Elige tu idioma

Bienvenido a Escuchar y a Dar

Este blog, no pretende ser un diario de sus autores. Deseamos que sea algo vivo y comunitario. Queremos mostrar cómo Dios alimenta y hace crecer su Reino en todo el mundo.

Aquí encontrarás textos de todo tipo de sensibilidades y movimientos de la Iglesia Católica. Tampoco estamos cerrados a compartir la creencia en el Dios único Creador de forma ecuménica. Más que debatir y polemizar queremos Escuchar la voluntad de Dios y Dar a los demás, sabiendo que todos formamos un sólo cuerpo.

La evangelización debe estar centrada en impulsar a las personas a tener una experiencia real del Amor de Dios. Por eso pedimos a cualquiera que visite esta página haga propuestas de textos, testimonios, actos, webs, blogs... Mientras todo esté hecho en el respeto del Amor del Evangelio y la comunión que siempre suscita el Espíritu Santo, todo será públicado. Podéís usar los comentarios pero para aparecer como texto central enviad vuestras propuestas al correo electrónico:

escucharlavoz@yahoo.es

Oremos todos para que la sabiduría de Jesús Resucitado presida estas páginas y nos bendiga abundamente.

Página web de Escuchar la Voz del Señor

Página web de Escuchar la Voz del Señor
Haz clic sobre la imagen para verla

viernes, 13 de junio de 2008

La famosa conversión de Eduardo Verástegui

La psicología redescubre el poder del perdón

Entrevista con Robert Enright
El perdón es de Dios y no podemos pensar en el perdón como una técnica psicológica más


MADISON (Wisconsin), (ZENIT.org).- El mensaje evangélico del perdón ha llevado a la fundación de un instituto psicológico, que demuestra su eficacia para la curación personal y la paz en el mundo.

Robert Enright, psicólogo, creó el Instituto Internacional del Perdón en 1994 con el fin de aplicar años de investigación en la práctica del perdón. Es coautor de «Helping Clients Forgive: An Empirical Guide for Resolving Anger and Restoring Hope» (Ayudar a los clientes a perdonar: Guía empírica para Resolver el Odio y Restaurar la Esperanza”), publicado por American Psychological Association Books, 2000.

En esta entrevista, el doctor Enright comparte con Zenit sus conclusiones.

--¿Qué efectividad ha tenido el perdón como terapia?

--Enright: ha sido muy variada. Algunos grupos de investigación obtuvieron excelentes resultados científicos con la terapia del perdón, mientras que otros no.

Como afirma Richard Fitzgibbons en nuestro libro, una causa de los diferentes resultados es el tiempo y el cuidado que el terapeuta dedica al paciente.

Perdonar a otro por una profunda injusticia lleva su tiempo. Los instrumentos de cura a menudo insisten en la terapia «breve», la cual no da suficiente tiempo al cliente para recorrer el itinerario doloroso y terapéutico del perdón.

Uno de nuestros proyectos de investigación, con Suzanne Freedman, de la Universidad de Northern Iowa, era con sobrevivientes de incestos. Estas valientes mujeres necesitaron mucho tiempo, en torno a un año, para perdonar a quienes habían abusado de ellas. Valió la pena el esfuerzo.

Cuando comparamos el grupo experimental, que ha recibido terapia del perdón, con un grupo de control que no la ha recibido, en el primero se reduce de manera significativa la ansiedad y la depresión. Después de que el grupo de control iniciara y completara la terapia del perdón, ambos mostraron una mejora significativa en sus síntomas de ansiedad y depresión.

Aunque un año parece mucho tiempo, deberíamos darnos cuenta de que algunas de las mujeres sufrían desórdenes emocionales desde hacía 20 ó 30 años antes de perdonar.

Vemos resultados similares con otros grupos: hombres y mujeres en comunidades de rehabilitación de drogas; pacientes terminales de cáncer; matrimonios a punto de divorciarse; adolescentes presos; pacientes cardíacos y otros.

--¿Qué pasos debe dar una persona que desea curarse mediante el perdón?

--Enright: Seguir el propio itinerario de perdón es otra razón del éxito observado en la terapia del perdón. El doctor Fitzgibbons y yo ofrecemos un itinerario de perdón, científicamente avalado en nuestra obra. Este itinerario es ampliamente descrito en mi libro «Forgiveness Is a Choice» («El perdón es una opción») para el público en general.

En este itinerario, en primer lugar, las personas deben reconocer que han sido tratadas injustamente, reconocer humildemente que esto les ha supuesto un choque emocional y que están verdaderamente enfadadas.

A continuación, si desean empezar la terapia del perdón, deben explorar lo que es perdón y lo que no es perdón. Por ejemplo, cuando las personas perdonan, no están condonando, excusando u olvidando lo que han hecho contra ellas. Pueden reconciliarse o no reconciliarse.

Perdonar es reducir el resentimiento y aumentar la benevolencia y el amor hacia alguien que ha sido injusto. Esta es una opción personal, un acto de la voluntad. Reconciliarse es para dos personas recuperar la mutua confianza. Esto requiere la cooperación de ambas partes. Uno puede perdonar al ofensor y al mismo tiempo mirar a sus espaldas.

