* «Mi madre me dijo: ‘Creo que Dios tiene un gran plan para tu vida, teniendo en cuenta los obstáculos que te arrojó el Diablo, incluso antes de que nacieras’… Cuando el Diablo ve el gran plan que Dios ha preparado para nosotros, a él no le gusta y hace lo que puede para socavarlo…. El regalo de la vida humana: cada vida humana es un milagro. Es único e irrepetible. Poder participar en la obra creadora de Dios es un regalo increíble. Pero también el poder del amor: a menudo las madres que consideran el aborto no se sienten preparadas o capaces de amar. Les pediría que recuerden que no están solas. Tienen ante todo la ayuda de Dios, que quiere aumentar su amor y apoyarlas en su amor por sus hijos, pero también tienen el apoyo de familiares, amigos y la comunidad»
* «Me senté allí, en silencio. Y rompiendo ese silencio oí la voz clara de Dios. Supe que era Dios porque decía cosasmás bien proféticas a las que yo reaccionaba diciendo: '¿Cómo? ¿Estás de broma?' Quedé transformado, con mi corazón sacudido. Fue como un contacto directo con Dios, me asustó. Poco después fui a confesarme, por primera vez en 20 años. Y me quebranté, con lágrimas. El cura me decía: 'vale, está bien, no pasa nada'. Yo sentía un arrepentimiento extremo por haberme alejado de Dios»