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Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

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Mostrando entradas con la etiqueta Providencia. Mostrar todas las entradas
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miércoles, 2 de mayo de 2012

Serguey Vladimirovich Krivovichev, científico ateo e hijo de científicos ateos: se convirtió por una clase de literatura rusa y ahora es diácono y padre de 6 hijos

* "La visión cristiana de la literatura de mi profesora, Irina Gueorguievna Poluboyarova, me mostró el resplandor de la Vida Eterna. Eso fue dos años antes de mi bautizo"
* Vive con lo justo, de beca en beca. Y detrás de todo ve la mente de Dios, la única que reúne toda la información oculta
2 de mayo de 2012.- Serguey Vladimirovich Krivovichev, nacido en 1972 en Leningrado (actual San Petersburgo), es una autoridad mundial en la ciencia cristalográfrica, ha colaborado en el descubrimiento de 25 minerales nuevos en yacimientos rusos e incluso tiene un mineral bautizado con su nombre: ¡la krivovichevita! Especialista en el ámbito de análisis estructural por rayos X, es autor de más de 400 descifraciones estructurales.
También es diácono casado, cristiano ortodoxo y padre de seis niños. Fe, familia y ciencia se unen y complementan en su vida.  Explica en la revista Foma que no siempre fue cristianoLeer más...

viernes, 23 de diciembre de 2011

Jorge Fernández Díaz, nuevo Ministro del Interior: "Yo no negaba a Dios, vivía como si no existiera, sólo me acordaba de Él en los momentos difíciles"

* "Mi fe era una fe muerta porque era una fe sin obras"


* “Dios es el gran legislador del universo”


23 de diciembre de 2011.- El 15 de abril de 2009 reproducimos una entrevista publicada en el Semanario Alba y realizada por Gonzalo Altozano a Jorge Fernández Díaz, diputado entonces en el Congreso español, en la que contaba como vivió su conversión. Jorge Fernandez Diaz ha sido nombrado nuevo Ministro del Interior del gobierno de España, y por eso volvemos a ofrecer su testimonio.


En su despacho del Congreso de los Diputados hay un enorme retrato de Tomás Moro, santo al que Juan Pablo II pedía que se encomendaran los políticos para obtener fortaleza, paciencia, perseverancia y buen humor. De esto último anda sobrado Fernandez Díaz, a pesar de su seriedad (habrá quien diga, maliciosamente, que humor y sonrisa no son sinónimos, que ahí está Zapatero, al que pocos le han encontrado la gracia, el chiste). Entre las devociones particulares de Fernández Díaz están el propio Tomás Moro, santa Teresa de Jesús, santa Teresita de Lisieux y san Josemaría Escrivá. Los que le conocen bien dicen que nada tiene que ver el Jorge de “ahora” con el de “antes”. Él habla de conversión. Leer más...

domingo, 18 de diciembre de 2011

Erika Vandiver, madre con cáncer agresivo rechaza abortar y da a luz a bebé sano a pesar de tratamiento

18 de diciembre de 2011.- Durante un auto-examen de rutina una mañana, Erika Vandiver se preocupó cuando encontró un bulto en su pecho izquierdo. Apenas dos meses antes, en febrero de 2009, Erika y su marido Andrew se habían alegrado en exceso al descubrir que estaba embarazada. Esta vez la joven madre estaba preparándose para retener la vida nueva.


Antes de este embarazo, a los 28 años de edad, Erika había sufrido cuatro abortos involuntarios, el último de los cuales requirió su hospitalización durante varios días debido a la pérdida de sangre. “Yo tenía miedo que otro aborto involuntario quebrantara mi salud o mi espíritu”, explica Erika. El joven matrimonio había mantenido “en reserva” la noticia de este embarazo, sosteniendo sus dedos cruzados, con la esperanza de darle un hermano o hermana a su hijo Simón, de un año y medio. Leer más...

miércoles, 5 de octubre de 2011

“Ve por los caminos e invita a la gente a entrar en mi banquete” / Por Conchi Vaquero

Meditación en vídeo grabada en directo

5 de octubre de 2011.- Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, reflexiona en esta enseñanza respecto a que hemos sido invitados al banquete eterno del Padre. Para responder a esa invitación debemos vestirnos adecuadamente, de fiesta, entregando nuestra vida y siendo testimonios del amor de Dios por sus hijos, proclamando su Palabra y sirviendo humildemente a cada hermano que Él ponga en nuestro camino como buenos sirvientes que invitan a los pobres y necesitados a vivir en el Reino de los Cielos. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta charla, el lunes 26 de septiembre de 2011. Ver vídeo...

sábado, 24 de septiembre de 2011

Los elegidos hallan en Dios bondad y misericordia / Por Conchi Vaquero

Meditación en vídeo grabada en directo

24 de septiembre de 2011.- Conchi Vaquero Callejas, laica casada y madre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida, reflexiona en esta enseñanza respecto a que el Señor ha escogido lo necio y débil de este mundo para compartir su banquete celestial, después de vivir una vida de conversión, que nos lleva a participar de la plenitud junto a Dios. Conchi Vaquero pertenece también al grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta charla, el lunes 19 de septiembre de 2011. Ver vídeo...