Luego recomendamos que la gente se implique en lo que el doctor Fitzgibbons llama «perdón cognitivo». Son pensamientos de perdón y declaraciones dirigidas a la persona que ha sido injusta. En ese estado, la persona no necesita abordar al ofensor sino realizar este perdón cognitivo en su interior.

Parte del perdón cognitivo es pensar en la persona como un todo, sin definirla sólo por sus pecados. Todos somos más que nuestras acciones. Somos vulnerables. Somos hijos de Dios.

Al perdón cognitivo sigue el perdón emocional, la apertura de uno mismo a la compasión y al amor hacia este hijo de Dios que te ha golpeado. Esto es difícil y puede llevar su tiempo. Algunas personas en la terapia no están preparadas para este paso y merecen comprensión.

Para nosotros sigue siendo un misterio saber cómo crece en el corazón humano esta compasión por quienes realizaron y realizan grandes injusticias. Seguramente la gracia de Dios actúa en este caso, pero nosotros como científicos no tenemos el lenguaje para describirlo plenamente. La ciencia es limitada, al igual que los intentos humanos de comprender el misterio.

Más allá del perdón emocional, está la difícil tarea de «soportar el dolor» de lo que ha sucedido. Quien perdona no puede hacer que el reloj vuelva atrás y deshacer el daño, pero puede tomar la valiente decisión de aceptar el dolor y ser un instrumento de bien para el ofensor.

Para un cristiano, esto nos lleva a identificarnos con Cristo que sufre en la cruz por nuestros pecados. Él soporta el dolor por nosotros. Nosotros hacemos lo mismo por los demás después de haber sido perdonados.

--¿Qué ha aprendido sobre los niños y el perdón?

--Enright: Los niños parecen tener corazones cálidos y abiertos al perdón. Por consiguiente, la educación al perdón es una posibilidad real para ellos.

Al mismo tiempo, pienso que a los niños se les puede desanimar a perdonar si están rodeados por quienes ridiculizan o son indiferentes hacia el perdón. Por consiguiente la educación al perdón es vital.

Mis colegas Jeanette Knutson, Anthony Holter y yo hemos trabajado en escuelas católicas y estatales de Belfast, Irlanda del Norte, los últimos tres años, ofreciendo programas de perdón para las primeras tres clases de educación general básica. Preparamos a los profesores y ellos imparten el programa a los niños.

Hemos publicado recientemente un libro gráfico infantil sobre el perdón, «Rising above the Storm Clouds» («Superar las Nubes de Tormenta»), para niños de entre 4 y 10 años, que usamos en el programa de tercero. Este año iremos al quinto curso y el siguiente, a la educación secundaria.
Hemos descubierto que niños tan pequeños como los de seis años, pueden aprender sobre el perdón y de esta manera reducir la cólera excesiva. Estamos en Belfast para ofrecer el don del perdón a esta ciudad circundada de guerra. Esperamos que los niños, al pasar los años, se conviertan en completos perdonadores, desde el punto de vista teológico, filosófico y psicológico

Esperamos que, armados con esta profunda comprensión del perdón, cuando sean adultos, forjen una paz más satisfactoria en su comunidad que la de sus predecesores.

Tanto Juan Pablo II como Benedicto XVI nos han enseñado que el perdón es la más importante vía hacia la paz en este mundo. Nuestro trabajo en Belfast es sencillamente actuar siendo conscientes de esto.

--¿Qué consejo daría a la gente sobre la práctica del perdón en su vida diaria?

--Enright: Primero, el perdón es de Dios y no podemos pensar en el perdón como una técnica psicológica más. Perdonar es entrar en el misterio de la cruz de Cristo.

Esta es una enseñanza difícil en efecto, pero vale la pena esforzarse por comprenderla. Aunque las personas perdonen sin pretender deliberadamente obedecer a Dios, este comportamiento les puede permitir abrirse a Él.

En segundo lugar, la gente que perdona necesita saber qué es el perdón y qué no es el perdón. Perdonar es ofrecer amor incondicional al ofensor. No es un acto de debilidad. Cuando una persona perdona, debería buscar justicia. Si a uno le estropean el coche, puede perdonar y al mismo tiempo presentar la factura de la reparación al causante.

En tercer lugar, el perdón está íntimamente ligado a la gracia de Dios. Por este motivo, la oración, la recepción de los sacramentos y la confianza en la acción de Dios en el corazón humano forman parte del perdón.

A quienes se sitúan fuera de estas avenidas de la gracia, les digo que no podemos entender completamente la obra de Dios.
Incluso tras veinte años de estudio del perdón, todavía me sorprendo. He visto ateos declarados y fervorosos cristianos perdonar con buenos resultados. Por tanto, un punto importante es estar abiertos al misterio del perdón, sin tener en cuenta el historial personal.

--¿Qué consejo daría a quienes tienen especial dificultad en perdonar a los demás, como quienes han perdido a sus seres queridos en los atentados del 11 de septiembre?

-- Enright: Perdonar a los demás no es algo puntual, como encender una luz en la oscuridad. Para muchos de nosotros, el perdón supone un camino en el que cargamos nuestra cruz por quien nos ha hecho daño.

Esto requiere tacto y paciencia con uno mismo y tiempo. Se aprende mucho cuando se acepta el peso y el dolor de la cruz.

