sábado, 3 de septiembre de 2016
Oración a la Madre Teresa de Calcuta en su canonización pidiendo la conversión del corazón / Por P. Carlos García Malo
viernes, 2 de septiembre de 2016
Las Misioneras de la Caridad hacen presente el testimonio de la Madre Teresa de Calcuta entre los 900 presos de una cárcel de Roma
lunes, 4 de enero de 2016
“The letters” la película sobre “la noche oscura” de la Madre Teresa de Calcuta
domingo, 20 de diciembre de 2015
El Papa aprueba el milagro de la recuperación instantánea de un coma y decreta la canonización de Madre Teresa de Calcuta
miércoles, 17 de junio de 2015
El milagro que podría canonizar a la Madre Teresa: la curación inexplicable de un hombre brasileño con un tumor terminal en el cerebro
domingo, 28 de abril de 2013
Moira Kelly, misionera seglar católica, aprendió de la Madre Teresa de Calcuta y hoy hace de ángel de la guarda de 400 niños enfermos
28 de abril de 2013.- (Fernando de Navascués / Religión en Libertad/ Camino Católico) Moira, con ocho años, ya se escapaba de su colegio para ir a una escuela vecina en la que había niños y niñas con discapacidades mentales. Ahí comenzó su gran pasión. Después o antes, quizá, vio un video sobre la Madre Teresa de Calcuta, y su decisión fue clara: dedicaría su vida a la atención de los más desfavorecidos y abandonados. Sobre todo a los niños. Esta católica australiana, como misionera seglar, ha colaborado en medio mundo: desde la India a Estados Unidos, y desde Bosnia a Sudáfrica, haciendo el bien de forma desinteresada. Ahora lo hace desde su Fundación Children First, en su país natal, trayendo a chicos de todo el mundo para ofrecerles intervenciones quirúrgicas a sus graves problemas de salud. Leer más...
lunes, 3 de diciembre de 2012
Bear Grylls, aventurero de televisión, entre otros del programa «El último superviviente»: Un encuentro con Madre Teresa de Calcuta le cambió la vida
* “En realidad, lo más sorprendente es que todo lo que Dios nos pide es que le abramos la puerta y Él hará el resto”
* “A veces es difícil creer, realmente creer, que Dios se preocupa y quiere cosas buenas para nosotros (…) que en realidad Él sólo nos ama y que sólo quiere que estemos con Él”
3 de diciembre de 2012.- (Javier Lozano / Religión en Libertad / Camino Católico) Bear Grylls es un superviviente. Conocido en todo el mundo por sus exitosos programas de televisión en los que ha sobrevivido a duras experiencias en el desierto, la selva o en el Ártico, este británico reconoce que no sería nada sin su fe. De hecho, su ejemplo a seguir es el de otra aventurera, pero muy distinta a él: la Madre Teresa de Calcuta. Conocido por ser el protagonista de ‘El último superviviente” en canales como Discovery Channel o Cuatro, anteriormente fue miembro de las fuerzas especiales de Reino Unido y es una de las personas más jóvenes que ha conseguido escalar el Everest. Sin embargo, lejos de vanagloriarse por todos sus éxitos, Grylls dice apostar por las cosas más sencillas: “mi fe, mi familia, mis niños”. Leer más...
jueves, 5 de abril de 2012
El cantante Al Bano cuenta su vida unida a la fe en el libro “Yo Creo”: «Salí del túnel cuando me di cuenta de que sin el diálogo con Dios vivía peor»
sábado, 15 de octubre de 2011
Emmanuel Kelly, cantante iraquí, rescatado al nacer dentro de una caja de zapatos en una zona de guerra por las Misioneras de la Caridad
15 de octubre de 2011.- La audición del joven iraquí Emmanuel Kelly en el popular reality musical Factor X ha tenido un importante impacto y puede verse en este vídeo. Su historia de lucha y superación conmueve a australianos y extranjeros pero pocos saben que detrás de ella están la dedicación de su madre adoptiva, una conocida católica, y las Misioneras de la Caridad, fundadas por la Beata Teresa de Calcuta. Emmanuel no sabe cuándo nació pero sí sabe que está vivo gracias a que unas monjas lo rescataron junto a su hermano Ahmed cuando era muy pequeño. "Estábamos en una caja de zapatos, en medio de una zona de guerra", recuerda. Los hermanos conservan las huellas de la guerra química en Irak y padecen de serias malformaciones en brazos y piernas.