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Testimonio de la JMJ Madrid 2011 de Ana Lucía Garfias: “Nada es imposible para Dios”

7 de septiembre de 2011.- Ana Lucía Vázquez Garfias, 22 años, licenciada en Educación Especial, ha participado con la Diócesis de Querétaro, México, en la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, presidida por Benedicto XVI. Su testimonio no está centrado en lo que el mundo ha visto por la televisión, sino en todas las experiencias espirituales que el Señor le ha hecho vivir durante el último año hasta llegar a Madrid este mes de agosto. Perseverar en la oración ha sido lo único eficiente para superar los momentos de desconcierto y desánimo. Ana Lucía , como Pedro, ha tenido que caminar sobre las aguas de la vida clamando a Dios. Ella ha interiorizado que nada es imposible para Dios y que Él desea hacerse presente en cada instante de nuestra vida y ser el centro de toda nuestra existencia. Ana Lucía Vázquez Garfias ha compartido su testimonio en el grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo, el lunes 29 de agosto de 2011. Ver vídeo...

miércoles, 27 de abril de 2011

Uno sólo es tu maestro, Jesucristo / Por Arturo López


Meditación en vídeo grabada en directo

27 de abril de 2011.- La meditación la realiza Arturo López Martos, laico casado y padre de dos hijos, miembro de la Comunidad Familia, Evangelio y Vida. En esta enseñanza se reflexiona sobre las cuatro condiciones que debemos cumplir con actitudes concretas en nuestra vida cotidiana para convertirnos en discípulos de Jesucristo. Ser discípulo y apóstol es algo que debe vivirse de manera paralela. Si no tenemos como único y exclusivo maestro a Cristo y aprendemos en la escucha de Él no podemos ser apóstoles y evangelizar. El ser discípulo es tarea de toda la vida y tiene como meta llegar a ser perfecto como el Padre del Cielo. Arturo López también participa de las reuniones de plegaria del grupo de oración Familia, Evangelio y Vida de la Parroquia de la Inmaculada Concepción de Vilanova i la Geltrú, Barcelona, España, donde ha sido grabada en directo esta enseñanza, el lunes 4 de abril del 2011. Ver vídeo...

miércoles, 29 de julio de 2009

Quique es uno de los peregrinos de la Providencia, que acompañan al padre Enrique a pie, sin dinero, sin comida...
¿Viajaría usted sin equipaje?
Aunque sea inusual plantear una pregunta en un titular, se lo repetimos al lector: ¿se atrevería
usted a peregrinar desde Aquisgrán (Alemania) hasta Roma, a pie, sin dinero, sin comida, sin reservas de hotel, albergue o similar, sin coche, y con una pequeña mochila como todo equipaje? Pues así es como emprenden camino los jóvenes que acompañan al sacerdote don Enrique González en sus peregrinaciones: abandonados por completo a la Providencia. Quique es uno de ellos. Leer más...

jueves, 23 de julio de 2009

Dejar siempre duele / Autor: Renan Félix, consagrado y seminarista de la Comunidad Canción Nueva
23 de julio de 2009.- (Comunidad Canción Nueva) El acto de dejar es un proceso muy doloroso para todos nosotros porque nos desestabiliza, nos desplaza y nos coloca en una situación de inseguridad, pues no sabemos en que terreno estamos pisando. El “dejar” genera en nosotros un miedo de perder, de olvidar y de ser olvidado, aunque nuestra vida sea un eterno dejar. Dejamos el vientre de nuestra madre, los amigos de escuela, la vecindad, la novia, nuestra casa, nuestro barrio, nuestra ciudad, nuestro país etc. Es un sufrimiento que toma cuenta del alma y que, delante de las inseguridades, prefiere, muchas veces, acomodarse en vez de arriesgarse.

Llega un momento en que cada uno de nosotros se ve en un dilema: o deja o no crece; se arriesga o va a pasar el resto de la vida cuestionándose sobre lo que habría sucedido si hubiera intentado. Es una decisión difícil, pero que necesita ser tomada.

Lo que hace a cada uno de nosotros vivir el “dejar” es la motivación, algo que nos estimula al punto de hacernos superar el miedo de la inseguridad y que nos hace saltar al encuentro de lo desconocido, de lo nuevo, del crecimiento. Esta motivación puede ser una novia, un buen salario, la facultad e incluso Dios.

Dios es el motivo de que muchos jóvenes intercambian sus seguridades y se lanzan a una vocación, a una vida misionera. Ellos dejan la estabilidad de sus casas, la facultad y la profesión para vivir una vida cuya única seguridad y riqueza es y siempre será el Señor.

Cuando tenemos una experiencia concreta con El Señor, somos capaces de dejar aquello que es más difícil: nosotros mismos.