Por eso, a quienes no pueden perdonar, les pregunto: «¿Estás listo para explorar lo que es o no es el perdón?». Esta pregunta no pide a nadie que perdone sino más bien examinar lo que es el perdón.

Cuando una persona ya conoce las dimensiones del perdón, yo le pregunto: «¿Estás preparado para examinar el perdón de la persona que te ha hecho daño, en su forma más básica? ¿Deseas tratar de no hacer daño a esa persona?». Esta pregunta no pide a la persona que ame al ofensor sino refrenar en sí misma lo negativo, refrenar el deseo de hacer daño incluso de modo sutil.

Luego viene la pregunta: «¿Deseas el bien para esa persona?». Esto cambia el enfoque hacia lo positivo, hacia al menos un deseo, aunque no sea una acción deliberada, el bien de otra persona.

Todas estas preguntas pretenden mover a la persona ofendida hacia una mayor cercanía en el amor. Si aún rechaza el perdón, debemos comprender que su «no» enfático hoy no es necesariamente la última palabra. Esta persona puede cambiar mañana.

--¿Qué añade a la comprensión del perdón el aspecto de la fe y la imitación de Cristo?

--Enright: Cristo es amor. El perdón que ofrecemos es un acto de amor. Siempre que se perdona, se sea o no consciente de ello, se entra en el amor de Cristo manifestado por su cruz.

Mi colega Jeanette Knutson logró hacer que yo lo comprendiera. A través de los años, he venido a comprobar un gran misterio, que brotaba con fuerza en la obra de Juan Pablo II el Grande «Salvifici Doloris»: perdonar es entrar en el sufrimiento redentor a favor de otra persona.

Nos unimos a Cristo en su cruz para la salvación de quien nos ha ofendido. Para decir «sí» conscientemente a esta gran alegría a pesar del sufrimiento. Perdonar es no dar importancia al sufrimiento que has tenido que experimentar a causa del pecado de otro.

De hecho, siguiendo la enseñanza del cardenal Walter Kasper en su libro, «Sacramento de unidad», no sólo imitamos a Cristo cuando perdonamos, sino que entramos en unión con él. Este es otro gran misterio análogo al de la unión de Cristo con su Iglesia. Cuando perdonamos, experimentamos este modo de unión con él por el bien de otra persona.

Así Dios en su sabiduría ha dispuesto muchos modos por los que podemos unirnos a su Hijo: mediante la participación en el cuerpo de Cristo, a través de la Eucaristía, y por medio del perdón amoroso e incondicional de los demás.

Necesitamos aclarar esto más a menudo a la gente que desea profundizar sobre el perdón.

--¿Qué proyectos tiene entre manos el Instituto del Perdón?

--En la próxima década o en la siguiente, trabajaremos con niños afectados por entornos de guerra y otros ambientes de violencia, mediante programas de educación al perdón en escuelas, casas y lugares de culto.

El perdón ha sido casi completamente ignorado por el movimiento pacifista, pero sin perdón no hay paz duradera. Dado que lleva tiempo aprender y apreciar el perdón, debemos empezar con niños para reforzar la probabilidad de que aprendan bien la lección.

De manera que tratamos de convencer a los filántropos de que el perdón, centrado especialmente en los niños, debe ser parte de cualquier esfuerzo en favor de la paz. Relacionado con esto, hay un programa para ayudar a los familiares.

Muy a menudo, en las zonas de guerra, la gente se casa con profundas heridas y odios que se prolongan durante generaciones. Deseamos ofrecer programas de perdón a las familias para que puedan reducir su propio odio y no lo transmitan a sus hijos.

Esencialmente, tratamos de introducir la noción de la escuela, la casa y el lugar de culto como «comunidades de perdón», donde la gente se anima mutuamente en su misterio de perdón. ¿Nos podemos permitir perder tiempo sin crear semejantes comunidades de perdón?

Bebé "nació dos veces" en EEUU tras extirpación de tumor: La historia de Macie Hope

WASHINGTON D.C., (ACI).- Macie Hope McCartney no había nacido todavía y tenía un tumor del tamaño de su cuerpo que podía provocarle la muerte. Para operarla tuvieron que sacarla casi por completo del útero materno y, luego de la complicada pero exitosa cirugía, los médicos la devolvieron al mismo. Tras diez semanas más de gestación pudo finalmente nacer y ahora, con un mes de nacida, ya está en casa con su familia.

Chad y Keri McCartney decidieron ponerle por nombre Hope (Esperanza) a su pequeña; la quinta hija de este
matrimonio a quien, luego de una ecografía, le encontraron un tumor muy grande cuando tenía 6 meses de gestación. Los médicos del Texas Children's Hospital en Houston advirtieron a la pareja que la intervención quirúrgica era muy riesgosa para Macie y Keri; y tenía solo un 10 por ciento de éxito.
Esta situación no amilanó a sus padres, quienes decidieron hacer lo posible para salvar a la pequeña.


El Dr. Darrell Cass, el cirujano que hizo la operación y logró así salvar la
vida de Macie Hope, explicó al Today Show de la cadena NBC lo complicado de la operación de cuatro horas de duración.