Moira Kelly, una conocida católica australiana dedicada a las obras humanitarias y que trabajó por años con la Madre Teresa de Calcuta, encontró a los hermanos en el orfanato de la Misioneras de la Caridad en Bagdad, los adoptó y los crió en Australia donde recibieron tratamiento médico, rehabilitación y mucho amor. Leer más y ver vídeo...
viernes, 15 de abril de 2011
«Podemos hacer algo por el Jesús que agoniza hoy» / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.
Isaías 50, 4-7; Filipenses 2, 6-11; Mateo 26, 14-27,66
En agonía hasta el fin del mundo
El Domingo de Ramos es la única ocasión, aparte del Viernes Santo, en que se lee el Evangelio de la Pasión de Cristo en el curso de todo el año litúrgico. Como no es posible comentar el largo relato por completo, detengámonos en dos de sus momentos: Getsemaní y el Calvario.
De Jesús en el huerto de los olivos está escrito: «Comenzó a sentir tristeza y angustia. Les dijo: "Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo"». ¡Un Jesús irreconocible! Él, que daba órdenes a los vientos y a los mares y le obedecían, que decía a todos que no tuvieran miedo, ahora es presa de la tristeza y la angustia. ¿Cuál es la causa? Se contiene toda en una palabra, el cáliz. «¡Padre mío, si es posible, que pase de mí este cáliz!». El cáliz indica toda la mole de sufrimiento que está apunto de caer sobre Él. Pero no sólo. Indica sobre todo la medida de la justicia divina que los hombres han colmado con sus pecados y transgresiones. Es «el pecado del mundo» que Él tomó sobre sí y que pesa sobre su corazón como una piedra.
El filósofo Pascal dijo: «Cristo está en agonía, en el huerto de los olivos, hasta el fin del mundo. No hay que dejarle solo en todo este tiempo». Agoniza allí donde haya un ser humano que lucha con la tristeza, el pavor, la angustia, en una situación sin salida como Él aquel día. No podemos hacer nada por el Jesús agonizante de entonces, pero podemos hacer algo por el Jesús que agoniza hoy. Oímos a diario tragedias que se consuman, a veces en nuestro propio vecindario, en la puerta de enfrente, sin que nadie se percate de nada. ¡Cuántos huertos de los olivos, cuántos Getsemaní en el corazón de nuestras ciudades! No dejemos solos a los que están dentro.
Trasladémonos ahora al Calvario. «Clamó Jesús con fuerte voz: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?". Dando un fuerte grito, expiró». Estoy a punto de decir ahora casi una blasfemia, pero me explicaré enseguida. Jesús en la cruz pasó a ser ateo, el «sin Dios». Hay dos formas de ateísmo. El ateísmo activo, o voluntario, de quien rechaza a Dios, y el ateismo pasivo, o padecido, de quien es rechazado (o se siente rechazado) por Dios. En uno y en otro existen los «sin Dios». El primero es un ateísmo de culpa, el segundo un ateísmo de pena y de expiación. A esta última categoría pertenece el «ateísmo» de la Madre Teresa de Calcuta, de quien tanto se ha hablado con ocasión de la publicación de sus escritos personales.
En la cruz Jesús expió anticipadamente todo el ateísmo que existe en el mundo. No sólo el de los ateos declarados, sino también el de los ateos prácticos, aquellos que viven «como si Dios no existiera», relegándole al último lugar en la propia vida. «Nuestro» ateísmo, porque, en este sentido, todos somos -quien más, quien menos-- ateos, «indiferentes» de Dios. Dios es también hoy un «marginado», marginado de la vida de la mayoría de los hombres.
Igualmente aquí hay que decir: «Jesús está en la cruz hasta el fin del mundo». Lo está en todos los inocentes que sufren. Está clavado a la cruz en los enfermos graves. Los clavos que le tienen aún cosido a la cruz son las injusticias que se cometen con los pobres. En un campo de concentración nazi se colgó a un hombre. Alguien, señalando a la víctima, preguntó iracundo a un creyente que tenía al lado: «¿Dónde está ahora tu Dios?». «¿No lo ves? -le respondió--. Está ahí, en la horca».