Esa es la parte más difícil: dejarse. Abandonar nuestras ideas, voluntades, argumentos, nuestra creación, costumbres y deseos para lanzarse a la voluntad del Señor. ¿Locura? Tal vez para los ojos de aquellos que nunca vivieron una experiencia con el amor de Dios, que nunca sintieron el corazón arder después de comulgar, ni la sensación de no necesitar de más nada, a no ser del Señor. Ese es un desafío para cada joven que siente, en el pecho, el deseo de entregarse a una vida consagrada. ¿Y cuál debe ser la actitud que nosotros, jóvenes, tenemos cuando somos desafiados? ¡Es ir de cabeza!”. El joven vive de desafíos, corre en dirección a ellos. Ese es el secreto: encarar la búsqueda por la santidad y el deseo de responder a la voluntad de Dios como un desafío. De ese modo, nada ni nadie podrá detenerlo.
Fue lo que sucedió conmigo. Viví una experiencia con Dios que me hizo encarar mi llamado como un desafío. Dejé todo – casa, trabajo, noviazgo, amigos, familia – para salir al encuentro del Señor. No fue fácil dejar lo que yo amaba, sin embargo puedo decir que el desafío mayor ocurre cada día, es decir, dejar mi voluntad y mis deseos para querer lo que Dios deseó desde toda la eternidad para mí.

Dios desafía a cada uno de nosotros a dejar nuestros sueños, planes, deseos y principalmente a nosotros mismos, para hacerlo a él nuestro único tesoro, nuestra única riqueza, nuestro único amor. No es fácil, pero es posible y ¡vale la pena!.

miércoles, 13 de agosto de 2008

En Dios todo es gracia / Autores: Conchi y Arturo

"Vivo yo pero no soy yo, es Cristo quien vive en mi" dice el apóstol San Pablo en el capitulo 2 de la carta a los Gálatas. Este es el modelo de vida espiritual y real al que estamos llamados todos los cristianos.

Cuando estamos en medio de dificultades o muy ocupados siempre dudamos de todo cuanto debemos hacer. ¿Cómo se cual es la voluntad de Dios para mi vida?. Muchas veces hemos razonado con afirmaciones tales como: "Me pongo a orar en silencio, en casa o ante el Santísimo en la Iglesia y mi mente no se calla. Cuando termino estoy más confundido que cuando inicie la oración. ¿Como conocer la voluntad de Dios y ser consciente de que Cristo vive en mi?."

El mismo apóstol Pablo nos habla en sus epístolas de que en "Dios todo es gracia". Al intentar ponernos en silencio interior ante el Señor, para darle gracias y presentarle cada cosa que debemos realizar , no importa que nuestra mente se distraiga. Lo esencial es tener el deseo ardiente en nuestro corazón de que Dios actúe en nosotros. No es una cuestión de meditación o de concentración. Simplemente debemos querer poner nuestro corazón en el corazón de Dios.


Algunas veces, al orar por si debemos realizar un trabajo laboral o pastoral, podemos tener como una intuición o percepción suave. Esa es la voz del Señor que resuena en nuestro corazón. El Espíritu Santo se manifiesta como una brisa suave. Seguir ese impulso será lo más indicado,siendo conscientes que Dios todo lo hace concurrir para el bien de los que ama. Es como cuando Pedro le pidió a Jesús que le mandara andar sobre las aguas si era Él. Jesús le ordena que camine pero Pedro dice "me hundo". Sólo el caminar confiando, dependiendo y creyendo a Dios nos hará vivir en su voluntad.

En otras ocasiones, no tendremos ninguna intuición y nos sentiremos confusos o totalmente en blanco. Ante esta sensación no debemos creer que el Espíritu Santo de Dios no esta obrando en nosotros. Deberemos tomar una decisión en fe, ponernos a hacer lo que creamos más coherente, considerando como modelo la respuesta que daría el mismo Jesús ante la situación que vivimos. Nuestros actos siempre deben estar en concordancia con la Palabra de Dios.

Ser sencillos y estar en brazos de nuestro Padre Celestial como niños que confían plenamente en Dios es la actitud más segura para ser guiados por el Altísimo.


Si la decisión que debemos tomar es muy delicada para nosotros, sería adecuado ponerla en oración durante un tiempo y además encomendar a sacerdotes y personas de profunda espiritualidad que también lo hagan. Transcurridos los días podemos consultar a todos los que han orado y preguntarles que creen que debemos hacer. Normalmente si es la voluntad de Dios existirá unanimidad entre todos aunque ni se conozcan, ni tengan relación entre si. Entonces no dudaremos en tomar nuestra decisión.

Un testimonio a modo de ejemplo. Un matrimonio amigo, siendo propietario de una empresa que llevaba funcionando más de 30 años, no quería reestructurar de acuerdo al mercado competitivo el personal. Todas las empresas de su sector empezaron a realizar contratos a tiempo parcial de seis horas en 2004, pagando 400 Euros mensuales en España, y conviniendo que quien no acabara el trabajo en ese tiempo debía terminarlo sin percibir nada a cambio. En la actualidad, los miles de trabajadores del sector estan sufriendo serias dificultades con el misero sueldo y una inestabilidad total.