El médico y su equipo tuvieron que utilizar bastante más anestesia de lo normal para evitar que el útero reaccionara como si el embarazo estuviera finalizado. Luego de encontrar el lugar preciso para no afectar la placenta, abrieron el útero y cuidadosamente sacaron el 80 por ciento del cuerpo de Macie. Retiraron rápidamente el tumor, volvieron a colocar a Macie en el útero y lo cerraron con precisión para evitar la salida del líquido amniótico.

Afortunadamente no hubieron complicaciones, la bebé fue gestada diez semanas más y nació el pasado 3 de mayo.

Noticias Relacionadas
Gobernadora de Alaska: Es un privilegio tener un hijo con Síndrome de Down
Obama desata polémica por considerar a los bebés como "castigo"
Nueva generación de jóvenes pro-vida rechaza el aborto en EEUU
Vida Humana Internacional felicita a Obispo que censuró a "católicas" abortistas
Más de 100 mil marcharán contra el aborto en capital norteamericana

"Si tu mano te hace caer cortatela" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

Amar y ser amado / Autor: Cardenal Ricard Mª. CARLES

Hablamos la semana anterior de la cultura occidental y de la necesidad de que los cristianos no ocultemos nuestra condición de tales. Una actitud básica es no aceptar como un déficit inevitable de nuestro mundo la falta de amor. Esa aceptación es algo muy repetido en la historia de la humanidad. No caigamos en esa tentación. No es inevitable la falta de amor. Porque en el hondón el alma está anclado el deseo de amar y de ser amado. Y fundamentalmente de amar a Dios y de sabernos amados de Dios. Ello nos impulsa indefectiblemente a que otros, que nos rodean, vivan y mueran con ese profundo sentido de lo divino. Se ha dicho de los justos que mueren como muere la claridad del día, cuando llega la noche, marchando a brillar a otra región. Buena definición de toda muerte cristiana. Los hijos de Dios mueren para brillar en otra región.

Hablando de la posible carencia de amor en el mundo, el gran católico y filósofo español Julián Marías recuerda que san Juan dice que Dios es Amor. Partiendo de ahí, dice repetidamente en sus obras que el hombre es una criatura amorosa porque está hecha a imagen de Dios. De ahí su necesidad de amar y ser amado. Y añade: «Creo que la infidelidad radical al cristianismo es no verse como criatura amorosa». Y recuerda la expresión máxima de desamor y de insolidaridad radical -así lo expresa- en aquella respuesta del comendador a don Juan en el célebre drama de Zorrilla. Le pregunta el comendador: «¿Y qué tengo yo, don Juan, con tu salvación que ver?». No es una actitud cristiana. «Tenemos que ver» con la comunión de los santos y transmitir a otros el amor a Dios, a aquellos que tenemos cerca.


Quien dice que Dios ha muerto -dice un himno litúrgico- que salga a la luz y vea si el mundo es o no tarea de un Dios que sigue despierto. Decid, si preguntan dónde, que Dios está en donde un hombre trabaja y un corazón le responde.

"Vete primero a reconciliarte con tu hermano" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

Benedicto XVI recibe a Bush en el Vaticano

jueves, 12 de junio de 2008

Clotilde Veniel, activa anciana de 96 años, es orgullo de voluntarios de Caritas Valencia

VALENCIA, (ACI).- Clotilde Veniel tiene 96 años de edad y es la voluntaria de Cáritas de mayor edad en la Arquidiócesis de Valencia. Realiza visitas periódicas a enfermos y otros ancianos para atenderles en sus propios domicilios en la localidad valenciana de Bicorp, donde reside.

Según informó la agencia AVAN, "Veniel es integrante de la Cáritas parroquial de Bicorp desde que se constituyó, en 1989, y colabora también en la elaboración y venta de pasteles para personas con escasos recursos".

"Los enfermos del pueblo siempre quieren que vaya a sus casas a acompañarlos",
afirmó a AVAN y asegura que intenta darles "ánimos y les hablo de Dios y de que hay que tener fe y esperanza en Él".
"Ayudar a los demás es una alegría muy grande, porque puedo contribuir a aliviar un poco los sufrimientos de las personas, es algo que me enseñaron mis padres, que eran muy católicos",
sostiene. "Mis seis hermanos y yo éramos una piña, aprendimos a compartir y a apoyarnos en tiempos muy difíciles", recordó.

Durante años, Clotilde Veniel trabajó como empleada de hogar en Barcelona para ayudar a sus padres. Es madre de dos hijos, enviudó hace dos años y vive sola porque "gracias a Dios todavía puedo valerme por mí misma".

Según el párroco de Bicorp, P. Joaquín Civera, Clotilde "es una mujer entrañable, conserva un gran sentido del humor y una vitalidad y ánimo extraordinarios".

El sacerdote administra a la anciana desde hace siete años la Unción de Enfermos durante la
misa anual dedicada a ellos, ya que "ese sacramento no sólo es para quienes padecen alguna enfermedad, sino también para las personas mayores, que es la razón por la que lo recibe Clotilde".

miércoles, 11 de junio de 2008

Testimonio: "Dios ha dado mucho, justamente porque no pretendiamos nada" / Autora: Madre Elvira, fundadora de la Comunidad Cenáculo

Palabras pronunciadas en la Basilica San Juan de Letrán, el 4 de abril de 2008, durante el primer congreso de la Divina Misericordia

Cuando a nuestros jóvenes les piden que hablen de la Comunidad comienzan a hablar de su propia vida: de las tinieblas a la Luz. Es lo que voy a hacer yo.