En todas las «deposiciones de la cruz» sobresale la figura de José de Ariamatea. Representan a cuantos también hoy desafían el régimen o la opinión pública para acercarse a los condenados, a los excluidos, a los enfermos de Sida, y se empeñan en ayudar a alguno de ellos a descender de la cruz. Para alguno de estos «crucificados» de hoy, el «José de Arimatea» designado y esperado bien podría ser yo, o podrías ser tú.
El evangelio del domingo en video:
domingo, 28 de noviembre de 2010
María Teresa Martínez Vallvey, 35 años: De enfermera a monja de las Misioneras de la Caridad
* "Siempre he intuido que estaba puesta por Dios para algo. Él nos preguntará al final que hemos hecho con nuestra vida. Y yo tenía un vacío, a pesar de tener todo lo que una persona puede tener"
* "Para mí la fe siempre ha estado ahí, pero en distintos niveles de importancia en mi vida en función de los años. Hace tres años empecé a rezar más. Me gusta mucho esa frase de Santa Teresa en la que se dice que para un cristiano que no haga oración ni 15 minutos al día no necesita ya demonio que le tiente"
28 de noviembre de 2010.- María Teresa Martínez Vallvey, vecina de Pamplona de 35 años, acaba de renunciar a su plaza de enfermería después de años de estudio y tres oposiciones. "Renuncié el mismo día en que tomé posesión del puesto", comenta alegre. También ha dejado su acta de concejal por UPN en el Ayuntamiento de Berrioplano y, en breve, se despedirá de su familia y amigos para comenzar una nueva etapa en su vida. "A mí no se me apareció ningún ángel para alertarme. Mi vacío interior era cada vez mayor", relata sobre su decisión: convertirse en monja de la orden de la Madre Teresa de Calcuta, las Misioneras de la Caridad. Leer más...
miércoles, 20 de octubre de 2010
Paul Callaghan, de 43 años, curado milagrasomente de cáncer terminal de huesos
* "De repente fue como si todo se parase. No puedo explicarlo, pero sentí el poder del Espíritu Santo todo a mi alrededor y las palabras “Hechos 4, 10” aparecieron en mi mente. Como no soy un erudito en Biblia no sabía lo que decía esta cita. Lo miré y leí: “aquí está entre vosotros este hombre, curado en el nombre de Jesucristo el Nazareno”. Supe entonces que Dios me había curado, así que fui al hospital a ver al médico. Pedí a un amigo que viniese conmigo como testigo y que trajese una grabadora. Supe que algo sucedía por el aspecto de la cara del doctor. Me senté y le pregunté: “¿y bien, cuál es el daño?” Pero en mi corazón yo ya lo sabía por la lectura bíblica. Él dijo: “no podemos encontrar ningún daño de tu cáncer en tu esqueleto, en ningún sitio de tu cuerpo. Está totalmente normal. Nunca hemos visto esto antes. No sólo nunca he visto algo así, sino que en todos mis años en la profesión médica nunca escuché nada como esto”
20 de octubre de 2010.- Paul Callaghan, de 43 años, casado y con tres hijos, nació y aún vive en Liverpool, Inglaterra. De niño pensó en hacerse sacerdote, pero cuando tenía 14 años su padre murió, y Paul, enfadado con Dios, se alejó de la Iglesia e ingresó en el ejército. Durante diez años estuvo en algunos lugares peligrosos por el mundo. De vuelta al Reino Unido en 1997, su novia (y luego esposa) Christina le acercó de nuevo a la fe y, por consejo del padre Jimmy Collin se inscribió en un Cursillo de Cristiandad. Allí fue donde sintió por primera vez "la presencia del Espíritu Santo", en una misa, después de confesarse. Después se presentó como voluntario con las Misioneras de la Caridad (las monjas de la Madre Teresa de Calcuta) para atender gente sin hogar.