Visto el panorama, el matrimonio amigo, que intenta llevar, en cuanto pueden, una vida de acuerdo con los Evangelios y el magisterio de la Iglesia, ya que son católicos, decidieron poner en oración si debían cerrar su empresa, puesto que sus trabajadores cobraban mucho más y así no podían competir. Invitaron a orar a personas durante tiempo y todas coincidieron en discernir que debía cerrarse la empresa, de acuerdo con los trabajadores y para no perjudicar su futuro. Nuestros amigos tomaron la decisión de cerrar la empresa, hace más de dos años, pese a no tener ningún trabajo alternativo. La Providencia de Dios les ha hecho madurar y crecer espiritualmente en este tiempo, aunque no tienen un trabajo laboral y si dos niños pequeños. Hacen lo que pueden por proclamar el Reino de Dios con sus vidas. Y que conste que la falta de trabajo no es consecuencia de no haber buscado ya que han enviado más de 3000 currículos. Están dispuestos a trabajar en cualquier cosa. El problema es que tienen más de 40 años y las empresas no quieren personas con esa edad. No obstante ellos siguen escuchando la voz del Señor que ha sido y es Providencia para sus vidas y le dan gracias por cuanto reciben de Él. Hoy se dan cuenta que Dios les preservó de seguir con la empresa invirtiendo dinero dejado por los bancos, que hubiera terminado arriuinando su trabajo y su familia, ya que Dios les provee para el día a día, pero ahora estarían debiendo miles de euros a las entidades financieras.

Como dejo escrito el Papa Juan XXIII en su "Decálogo de la serenidad":

"Creeré firmemente, aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mi como si nadie existiera en el mundo".


Te proponemos terminar esta reflexión orando y meditando el siguiente vídeo, con interpretación de la Hermana Glenda. Viendo las imagenes comprobarás todo aquello que el Señor nos dice cada día y que muchas veces no escuchamos:

LO QUE DIOS QUIERE DECIRTE

miércoles, 11 de junio de 2008

Testimonio: "Dios ha dado mucho, justamente porque no pretendiamos nada" / Autora: Madre Elvira, fundadora de la Comunidad Cenáculo

Palabras pronunciadas en la Basilica San Juan de Letrán, el 4 de abril de 2008, durante el primer congreso de la Divina Misericordia

Cuando a nuestros jóvenes les piden que hablen de la Comunidad comienzan a hablar de su propia vida: de las tinieblas a la Luz. Es lo que voy a hacer yo.

Deseo contarles sobre la Misericordia de Dios en mi familia cuando yo era pequeña, en los años ’40. Durante la guerra mi papá fue llamado al frente. Nosotros vivíamos en el sur. . . . y tenía que presentarse en Piemonte. Ni siquiera sabíamos qué era el Piemonte. Así es que mi papá le dijo a mi madre que nos íbamos todos con él. Éramos siete niños, llenos de hambre, de frío, de todo lo que no tendría que tener un niño. Pero teníamos una mamá fuerte, capaz de soportar el peso de de todos. ¿Por qué les digo esto? Porque mirando posteriormente mi historia he comprendido que en esos momentos la Misericordia abundaba.

Luego, mi papá se hizo alcohólico, bebía. Nosotros no sabíamos, éramos chicos y veíamos a nuestro padre transformado, nervioso, con rabia. Durante muchos años, mis hermanos, lo juzgaron: “¡Qué padre que tuvimos! ¡Qué familia que éramos!” Se avergonzaban. Hoy, a la Luz de mi encuentro con Dios , cuando los encuentro les digo: “Se avergüenzan de nuestro padre porque no han podido transformar con la fe esas llagas profundas que teníamos en el corazón .” En un momento de mi camino de fe comprendí que en mi vida la Misericordia ya estaba en ese momento, que el Espíritu Santo guiaba a mis padres hacia la fortaleza, en la humillación, porque vivimos muchas humillaciones, mucha marginación.

Nadie quería a los del sur, nos dieron una casa que era casi un gallinero ¡no nos querían en ningún lado porque éramos muchos hijos! Sin embargo hoy, luego de haber encontrado al Señor, leo esta historia con nuevos ojos y eso le propongo a los jóvenes: no avergonzarse de su propia historia porque justamente está sostenida por la Misericordia que la transforma en amor.

Hoy, las llagas sangrantes se volvieron puertas y ventanas abiertas para darle a todos misericordia, amor, justicia, para dar mucho, mucho de mí misma. Hay que vivir la Misericordia en lo concreto de la propia historia para poder expresar: “Lo pude asimilar en mi propia carne.” Reconozco que el Señor fue muy bueno conmigo, desde chica me fue preparando para lo que Él sabía que yo iba a vivir en mi vida…

Me puse de novia con un joven bueno, que me quería, pero en un momento me dije: “Toda la vida solo con este chico, con esta cara, con estas palabras…no. . . jamás podré.” Sentía que mi corazón estaba dilatado al máximo, y en ese momento, en esa elección lo encaucé.Ya habíamos programado tener quince, veinte hijos, pero eran pocos. Veinte hijos ¿y después? ¿Después?

Después la Misericordia me alcanzó en la pobreza, en la humillación. Es una Misericordia que se mezcló con mi carne, con mis sentimientos, con mi amor. Y es por eso que hoy estoy aquí con un “equipo” de jóvenes.Tenemos muchas casas de jóvenes que vienen de todas partes del mundo, sabiendo que la nuestra es una Comunidad exigente. Nuestro amor, que es todo, total, incondicional, es un amor exigente porque ellos deben sentir que les tenemos confianza a pesar de su fragilidad y debilidad. Ellos ya no eran personas, eran pedazos rotos. Pero creo que tienen derecho no a los caramelos para hacerlos sentir bien, sino a la fuerza de una propuesta educativa.