Deseo contarles sobre la Misericordia de Dios en mi familia cuando yo era pequeña, en los años ’40. Durante la guerra mi papá fue llamado al frente. Nosotros vivíamos en el sur. . . . y tenía que presentarse en Piemonte. Ni siquiera sabíamos qué era el Piemonte. Así es que mi papá le dijo a mi madre que nos íbamos todos con él. Éramos siete niños, llenos de hambre, de frío, de todo lo que no tendría que tener un niño. Pero teníamos una mamá fuerte, capaz de soportar el peso de de todos. ¿Por qué les digo esto? Porque mirando posteriormente mi historia he comprendido que en esos momentos la Misericordia abundaba.

Luego, mi papá se hizo alcohólico, bebía. Nosotros no sabíamos, éramos chicos y veíamos a nuestro padre transformado, nervioso, con rabia. Durante muchos años, mis hermanos, lo juzgaron: “¡Qué padre que tuvimos! ¡Qué familia que éramos!” Se avergonzaban. Hoy, a la Luz de mi encuentro con Dios , cuando los encuentro les digo: “Se avergüenzan de nuestro padre porque no han podido transformar con la fe esas llagas profundas que teníamos en el corazón .” En un momento de mi camino de fe comprendí que en mi vida la Misericordia ya estaba en ese momento, que el Espíritu Santo guiaba a mis padres hacia la fortaleza, en la humillación, porque vivimos muchas humillaciones, mucha marginación.

Nadie quería a los del sur, nos dieron una casa que era casi un gallinero ¡no nos querían en ningún lado porque éramos muchos hijos! Sin embargo hoy, luego de haber encontrado al Señor, leo esta historia con nuevos ojos y eso le propongo a los jóvenes: no avergonzarse de su propia historia porque justamente está sostenida por la Misericordia que la transforma en amor.

Hoy, las llagas sangrantes se volvieron puertas y ventanas abiertas para darle a todos misericordia, amor, justicia, para dar mucho, mucho de mí misma. Hay que vivir la Misericordia en lo concreto de la propia historia para poder expresar: “Lo pude asimilar en mi propia carne.” Reconozco que el Señor fue muy bueno conmigo, desde chica me fue preparando para lo que Él sabía que yo iba a vivir en mi vida…

Me puse de novia con un joven bueno, que me quería, pero en un momento me dije: “Toda la vida solo con este chico, con esta cara, con estas palabras…no. . . jamás podré.” Sentía que mi corazón estaba dilatado al máximo, y en ese momento, en esa elección lo encaucé.Ya habíamos programado tener quince, veinte hijos, pero eran pocos. Veinte hijos ¿y después? ¿Después?

Después la Misericordia me alcanzó en la pobreza, en la humillación. Es una Misericordia que se mezcló con mi carne, con mis sentimientos, con mi amor. Y es por eso que hoy estoy aquí con un “equipo” de jóvenes.Tenemos muchas casas de jóvenes que vienen de todas partes del mundo, sabiendo que la nuestra es una Comunidad exigente. Nuestro amor, que es todo, total, incondicional, es un amor exigente porque ellos deben sentir que les tenemos confianza a pesar de su fragilidad y debilidad. Ellos ya no eran personas, eran pedazos rotos. Pero creo que tienen derecho no a los caramelos para hacerlos sentir bien, sino a la fuerza de una propuesta educativa.

En cuanto llegan, lo primero que les enseñamos – para no engañarlos, pues anteriormente todo fue engaño - es la oración. Afortunadamente, nuestros obispos, cada vez que abro una Comunidad, cuando de rodillas les pido que nos den la Eucaristía, siempre han dicho que sí. Nuestras capillas a veces todavía no tienen los bancos, pero ahí vamos, de rodillas, en el piso, día y noche con Jesús Eucaristía. Se hacen turnos, siempre con Jesús: y somos felices. No tenemos nada… ¿no tenemos nada?

¡Tenemos todo! Pero no hemos aceptado el dinero del Estado sino que hemos creído en el amor de Dios Padre. También creímos en el amor del hombre y, en efecto, a nosotros no nos falta nada porque todo se vuelve Providencia y nosotros la podemos contemplar en las personas que llegan. Los jóvenes desean comer una buena pasta y no hay salsa de tomate, quince minutos antes de la comida llega una señora con el marido y descargan una gran cantidad de “pumarola”. ¡Así es todo, todo!!

En veinticinco años que hace que recibimos a estos jóvenes, jamás fui a hacer las compras. Cuando algo falta, falta: lo echamos de menos pero así experimentamos que no son las cosas las que nos hacen felices, sino la amistad, la paz…

Comencé con mi historia desde que era niña porque quiero que cuando estemos tristes, o todavía no hayamos abrazado al papá o a la mamá, lo digo sobretodo por ustedes, chicos y chicas de la Comunidad: “Aprendamos a perdonar, a perdonar a nuestros padres por cualquier equivocación que hayan tenido. Ellos fueron más castigados que nosotros cuando eran chicos.”Luego de estar un tiempo en la Comunidad, nuestros jóvenes van a su casa para hacer la verífica. Yo siempre les digo: “Cuando veas a tu padre, desde lejos, corre, corre, corre hacia él y abrázalo. Y mientras lo abrazas, debes contar, sin soltarlo, hasta siete.” Y verás que tu papá llora: ¡todos se ponen a llorar! Ya no podemos decirle “¡Hola, papá! “ e irnos.