La primera parte de su historia la contó en 2008 la periodista Kristine Cooper, directora de Goodnews (www.ccr.org.uk), la revista inglesa de la Renovación Carismática Católica: cómo se desarrolló su cáncer, cómo milagrosamente éste no le dolía, cómo la Virgen le pidió organizar un grupo de voluntarios para alimentar a los sin techo en las calles (la Sociedad Madre de Misericordia, www.motherofmercysociety.com ) , y cómo este grupo creció. Pero en el último número de Goodnews, de septiembre-octubre 2010, Kristine Cooper explica la milagrosa desaparición del cáncer de Paul Callaghan, para escándalo del Hospital de Cáncer de Clatterbridge (www.clatterbridge.org), donde aún no entienden lo que ha pasado. Nos limitamos aquí a traducir del inglés el artículo de Kristine Cooper en Goodnews con la historia del milagro. Leer más...
jueves, 26 de agosto de 2010
El mundo celebra 100 años del nacimiento de Madre Teresa de Calcuta: Un siglo de luz en la oscuridad
26 de agosto de 2010.- «Realmente nací el día en que un leproso abandonado en la calle murió en mis brazos y me dijo: ‘‘Viví como un perro, pero me voy de este mundo como un ángel''». Un 26 de agosto de hace 100 años, nacía en la localidad de Skopje, Macedonia, Gonxha Agnes Bojaxhiu, quien más tarde tomaría el nombre de Madre Teresa de Calcuta.
Ni su familia primero, ni posteriormente las hermanas de la Orden de Loreto, congregación en la que ingresó a los 18 años para poder ser misionera, se imaginarían que la joven Gonxha era la persona elegida por Jesús para poder llegar a los más pobres de entre los pobres. Ofrecemos un vídeo biográfico y testimonial. Leer más y ver vídeo...
Hogar y familia / Por Madre Teresa de Calcuta
La paz y la guerra empiezan en el hogar.
Si de verdad queremos que haya paz en el mundo, empecemos por amarnos unos a otros en el seno de nuestras propias familias.
Si queremos sembrar alegría en derredor nuestro,
precisamos que toda familia viva feliz.
* Algunos padres están llenos de amor y de ternura hacia sus hijos.
Recuerdo el ejemplo de una madre que tenía doce hijos. La más pequeña de todos, que era niña, estaba afectada de una profunda minusvalía. Me resulta difícil describir su aspecto, tanto desde el punto de vista físico como emocional.
Cuando se me ocurrió brindarme a acoger a la niña en uno de nuestros hogares, donde teníamos otros en condiciones parecidas, la madre prorrumpió en sollozos:
—¡Por Dios, Madre Teresa, no me diga eso! Esta criatura es el mayor regalo que Dios ha hecho a mi familia. Todo nuestro amor se centra en ella Si se la lleva, nuestras vidas carecerán de sentido.
* No deberíamos vivir en las nubes, en un nivel de superficialidad. Leer más....
sábado, 31 de julio de 2010
Centenario del nacimiento de la Beata Teresa de Calcuta: «Dios lo ha hecho todo»
31 de julio de 2010.- El 26 de agosto se cumplen cien años del nacimiento en Skopje, actual capital de Macedonia, de Agnes Bojaxhiu, la Madre Teresa de Calcuta, que no sólo dio un convincente testimonio de fe con sus obras, sino también con su palabra, reflejo del amor que ardía en su alma. Varias iniciativas editoriales conmemoran la efeméride. En San Pablo, José Luis González-Balado y Janet Nora Playfoot publican Madre Teresa, con subtítulo Dios lo ha hecho todo. Yo no he hecho nada. Se trata de una recopilación de escritos de la religiosa que componen una atractiva autobiografía, en la que, por ejemplo, la Madre Teresa relata así su vocación: / Leer más...
jueves, 8 de octubre de 2009
"¿No sabéis que sois santuario de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros? / Por Arturo López y Conchi Vaquero
martes, 23 de junio de 2009
* "Dios nunca pide a nadie lo que no puede dar"
23 de junio de 2009.- Belén Lázaro, en la fotografia de la derecha, tiene cinco hermanos, está terminando la carrera de medicina y vive con su familia en el municipio de Rivas, en Madrid. Su carrera le apasiona y siempre creyó que a estas alturas de la vida estaría pensando en ejercerla, casarse y formar una familia. Pero Dios tenía otros planes. Dentro de poco cambiará los vaqueros y el jersey fucsia que llevaba cuando la conocimos por el sari blanco con las dos rayas azules de las hermanas de la Madre Teresa. Y lo hace llena de felicidad porque está convencida de que “Dios nunca pide a nadie lo que no puede dar”.