En cuanto llegan, lo primero que les enseñamos – para no engañarlos, pues anteriormente todo fue engaño - es la oración. Afortunadamente, nuestros obispos, cada vez que abro una Comunidad, cuando de rodillas les pido que nos den la Eucaristía, siempre han dicho que sí. Nuestras capillas a veces todavía no tienen los bancos, pero ahí vamos, de rodillas, en el piso, día y noche con Jesús Eucaristía. Se hacen turnos, siempre con Jesús: y somos felices. No tenemos nada… ¿no tenemos nada?

¡Tenemos todo! Pero no hemos aceptado el dinero del Estado sino que hemos creído en el amor de Dios Padre. También creímos en el amor del hombre y, en efecto, a nosotros no nos falta nada porque todo se vuelve Providencia y nosotros la podemos contemplar en las personas que llegan. Los jóvenes desean comer una buena pasta y no hay salsa de tomate, quince minutos antes de la comida llega una señora con el marido y descargan una gran cantidad de “pumarola”. ¡Así es todo, todo!!

En veinticinco años que hace que recibimos a estos jóvenes, jamás fui a hacer las compras. Cuando algo falta, falta: lo echamos de menos pero así experimentamos que no son las cosas las que nos hacen felices, sino la amistad, la paz…

Comencé con mi historia desde que era niña porque quiero que cuando estemos tristes, o todavía no hayamos abrazado al papá o a la mamá, lo digo sobretodo por ustedes, chicos y chicas de la Comunidad: “Aprendamos a perdonar, a perdonar a nuestros padres por cualquier equivocación que hayan tenido. Ellos fueron más castigados que nosotros cuando eran chicos.”Luego de estar un tiempo en la Comunidad, nuestros jóvenes van a su casa para hacer la verífica. Yo siempre les digo: “Cuando veas a tu padre, desde lejos, corre, corre, corre hacia él y abrázalo. Y mientras lo abrazas, debes contar, sin soltarlo, hasta siete.” Y verás que tu papá llora: ¡todos se ponen a llorar! Ya no podemos decirle “¡Hola, papá! “ e irnos.

¿ Quieres detenerte un momento? Porque tu papá debe hacer memoria y recordar que cuando eras pequeña o pequeño, no te quiso, no dialogó, ni te miraba. En un punto cuando el hijo lo abraza, el “hijo pródigo” es realmente el padre, quien se da cuenta de que es padre. Estos jóvenes que hoy están rebosantes de oración, de compasión, de amor, nunca más pueden tener un gesto que no entre en el corazón, en sus vísceras , en las de sus padres. Cuando regresan de la verifica me dicen: “Elvira, en cuanto lo vi a mi papá me dije, si no voy ahora no voy más.” Se puso a correr, abrazó al papá hasta que los dos se confundieron en el llanto.

Debemos ser más humanos, más amantes del amor. El amor es vida, gestos concretos, sacrificio, humillaciones, a veces hambre: primero hay que vivirlo y luego entregarlo a todos. Dios es amor y nosotros elegimos a Dios. Más bien, es Él quien nos eligió ¡y estamos felicísimos de haberlo encontrado!(. . .)¿Cómo se hace para vivir con jóvenes que vienen de tantas experiencias del mal? El cómo siempre es difícil pero hay Alguien que te lo va enseñando por dentro. Cada minuto es una novedad, también para nuestros jóvenes. ¿Cómo se hace para reprenderlos, amarlos, abrazarlos, castigarlos, sonreírles y jugar con ellos? Son todos momentos de amor.

Pero recordé lo que una vez aprendí en mi infancia. Tenía una madre santa, exigente. Especialmente recuerdo una oración que ella decía todos los días y varias veces al día: “¡Santa Cruz de Dios , no nos abandones!” Ella lo decía en su dialecto del sur, yo soy del sur, de Sora, cerca de Frosinone.Mi padre muchas veces perdía su trabajo porque faltaba, pero ella no le pedía al Señor un nuevo trabajo para su marido, ¡no!! : ¡La Cruz! Ella amó la cruz, la abrazó.. Por eso les he propuesto a los jóvenes el encuentro con la Cruz de Jesús, con el crucifijo…

¿Cómo hice para vivir con los jóvenes? No fui yo a vivir con ellos sino que fue la Misericordia: ese rostro del Padre que se empeña en hacer florecer la misericordia junto a la miseria. Ellos llegan ya sin más dignidad, sin más rostro, sin más palabras, sin más esperanza . Vienen y confían: no sé cómo hacen para confiar pero confían, también para mí es un milagro. Y nosotros les proponemos el “camino” de la oración, de la fe viviéndola junto a ellos, porque los jóvenes hoy no necesitan tantas palabras sino vida. A los jóvenes las cosas le entran por los ojos, no más por los oídos: entienden con los ojos porque mira, observan si nosotros no hacemos lo que decimos. La coherencia , con ellos es muy importante la coherencia. . .