¿ Quieres detenerte un momento? Porque tu papá debe hacer memoria y recordar que cuando eras pequeña o pequeño, no te quiso, no dialogó, ni te miraba. En un punto cuando el hijo lo abraza, el “hijo pródigo” es realmente el padre, quien se da cuenta de que es padre. Estos jóvenes que hoy están rebosantes de oración, de compasión, de amor, nunca más pueden tener un gesto que no entre en el corazón, en sus vísceras , en las de sus padres. Cuando regresan de la verifica me dicen: “Elvira, en cuanto lo vi a mi papá me dije, si no voy ahora no voy más.” Se puso a correr, abrazó al papá hasta que los dos se confundieron en el llanto.

Debemos ser más humanos, más amantes del amor. El amor es vida, gestos concretos, sacrificio, humillaciones, a veces hambre: primero hay que vivirlo y luego entregarlo a todos. Dios es amor y nosotros elegimos a Dios. Más bien, es Él quien nos eligió ¡y estamos felicísimos de haberlo encontrado!(. . .)¿Cómo se hace para vivir con jóvenes que vienen de tantas experiencias del mal? El cómo siempre es difícil pero hay Alguien que te lo va enseñando por dentro. Cada minuto es una novedad, también para nuestros jóvenes. ¿Cómo se hace para reprenderlos, amarlos, abrazarlos, castigarlos, sonreírles y jugar con ellos? Son todos momentos de amor.

Pero recordé lo que una vez aprendí en mi infancia. Tenía una madre santa, exigente. Especialmente recuerdo una oración que ella decía todos los días y varias veces al día: “¡Santa Cruz de Dios , no nos abandones!” Ella lo decía en su dialecto del sur, yo soy del sur, de Sora, cerca de Frosinone.Mi padre muchas veces perdía su trabajo porque faltaba, pero ella no le pedía al Señor un nuevo trabajo para su marido, ¡no!! : ¡La Cruz! Ella amó la cruz, la abrazó.. Por eso les he propuesto a los jóvenes el encuentro con la Cruz de Jesús, con el crucifijo…

¿Cómo hice para vivir con los jóvenes? No fui yo a vivir con ellos sino que fue la Misericordia: ese rostro del Padre que se empeña en hacer florecer la misericordia junto a la miseria. Ellos llegan ya sin más dignidad, sin más rostro, sin más palabras, sin más esperanza . Vienen y confían: no sé cómo hacen para confiar pero confían, también para mí es un milagro. Y nosotros les proponemos el “camino” de la oración, de la fe viviéndola junto a ellos, porque los jóvenes hoy no necesitan tantas palabras sino vida. A los jóvenes las cosas le entran por los ojos, no más por los oídos: entienden con los ojos porque mira, observan si nosotros no hacemos lo que decimos. La coherencia , con ellos es muy importante la coherencia. . .

Comenzamos durmiendo en el piso, porque no había nada en esa villa que nos habían dado en comodato. Pero nunca pensé en eso: ¡teníamos de más! Cuando no teníamos nada más, ¡había de más! Porque había de más solidaridad, amor, sonrisas, había de más lágrimas a veces, pero no importa, la vida es así: con luces y sombras, hecha de coraje y de miedo, de fortaleza y de debilidad, y nosotros se la enseñamos tal cual es, también a través de nuestra vida.Ahora debo agradecer a la Virgen, que luego de algunos años nos mandó sacerdotes, seminaristas, hermanas consagradas que ya están en las distintas misiones. Yo no pensaba en todo esto, pero Dios ha dado mucho, justamente porque no pretendíamos nada ha dado todo para que se lo donemos a los demás.

Gracias por haberme escuchado.
Cardenal Schonborn: “Una vez le pregunté a Madre Elvira: ¿Pero, cómo se hace para abrazar la Cruz? Espontáneamente ella me respondió: abrazando el crucifijo.”


Madre Elvira: “Es verdad, no les propuse la cruz sino que les dije a ellos: “abracemos el crucifijo”. Abrazándolo nos volvemos más fuertes en nuestras cruces. Abrazándolo , también sentimos los clavos. La cruz sin Jesús es un oprobio. Nosotros abrazamos al Salvador, El que nos ha salvado en esa cruz victoriosa.”

El viaje de la esperanza continúa / Autora: Madre Elvira, fundadora de la Comunidad Cenáculo

Hace veinticinco años el amor de Dios ha iniciado en la Comunidad Cenacolo un viaje que continúa: aquel de la esperanza! La esperanza que teníamos en el corazón en ese entonces, cuando dimos los primeros pasos de esta aventura encomendándonos solamente al amor de Dios, ha crecido y se ha radicado aún más confirmándonos en la fidelidad de Dios en la cual nos hemos sumergido, en aquel amor que hemos visto y en el cual hemos creído.

