala la dirección correcta, nos recuerda que cada persona debe tomar postura en la vieja lucha entre el bien y el mal, entre lo que Pablo llama la carne y el Espíritu. No es suficiente ser solamente un observador o tratar de vivir en "tierra de nadie" entre las partes beligerantes. La vida nos obliga a elegir y a la larga destruye cualquier posibilidad de neutralidad.


Vamos a dar buenos frutos si aprendemos el idioma de la Cruz y dejamos que ella selle nuestros corazones. El lenguaje de la Cruz nos da los frutos del Espíritu que Pablo enumera, nos permite experimentar la paz y la alegría, ser amables con regularidad y generosos con los demás. El seguimiento de Cristo no está libre de costos, no siempre es fácil porque requiere luchar contra lo que San Pablo llama "la carne", nuestro ego implacable y el viejo egoísmo. Siempre es una batalla, ¡incluso para las personas mayores como yo! No pasen su vida sentados al borde del camino manteniendo sus opciones abiertas., Sólo el compromiso plenifica.

La felicidad viene de cumplir nuestras obligaciones, haciendo nuestro deber, sobre todo en los pequeños asuntos y de manera regular; de esta forma nos elevamos para hacer frente a desafíos más difíciles. Muchos han descubierto su vocación durante las Jornadas Mundiales de la Juventud. Ser un discípulo de Jesús exige disciplina, en particular la autodisciplina, lo que Pablo llama autocontrol. La práctica del autocontrol no hará que ustedes sean perfectos (no lo ha hecho conmigo), pero el autocontrol es necesario para desarrollar y proteger el amor en nuestros corazones y evitar que otros, especialmente nuestra familia y amigos, sean heridos por nuestras fallas o pereza. Pido para que a través del poder del Espíritu todos ustedes se unan a ese inmenso ejército de santos, sanados y reconciliados, como le fue revelado a Ezequiel. Un ejército que ha enriquecido la historia de la humanidad por innumerables generaciones y que recibe la recompensa en el cielo luego de esta vida.

Permítanme concluir con la adaptación de uno de los más poderosos sermones de San Agustín, el mejor teólogo del primer milenio y obispo en la pequeña ciudad de Hipona al norte de África alrededor de 1600 años atrás. En los próximos cinco días de oración y celebración espero que vuestros espíritus se eleven, como el mío siempre lo hace, en el entusiasmo de esta Jornada Mundial de la Juventud. Pidamos a Dios estar alegres de poder participar en este evento, a pesar de los costos, las molestias y las distancias recorridas. Durante esta semana tenemos todo el derecho de regocijarnos y celebrar la liberación de nuestras faltas y la renovación de nuestra fe. Estamos llamados a abrir nuestros corazones al poder del Espíritu.

Y a los jóvenes les doy tan sólo un gentil recordatorio de que en su entusiasmo y emoción ¡no se olviden de escuchar y rezar! Muchos de ustedes han recorrido un largo camino y quizás crean que han llegado, de hecho, ¡a los confines de la tierra! Si es así, eso es bueno, ya que Nuestro Señor les dijo a sus primeros apóstoles que serían sus testigos en Jerusalén hasta los confines de la tierra. Esta profecía se ha cumplido en el testimonio de muchos misioneros de este vasto continente, y se cumple una vez más por nuestra presencia aquí.

Estos días pasarán muy rápido y la semana próxima volveremos a nuestras tierras. Por algún tiempo algunos de ustedes encontrarán que el mundo real de casa y parroquia, trabajo o estudio, es algo poco excitante y hasta decepcionante. Pronto, demasiado pronto, todos ustedes se irán de aquí. Por muy corto tiempo nos encontramos aquí en Sidney en el centro del mundo católico, pero la semana que viene el Santo Padre regresará a Roma y nosotros como habitantes de Sidney volveremos a nuestras parroquias, mientras que ustedes, ahora peregrinos de visita, volverán a sus casas en lugares cercanos o lejanos. En otras palabras durante la semana próxima nos despediremos. Pero cuando partamos felices después de haber disfrutado de estos días, no dejemos que nos apartemos nunca de nuestro querido Dios y de su Hijo Jesucristo.

Y que María, Madre de Dios, a quién invocamos en esta Jornada Mundial de la Juventud como Nuestra Señora de la Cruz del Sur, nos fortalezca en esta resolución. Y por eso rezo. Ven, ven O Aliento de Dios, desde los cuatro vientos, de todas las naciones y los pueblos de la tierra y bendice nuestra Gran Tierra Austral del Espíritu Santo. Danos fuerza también para ser otro gran e inmenso ejército de servidores humildes y fieles testigos. Ofrecemos esta oración a Dios nuestro Padre en el nombre de Cristo su Hijo. Amén.

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Traducción distribuida por la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud (
www.wyd2008.org).

domingo, 15 de junio de 2008

La Iglesia existe para los cansados y oprimidos / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

El padre Raniero Cantalamessa comenta la liturgia dominical
Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap., predicador de la Casa Pontificia, a la liturgia del próximo domingo.

* * *
XI Domingo del tiempo ordinario
Éxodo 19, 2-6a; Romanos 5, 6-11; Mateo 9, 36-10,8
En el Evangelio de este domingo nos encontramos con la presentación oficial del colegio apostólico: "Los nombres de los doce apóstoles son éstos: primero Simón, llamado Pedro...". Se menciona claramente el primado de Pedro en el colegio de los apóstoles. No dice: "Primero Pedro, segundo Andrés, tercero Santiago...", como si se tratara simplemente de una serie. Se dice que Pedro es el primero en el sentido fuerte de que es cabeza de los demás, su portavoz, quien les representa. Jesús especificará más tarde, en el mismo Evangelio de Mateo, el sentido de ser "primero", cuando dirá "Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia...".