(Sonsoles Calavera / Alba)Tiene tres hermanas y un hermano. Su padre es enfermera y su padre se ha dedicado siempre a la enseñanza. Belén es una chica muy activa. Le gusta salir con sus amigos, bailar, y sobre todo sentirse útil, haciendo cosas por los demás, por lo que tiene una larga trayectoria como voluntaria. Está muy unida a su familia, que considera que, para su vocación, ha sido fundamental. “Es lo mejor que Dios me ha regalado. Y estos años han sido una gozada porque he podido disfrutar muchísimo con ellos. Ahora me cuesta salir de casa, pero pensaba que me iba a costar mucho más. Si no fuera por cómo son mis padres, el colegio Aldeafuente, donde estudié y lo que he vivido en la congregación mariana a la que pertenezco, no estaría aquí. Mis padres ven que esto no es suyo, que les queda grande y es que, en definitiva, ha sido el Señor el que ha hecho todo”.
Cuenta que Dios le ha cambiado los planes pero confía plenamente en que Él llevará adelante todos sus proyectos para ella: “Siempre he querido ser médico y formar una familia. Pero lo que yo pensaba que era imposible, ahora no lo es. Es alucinante, esto no es mío. Pero Dios no me pide, ni a nadie, algo que no pueda dar”.
Experiencia como voluntaria
Belén ha sido durante años voluntaria en la casa de las misioneras de la Caridad, que cuidan enfermos de Sida en Madrid. En su primera etapa de formación irá a vivir a la casa de ‘las sisters’, como ella las llama, en Sabadell. Si le preguntas a qué se dedican, totalmente abandonada en Dios acerca de su futuro, dice que no está muy segura. Si hace falta que ponga en práctica sus conocimientos médicos lo hará encantada, pero eso ya no es imprescindible para ella. “Me parece que tengo una gran vocación de médico. Y si Él quiere utilizar lo que he aprendido y lo que me gusta, pues muy bien. No me importa atender enfermos, moribundos, parturientas o lo que sea. No sé si ejerceré pero ahora es secundario, porque noto que el Señor me llama a una cosa distinta”.
Las misioneras de la Caridad cuatro casas en España y cientos de casas en todo el mundo, por lo que lo más probable es que acabe en cualquier país, menos en el suyo. Esta congregación se dedica a los más pobres entre los pobres. “En cada país se dedican a una cosa, en Calcuta, sobre todo huérfanos y moribundos, en España, a enfermos de Sida, en un país árabe, a madres solteras repudiadas por su familia… Para eso tienen que vivir como ellos. No tienen nada suyo, ni siquiera el sari que llevan, que es de la congregación. Hay países donde les falta hasta la comida. Pero no tienen nada que no tengan los pobres: como televisión, lavadora… Y no pasa nada”. ‘¿No harían más trabajo con lavadora?’, -le preguntamos-. “Bueno harían algo…que no es su vocación. No se trata de lo que hagan sino de cómo lo hagan, con el amor que pongan y según la entrega que Dios les pide, que es total”, explica con enorme acierto. “De cómo viven no sé todo, pero en realidad yo me he dado cuenta de que eso da igual. A mí Dios me llama aquí y no quiero saber hasta el último detalle. Ya no pregunto“.
¿Y cómo se llega a descubrir un camino tan concreto? Ella lo tiene claro: "rezando. Yo no estaba cerrada a lo que Dios quisiera de mí. Al principio me agobiaba, no quería, pero desde el principio sentía que Dios me llamaba a eso: a ser Misionera de la Caridad, incluso antes de conocerlas, cuando sólo las había visto en las noticias“. Luego una amiga buscó un viaje de voluntariado a Tánger y fue el último impulso. “Después Dios me ha cambiado progresivamente el corazón. Ahora ya tengo el deseo de ser misionera, lo quiero yo. Aunque humanamente cueste, lo estoy deseando. Vi que renunciar a muchas cosas era ser más libre y más de Dios. Estoy muy feliz y no me voy a negar a lo que más feliz me va a hacer en el futuro”.
miércoles, 10 de junio de 2009
10 de junio de 2009.-Nació en Gijón, le expulsó de España la Segunda República, impartió clases a Fidel Castro en Cuba, y le encarceló la China comunista. Pero ha sobrevivido a persecuciones y enfermedades siempre al servicio de los demás, salvando a miles de personas de la exclusión social absoluta.