Comenzamos durmiendo en el piso, porque no había nada en esa villa que nos habían dado en comodato. Pero nunca pensé en eso: ¡teníamos de más! Cuando no teníamos nada más, ¡había de más! Porque había de más solidaridad, amor, sonrisas, había de más lágrimas a veces, pero no importa, la vida es así: con luces y sombras, hecha de coraje y de miedo, de fortaleza y de debilidad, y nosotros se la enseñamos tal cual es, también a través de nuestra vida.Ahora debo agradecer a la Virgen, que luego de algunos años nos mandó sacerdotes, seminaristas, hermanas consagradas que ya están en las distintas misiones. Yo no pensaba en todo esto, pero Dios ha dado mucho, justamente porque no pretendíamos nada ha dado todo para que se lo donemos a los demás.

Gracias por haberme escuchado.
Cardenal Schonborn: “Una vez le pregunté a Madre Elvira: ¿Pero, cómo se hace para abrazar la Cruz? Espontáneamente ella me respondió: abrazando el crucifijo.”


Madre Elvira: “Es verdad, no les propuse la cruz sino que les dije a ellos: “abracemos el crucifijo”. Abrazándolo nos volvemos más fuertes en nuestras cruces. Abrazándolo , también sentimos los clavos. La cruz sin Jesús es un oprobio. Nosotros abrazamos al Salvador, El que nos ha salvado en esa cruz victoriosa.”

martes, 29 de abril de 2008

5.788 kilómetros a pie: Vivir la pobreza es esperar todo de los demás / Autora: Gisèle Plantec

Entrevista con Edouard y Mathilde Cortès

ROMA, viernes, 25 abril 2008 (ZENIT.org).- «Hemos elegido abandonarnos totalmente en las manos de los hombres y de Dios para ensanchar nuestro corazón. Nos hemos convertido en pobres porque esperábamos todo de los demás». Tras una peregrinación de casi 6.000 kilómetros, de París a Jerusalén, Edouard y Mathilde Cortès están de regreso. Explican por qué eligieron hacer esta peregrinación y cómo la han vivido.

--La decisión de hacer esta peregrinación como mendigos ha interpelado profundamente a la gente. Era vista un poco como «una locura». ¿Se han arrepentido de esta decisión?

--E. y M. Cortès: Partimos a pie, sin dinero, sin teléfono móvil, mendigando la comida y un techo para dormir. Esto es loco, sobre todo en una sociedad en la que se recomienda la máxima seguridad y el mínimo riesgo. Teníamos pequeñas alforjas de cuatro kilos para Mathilde y siete para Edouard. Hemos dejado todo (apartamento, tareas, cuentas de banco...), hemos dejado a nuestras familias y nuestros amigos una semana después de nuestro matrimonio. Hemos querido despojarnos del exceso material en el que vivimos. Incluso de nuestra cuenta bancaria. Hemos elegido abandonarnos totalmente en las manos de los hombres y de Dios para ensanchar nuestro corazón. Nos hemos convertido en pobres porque esperábamos todo de los demás.

En siete meses y medio, hemos vivido con poco y no nos ha faltado nada. Hacerse pobre, llegar a ser pobre, no es un juego. Es una urgencia en nuestra sociedad donde el materialismo es un cáncer de los corazones. Es una necesidad si se quiere ir hacia el otro. Estábamos en una posición de mendigos. Hemos recibido de los hombres 103 acogidas para la noche en las casas y más de 250 comidas en familias. Nuestra supervivencia ha tenido una sola palabra: la confianza.

Por supuesto, también hemos pasado hambre. A menudo hemos dormido fuera, 82 acampadas en plena naturaleza o en lugares abandonados. Más que el pan, hemos mendigado lo que hay en el corazón de los hombres.

--¿Pueden describirnos uno de los momentos más duros de esta peregrinación? ¿Y uno de los más bonitos?

--E. y M. Cortès: 232 días, 5.788 kilómetros, sembrados de alegrías y de pruebas, 14 países atravesados, centenares de personas con las que nos hemos cruzado, esto quiere decir una multitud de bonitos momentos y una miríada de dificultades.

Lo más duro para nosotros no ha sido tener hambre o frío sino ser rechazados. Por ejemplo por un sacerdote católico en Croacia que no quiso venir a vernos y hablar con nosotros sino que, por persona interpuesta, nos mandó dormir lejos de su iglesia. No parecíamos muy «adecuados» sin duda, instalados a dormir ante el porche de la casa de Dios. Otro momento duro: en Siria, sospechosos para los servicios de información, tomados por lo que no éramos, seguidos permanentemente, interrogados todos los días y de hecho en semilibertad y al borde de la paranoia. Lo más difícil fue el miedo de los hombres. Vencer sus temores, he aquí el verdadero desafío. Para esta marcha, para la vida. Era necesario aprender a volver a dar confianza y experimentar que «el amor perfecto ahuyenta el temor».

Los bellos momentos, son descubrir lo extraordinario en lo cotidiano. Una mano que se tiende, una puerta que se abre cuando no hay nada que dar a cambio. Especialmente, ese momento en el que tienes hambre y frío y donde sin que tú pidas nada a nadie, alguno te invita. Esto nos ha sucedido muchas veces, como ese día de bruma en Montenegro tras el paso de una colina, donde fuimos acogidos a desayunar por una familia que estaba a punto de hacer mermelada. Continuamos con cinco kilos de patatas en los sacos. Pero nuestra alegría pesaba más todavía.