Pero no quería detenerme a analizar el primado de Pedro, sino más bien el motivo que lleva a Jesús a escoger a los doce y a enviarles. Se describe así: "Jesús al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Jesús vio la muchedumbre y sintió compasión: esto le llevó a escoger a los doce apóstoles y a enviarles a predicar, a curar, a liberar...

Se trata de una indicación preciosa. Quiere decir que la Iglesia no existe para ella misma, para su propia utilidad o salvación; existe para los demás, para el mundo, para la gente, sobre todo para los cansados y oprimidos. El Concilio Vaticano II dedicó un documento entero, la
Gaudium et spes, a mostrar cómo la Iglesia existe "para el mundo". Comienza con las conocidas palabras: "Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón".

"Al ver a la muchedumbre, sintió compasión de ella, porque estaban vejados y abatidos como ovejas que no tienen pastor". Los pastores de hoy, desde el Papa hasta el último párroco de pueblo, se presentan, desde esta perspectiva, como los depositarios y continuadores de la compasión de Cristo. El fallecido cardenal vietnamita F.X. Van Thuan, que había pasado trece años en las prisiones comunistas de su país, en una meditación dirigida al Papa y a la Curia Romana, dijo: "Sueño con una Iglesia que sea una 'puerta santa' siempre abierta, que abrace a todos, llena de compasión, que comprenda las penas y los sufrimientos de la humanidad, una Iglesia que proteja, consuele y guíe a toda nación hacia el Padre que nos ama".

La Iglesia debe continuar, tras su ascensión, la misión del Maestro que decía: "Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso...". Es el rostro más humano de la Iglesia, el que mejor le reconcilia con los espíritus, y que permite perdonar sus muchas deficiencias y miserias. El padre Pío de Pietrelcina llamó al hospital que fundó en San Giovanni Rotondo "Casa de alivio del sufrimiento": un nombre hermosísimo que sin embargo se aplica a toda la Iglesia. Toda la Iglesia debería ser una "casa de alivio del sufrimiento". En parte, hay que reconocer que lo es, a no ser que cerremos los ojos a la inmensa obra de caridad y de asistencia que la Iglesia desempeña entre los más desheredados del mundo.

Aparentemente las muchedumbres que vemos a nuestro alrededor, al menos en los países ricos, no parecen "cansadas y abatidas", como en tiempos de Jesús. Pero no nos engañemos: tras la fachada de opulencia, bajo los techos de nuestras ciudades, hay mucho cansancio, soledad, desesperanza, y a veces incluso desesperación. No parecemos muchedumbres "sin pastor", dado que muchos luchan en todos los países para convertirse en pastores del pueblo, es decir, en jefes y controladores del poder. Ahora bien, ¿cuántos entre ellos están dispuestos a llevar a la práctica el requisito de Jesús: "Lo que habéis recibido gratis, dadlo gratis"?

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[Traducción del original italiano realizada por Jesús Colina]


El Evangelio del domingo 15 de Junio:
"El Reino de los Cielos está cerca" ( Mateo 9, 36-10, 8)
Para ver los videos haz click sobre las imagenes


"Lo que habéis recibido gratís, dadlo gratís" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

jueves, 12 de junio de 2008

Clotilde Veniel, activa anciana de 96 años, es orgullo de voluntarios de Caritas Valencia

VALENCIA, (ACI).- Clotilde Veniel tiene 96 años de edad y es la voluntaria de Cáritas de mayor edad en la Arquidiócesis de Valencia. Realiza visitas periódicas a enfermos y otros ancianos para atenderles en sus propios domicilios en la localidad valenciana de Bicorp, donde reside.

Según informó la agencia AVAN, "Veniel es integrante de la Cáritas parroquial de Bicorp desde que se constituyó, en 1989, y colabora también en la elaboración y venta de pasteles para personas con escasos recursos".

"Los enfermos del pueblo siempre quieren que vaya a sus casas a acompañarlos",
afirmó a AVAN y asegura que intenta darles "ánimos y les hablo de Dios y de que hay que tener fe y esperanza en Él".
"Ayudar a los demás es una alegría muy grande, porque puedo contribuir a aliviar un poco los sufrimientos de las personas, es algo que me enseñaron mis padres, que eran muy católicos",
sostiene. "Mis seis hermanos y yo éramos una piña, aprendimos a compartir y a apoyarnos en tiempos muy difíciles", recordó.

Durante años, Clotilde Veniel trabajó como empleada de hogar en Barcelona para ayudar a sus padres. Es madre de dos hijos, enviudó hace dos años y vive sola porque "gracias a Dios todavía puedo valerme por mí misma".

Según el párroco de Bicorp, P. Joaquín Civera, Clotilde "es una mujer entrañable, conserva un gran sentido del humor y una vitalidad y ánimo extraordinarios".

El sacerdote administra a la anciana desde hace siete años la Unción de Enfermos durante la
misa anual dedicada a ellos, ya que "ese sacramento no sólo es para quienes padecen alguna enfermedad, sino también para las personas mayores, que es la razón por la que lo recibe Clotilde".