(Pablo M. Díez / ABC) «Tengo sólo 95 años», bromea en su residencia de Macao el padre jesuita Luis Ruiz cuando se le pregunta su edad, que no ha conseguido robarle el sentido del humor. De esos «sólo» 95 años, casi 70 los ha pasado en China, ya que llegó a Shangai en 1940, en plena guerra con los japoneses, tras pasar una temporada estudiando Magisterio en Cuba. Coincidencias históricas, Ruiz fue maestro en el Colegio de Belén, donde asistía a clase un entonces jovencísimo Fidel Castro. Nacido en 1913 en Gijón, el religioso recaló en la isla caribeña después de que el Gobierno republicano disolviera en 1932 la Compañía de Jesús en España y confiscara sus bienes, lo que llevó a muchos de sus miembros al exilio.
Desde Cuba, Ruiz fue enviado a Pekín para estudiar mandarín, un idioma que considera «endiabladamente difícil», pero que habla con fluidez junto al español, inglés, portugués, italiano y cantonés. Durante su época estudiantil, los compases de la Segunda Guerra Mundial le obligaron huir de Pekín y refugiarse en Shangai. Ordenado sacerdote en 1945, estuvo luego impartiendo clases de inglés en la misión de Anking, en la provincia de Anhui, hasta que las tropas comunistas de Mao Zedong vencieron al Ejército del «Generalísimo» Chiang Kai-chek en la guerra civil (1945-50) y prohibieron la religión.
El padre Luis Ruiz fue detenido y, durante su arresto, estuvo a punto de morir, ya que contrajo las fiebres tifoideas y tuvo que ser trasladado a Shangai para curarse. Desde allí, fue expulsado a la entonces colonia portuguesa de Macao, donde se dedicó a ayudar a los refugiados que huían de la China roja. «Llegaban a la isla a nado desde la vecina provincia de Guangdong y no traían nada, así que los atendíamos en el centro de Cáritas con las donaciones que recibíamos del exterior», explica a ABC en la Casa Ricci, sede de la orden jesuita en Macao.
Como Teresa de Calculta
Pero la verdadera labor por la que el padre Luis Ruiz puede ser comparado con la Madre Teresa de Calcuta o Vicente Ferrer es la que empezó a desempeñar a mediados de los 80: la asistencia a los leprosos en China. «Un sacerdote me habló de este grave problema y fuimos a visitar la isla de Taekang, en Guangdong, donde me encontré que los enfermos estaban totalmente abandonados a su suerte y nadie se ocupaba de ellos», rememora el misionero, que gastó «unos dos millones de pesetas de aquella época para mejorarlo todo, arreglar las casas y dotar a la comunidad de agua y electricidad».
Desde entonces, Ruiz dirige ya 145 leproserías donde se asiste a unos 10.000 enfermos que, de otra manera, estarían condenados al rechazo social y a una muerte segura por la falta de atención sanitaria. «Por ser cura, al principio tenía problemas para conseguir el visado de entrada en China, pero luego el Gobierno se dio cuenta de que, en realidad, le estábamos ayudando a resolver este problema y ahora incluso nos da terrenos para construir escuelas para los hijos de los leprosos», razona el misionero, quien recuerda que éstos «vivían en unas condiciones terribles y, cuando les daba cigarrillos, no podían cogerlos porque ya habían perdido todos los dedos de las manos y sólo les quedaban los muñones».
Pero él continúa con su labor. Este mes tiene previsto viajar a Yunnan, en el sur de China, para abrir un nuevo colegio en una colonia de leprosos, donde se han instalado duchas de agua caliente que funcionan con paneles solares. Junto al cuidado de estos enfermos, las religiosas al servicio del padre Ruiz también atienden a pacientes con sida, otro problema sobre el que todavía no está concienciada la sociedad china.