O el recuerdo de Marta, una niña serbia de seis años que nos regaló su único juguete: «Tened, esto será para vuestro primer niño». O Ender, un rico tratante de diamantes en Turquía, musulmán practicante, que lavó nuestras ropas después de ocho días de marcha.


--¿Tuvieron la tentación de abandonar? ¿En qué momento? ¿Qué les ayudó a continuar?

--E. y M. Cortès: En varias ocasiones quisimos detener nuestra marcha. Los momentos de desánimo vinieron sistemáticamente tras un golpe duro: discusiones de pareja, rechazos, una agresión en Turquía, la nieve o la lluvia incesante, presiones psicológicas de los servicios de información sirios, tiro de piedras e insultos de niños en Oriente Próximo, la expulsión dos veces de los aduaneros israelíes.

Pero nuestra fuerza era ser dos. Raramente el desánimo nos vino a los dos a la vez. Siempre estaba uno para apoyar al otro. Y cuando hemos flaqueado juntos, Él estaba allí, para apoyar a nuestra pareja.

--¿Qué «lecciones de vida» extraen de esta larga marcha? En principio, a nivel humano. ¿Qué han aprendido a través de los innumerables encuentros que han hecho?

--E. y M. Cortès: Este camino ha sido para nosotros imagen de la vida. Pues se quiera o no, estamos en ruta y hay que marchar. A pesar de la lluvia, el viento, el sol que quema, los guijarros del camino... Avanzar, a pesar de los obstáculos y la fatiga. Avanzar «mar adentro», hacia el ideal. Ideal que tiene la imagen de la línea del horizonte que no se alcanza nunca, en esta tierra. Toda vida humana es aventura. Asumimos sus riesgos porque de ellos depende una eternidad. Fue un viaje de luna de miel para lo mejor y para lo peor. Hemos visto hombres con el corazón duro y cerrado. Hemos visto el poder del mal y la injusticia. Y por primera vez de manera tan viva lo hemos sentido y experimentado en nuestros corazones y nuestras carnes.

Hay hombres de gran corazón. Se cree poco en ellos porque son a menudo discretos o están ocultos. No hablan de caridad, la viven. Con ellos es posible un verdadero encuentro, entre el que acoge y el que recibe. Entonces la alegría se comparte. Surge una armonía y la lengua que era una barrera ya no sirve. Se da un corazón a corazón donde el pobre es tan feliz como el que da. Como si la hospitalidad que practicaban nos humanizara y a ellos con nosotros. Como si lo que daban gratuitamente les trascendiera y a nosotros con ellos.

Hemos ido a la escuela de la sencillez: tomar el tiempo como viene, a la gente por lo que es. Durante siete meses y medio, hemos llevado las mismas ropas, comido lo que se nos daba, bebido con la misma sed agua, alcohol, café, té. Como los metrónomos de la ruta, hemos vivido al tic tac del corazón, dejando la prisa y el tiempo a aquellos para los que la vida es una carrera.

En fin, hemos hecho la experiencia del esfuerzo y del sacrificio. Hemos sobrepasado muy a menudo nuestros límites. Físicamente, psicológicamente, cuando se está al borde, o cuando se cree estarlo, siempre hay una parte de posibilidad en el Hombre. Esto nos invita a la Esperanza. La ascesis no está de moda. Poco importa, la hemos vivido todos los días. Los hedonistas se burlarán, pero hemos descubierto la alegría profunda que hay en prodigarse por más grande que se sea. Un camino de cruz que se acepta es un camino de alegría.

--A nivel espiritual, ustedes partieron con un espíritu de abandono total en Dios. ¿Tienen el sentimiento de que Él les ha acompañado y de que le conocen mejor hoy?

--E. y M. Cortès: Paso a paso, hemos experimentado que el hombre no vive sólo de pan, que no es sólo un ser de carne. Esta marcha ha revelado en nosotros una música interior, el canto del alma. Día tras día, hemos hecho brotar otra riqueza, la de la fe. Con Jesús, nuestros pies rumiaban «donde está tu tesoro, está tu corazón».

Hemos descubierto la fuerza de la oración del pobre: la de un niño que grita su angustia, su cólera a su padre esperando todo de él. «Danos hoy nuestro pan de cada día...». La oración del pobre, del niño que dice «gracias Papá» por esta persona conocida, por estos higos encontrados al borde del camino, por la sombra de un árbol a la hora de una parada, por este fuego que rescalda en el lugar de la acampada.. Peregrinar es aprender a reconocer la presencia divina en nuestras vidas.

Cogíamos cada día el rosario, la mano de la Virgen María. Al hilo de cada padrenuestro y avemaría, se deslizaba una intención especial que nos había sido confiada, sobre todo las que han enviado por mail los lectores de Zenit.
Hemos descubierto la meditación de los pies. Los pasos, por su ritmo lento, dejan al espíritu vagabundear más lejos que todas las bellas fórmulas. Sin grandes discursos ni impulsos místicos. Es la oración del corazón. La que escucha antes de hablar.