Esta fe en Él ha tenido encendida en nosotros la llama de la esperanza viva, que se ha vuelto servicio a través de pequeños gestos de acogida y de amor cotidianos. Hoy este amor es visible a todos los que contemplan asombrados con nosotros el milagro vivo de la resurrección, que se da en las vidas de los jóvenes que la Comunidad recibe: no podemos negar más que el resucitado está vivo en medio de nosotros, porque es Él que nos hace renacer cotidianamente.

Su amor se extiende y se dona gratuitamente a todos los hombres, nos protege, nos defiende, se sumerge en nuestra vida hecha de bien y de mal, de salud y enfermedad, de fuerza y de debilidad, de fe y de ateísmo… nuestro Dios no pasa por alto a nadie, es un Dios universal que siempre, todos los días y en todas las situaciones, está presente y continúa a inclinarse hacia nosotros. También aquellos que no quieren reconocerlo, que niegan la resurrección, también ellos son abrazados por el sol de Su misericordia que cada día sale sobre buenos y malos, sobre justos e injustos, sobre todos nosotros y que llega también a aquellos que lo rechazan. Él es la ternura infinita que reviste e ilumina todo el mundo, que realza y perdona.

Dios ama más allá de nuestras medidas, es amor infinito que no tiene barreras, es misericordia sin límites que se ha mostrado a nosotros en los gestos de Jesús: nosotros lo hemos escuchado, lo hemos contemplado, lo hemos tocado, lo hemos comido… y ahora deberíamos decir como el apóstol Juan “lo anunciamos a ustedes”.

El ser cristianos debe recorrer nuestra vida desde la cabeza a los pies; en cada gesto, mirada y sentimiento se debe manifestar espontáneamente nuestra pertenencia, nuestro credo. No se es cristiano solo cuando los otros nos piden de serlo, sino siempre!

Nuestra misión de creyentes es anunciar la alegría de aquel encuentro, que ha transformado nuestras vidas a través del amor que se hace don en nosotros con sonrisas que comunican esperanza, con bondad vivida en la gratitud, con el corazón libre de intereses y ambiciones. Estos gestos de bien auténtico permiten a nuestro Dios, que ha tomado sobre sí en Jesús de Nazaret nuestra naturaleza humana, de santificar también nuestra fragilidad haciéndonos capaces de dar la vida y de experimentar así el secreto de la alegría verdadera, aquel céntuplo que Jesús nos ha prometido: la vida es un don de amor que se debe donar! La misericordia de Dios ha iniciado con nosotros un viaje que paso tras paso, se está abriendo con asombro delante de nuestros ojos como una verdadera, original, fascinante y bellísima historia que continúa.

El Señor nos conceda la fidelidad de seguirlo y la alegría de servirlo.
--------------------------------------
Fuente: Comunidad Cenáculo

Las Diez Cosas que Dios te preguntará

¿Cómo ser lo que Dios quiere? / Autora: Ana Néri de la Comunidad Canción Nueva

El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre

Preparándome, cierta vez, para una prédica, cuyo tema era el Amor de Dios y, teniendo en las manos el Catecismo de la Iglesia Católica, un gran tesoro enriquecedor de nuestra fe, encontré el párrafo 27 que me llamó mucho la atención:

27 ''El deseo de Dios está inscrito en el corazón del hombre, porque el hombre ha sido creado por Dios y para Dios; y Dios no cesa de atraer hacia sí al hombre hacia sí, y sólo en Dios encontrará el hombre la verdad y la dicha que no cesa de buscar'' (Capítulo Primero: El hombre es "capaz" de Dios - I. El deseo de Dios)

Desde toda la eternidad, cuando Dios ha creado el mundo y, todo lo que hay en él, cada uno de nosotros ya estaba dentro de Su corazón. Él ya pensaba en nosotros, sabía lo que cada quien sería, y cuál sería la misión específica de cada uno en la tierra.

A medida que fuimos creciendo, cada uno en su ambiente y realidad de vida, fuimos siendo influenciados por muchas cosas buenas e, infelizmente, por cosas malas también. Suelo decir que salimos de una forma buena: la forma de Dios. Y con el transcurrir del tiempo, muchas veces, sin darnos cuenta, dejamos que el mundo, el sufrimiento, la seducción, la violencia, el orgullo, la ambición y tantas otras cosas "nos deformen". Y acabamos entrando en la forma del mundo. Siento que el corazón de Dios se entristece, pues no ha sido eso lo que Él ha soñado y deseado para nosotros, hijos Suyos. Sin embargo, al mismo tiempo, somos libres para tomar decisiones.


Actuamos así, muchas veces, por causa de una búsqueda infinita de algo que nos complete; creo que esto ocurre y ocurrirá hasta que, de hecho, tengamos un verdadero encuentro personal y profundo con Nuestro Señor y experimentemos Su amor incondicional a fin de que ese vacío sea verdaderamente llenado.

Cuando estamos llenos del amor de Dios, evitamos buscar placeres mundanos y efímeros, porque ya no nos completan más; en realidad, jamás nos han satisfecho. A partir de dicho encuentro, pasamos a tener conciencia de que herimos el corazón de Dios siempre que pecamos, y por esta razón, buscamos un recomenzar.