Desde hace dos mil años, esta ruta hacia Jerusalén ha sido recorrida por millares de peregrinos, vagabundos o aventureros. Marchamos con ellos, no teniendo el sentimiento de realizar una hazaña sino de formar parte de las ovejas que van hacia su Pastor. Nos hemos mantenido sobre todo por la oración y los pensamientos de nuestras familias, nuestros amigos, de muchos que marchaban en su pensamiento con nosotros. Es una experiencia de comunión más allá de los kilómetros.

Nos ha hecho falta aprender a perdonar a los que nos han rechazado. Sacudir el polvo de sus sandalias, no en un gesto de desdén sino para dejar allí el mal y los rencores. No es algo fácil. El polvo se queda adherido.

Lo más bonito de esta marcha fue tratar de abandonarse en Dios. En este campo, nada se aprende del todo. Cada día, cada instante es necesario renovar la confianza a tu cónyuge, a los otros, a Dios. Esta marcha era nuestro primer paso.

--Estos meses de esfuerzos, de pruebas pero también de alegría, seguramente han hecho madurar su relación de pareja. ¿Tienen la impresión de haber aprendido cosas importantes para lograr su vida de pareja?

--E. y M. Cortès: Hemos vivido en modo extremo nuestros primeros meses de matrimonio: 24 horas al día juntos, no es normal. Este viaje ha sido como una alegoría de la vida de pareja: una expedición de larga duración que exige una buena dosis de intrepidez, de confianza y de perseverancia.

En pareja, nada resiste en el camino, ninguna máscara. Fatigas, perezas, orgullos... es tiempo perdido quererlos ahuyentar. Imposible dejarse embaucar, ver al otro como se quisiera que fuese. Así hemos podido hacer un trabajo de verdad sobre cada uno. Y a cambio hemos podido aprender a aceptar al otro tal como es. Sobre todo hemos aprendido que el amor no es sólo un sentimiento. Vivimos hoy de un amor que queremos construir todos los días, como en el camino, con lágrimas o cantando.

Creer que el otro nos comprende naturalmente sin palabras es un error. Lo que va bien sin decirlo, va mejor diciéndolo: ¡es preciso comunicar! Nuestras reacciones frente a los acontecimientos son muy diferentes, lo que implica prestar siempre atención al otro, a lo que se recibe de él. Estas diferencias de percepción no han conducido a menudo a discutir, fuertemente a veces, a causa de incomprensiones. La ocasión para aprender a pedirnos perdón, a recibir y aceptar el perdón del otro.

Los escépticos murmuraban cuando partimos: «Se van a separar antes de llegar», «era necesario partir antes del matrimonio, para ver si la pareja resiste». Muy al contrario, lo que nos ha hecho marchar es el habernos comprometido de por vida. Teníamos un proyecto común, el de alcanzar Jerusalén. Sin proyecto de pareja, se adormece. Lo que nos hizo progresar fue que queremos amarnos. Sin voluntad se acaba por dejarse. Lo que nos hizo avanzar fue nuestro deseo común de la Jerusalén celeste. Los grandes deseos llevan a la Vida.

--Y ahora, ¿qué proyectos tienen?

--E. y M. Cortès: Estamos escribiendo un libro que aparecerá en francés, en la editorial XO, en octubre de 2008 con nuestro cuaderno de ruta y nuestro testimonio. Para mantenerse informados, pueden consultar el sitio: http://www.enchemin.org


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Traducido del francés por Nieves San Martín

jueves, 7 de febrero de 2008

Monjas que construyen un monasterio: “La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas”

Valencia,(VERITAS) Numerosos laicos están colaborando con las Hermanitas del Cordero en la construcción de un nuevo monasterio en un terreno de la pequeña localidad valenciana de Navalón. Tras varios Campos de trabajo y oración, las seis religiosas destinadas a la zona, junto a decenas de familias con niños, jóvenes y sacerdotes, han limpiado el terreno, han encontrado agua y han puesto los fundamentos y empezado a construir mobiliario. Les falta llevar la luz y empezar a levantar el "pobre, sencillo y hermoso pequeño monasterio".

En la entrevista concedida a Veritas, las religiosas explican: "Quisiéramos que sea un lugar para el encuentro con Dios, en el cual las hermanitas puedan arraigarse en la vida de oración y en la vida fraterna. Desde allí, seremos enviadas en misión hacia los más pobres. Este lugar será una "tierra para Dios", un espacio de oración y de silencio, abierto, para que los que se acerquen puedan encontrar paz".

En poco más de veinte años de presencia en España, la comunidad, que forma parte de la Orden de Dominicos, "hemos podido vivir nuestra vida contemplativa y misionera" y "la acogida de creyentes y de no creyentes nos ha enseñado a conocer estas tierras y a ser parte integrante de ellas", explican las religiosas. "Ahora -añaden-, también en nuestro país, es necesaria una nueva fraternidad en un lugar retirado".

Sobre la colaboración de los laicos en la construcción del Monasterio, las hermanitas explicaron que "muchos de los que vienen, aprenden, a través de la manducación (repetición) del Evangelio del día, lo importante y actual de la Palabra de Dios". "Para llevar adelante este proyecto, necesitamos la ayuda de cada uno, según sus posibilidades: ayuda económica y/o materiales de construcción. La Providencia se ocupa de todo, pero pasa por personas concretas".