Lo interesante es que la pedagogía divina se nos manifiesta de diversas maneras. Somos formados por medio de las más variadas situaciones: muertes, tragedias, desempleo, humillaciones... Es por eso que solemos escuchar: De todo el mal Dios extrae un bien mayor.

Por lo tanto, algo malo nunca ocurre por coincidencia, por más difícil que eso pueda parecernos. Interesante es que jamás comprendemos dichas situaciones en el momento en que ocurren.

Hoy, debido a toda las cosas equivocadas que he vivido en el pasado, cuando intentaba llenar mis carencias, percibo que, en todo, estaban presentes las manos misericordiosas de Dios. Quizá, si no hubiera pasado por tantos sufrimientos no habría conocido el amor de Dios, no lo amaría tanto y, consecuentemente no sería capaz de entregarle mi vida, renunciando a estar junto a mi familia, en mi hogar, renunciando a mis estudios para ser lo que soy ahora: una misionera feliz y realizada al servicio de la evangelización para, muchas veces, olvidar mis problemas, abandonarlos en las manos del Señor, cuidando de aquellos que necesitan de ayuda mucho más que yo misma.

Mi deseo más grande es ser cada día la "Ana que Dios quiere" que yo sea. La Ana imaginada y soñada en Su corazón desde siempre.

Te invito a hacer esta experiencia también: renunciar a las situaciones de pecado y a encontrarte con Dios. ¿Cómo? Podemos comenzar con una buena confesión de nuestros pecados.

Desea ser el (la) ... (di tu nombre) soñado(a) por Dios. No quieras ser lo que simplemente quieres. Así, no llegarás a ningún lugar, jamás.

"Yo quiero amar, quiero ser, aquello que Dios quiere. Solo no puedo más vivir" (Cosme, cantautor católico)

No dejes que los sueños de Dios mueran en ti. El encuentro será lindo, ¡basta desear y dar pasos concretos para que esta búsqueda se concretice!

Estoy rezando por ti.
---------------------------------
Fuente; Comunidad Canción Nueva

Antitópicos / Autor: J. I. Munilla, obispo de Palencia

No son pocos los católicos que se sienten confusos ante el bombardeo de tantos tópicos laicistas y/o anticlericales que estamos recibiendo. ¿Qué deberíamos hacer los obispos en esta situación? Si hablamos…, algunos dirán que estamos polemizando innecesariamente o que estamos “entrando al trapo”. Si callamos…, otros concluirán que “quien calla otorga” o simplemente, que la Iglesia no es capaz de dar respuesta a las acusaciones que se le hacen. Aun sabiendo que mis palabras serán objeto de interpretaciones encontradas, me dispongo a dar unas breves respuestas a algunos de los tópicos anticlericales más en uso:

1. “La Iglesia no sabe vivir en democracia”
Lo cierto es que, la Iglesia Católica tuvo un papel histórico muy importante en la transición española, y es de sobra conocido que su aportación fue esencial para la reconciliación de las dos Españas. La integración de la Iglesia en el marco democrático no fue nada complicada, y su labor a lo largo de todos estos años ha sido subsidiaria del derecho que la Constitución reconoce a las familias para educar a los hijos conforme a sus valores religiosos y morales.
En este contexto histórico, la Iglesia no aspiró a un marco político confesional, ni ha pretendido imponer la fe a nadie, sino simplemente proponérsela a los que así lo soliciten. ¿Es mucho pedir por nuestra parte que las autoridades políticas tampoco impongan obligatoriamente sus ideologías a las nuevas generaciones, sino que respeten el derecho de los padres a elegir libremente? ¿Es antidemocrático el proceder y el posicionamiento de la Iglesia?

2. “La Iglesia se mete en política”
El hecho de que un obispo escriba una carta del tenor de la presente, ¿supone una intromisión indebida de la Iglesia en la política? ¿O no debería ser interpretada, más bien, como una contribución más en esta sociedad, en pro del bien común y de la madurez del sistema democrático? No olvidemos aquella frase profética de Juan Pablo II: “Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto”.

3. “La religión tiene que ser expulsada de la escuela pública”
El movimiento a favor de la expulsión de la clase de religión del horario lectivo en la escuela pública, olvida que, estrictamente hablando, España no es un estado laico, sino aconfesional. La aconfesionalidad supone que ninguna religión sea discriminada con respecto a las otras, sino en función de la demanda de los ciudadanos. Por ejemplo, los padres musulmanes que quieren que sus hijos reciban religión en la escuela, tienen perfecto derecho a ello, si se reúnen el número mínimo de alumnos.
Quienes piden la expulsiónde la religión de la escuela, no sólo están excluyendo a sus hijos de esta asignatura, sino que también aspiran a impedir que otros padres puedan elegir libremente esta opción.

4. “Estatuto abusivo de los profesores de religión”
Algunos critican que sea la Iglesia Católica la que tenga la facultad de dar el “visto bueno” a los profesores de Religión Católica en las escuelas públicas; así como que éstos reciban su sueldo de la Administración, como los demás profesores.

Pero, en el fondo, estas críticas tienen su orgen en la resistencia a asumir todas las consecuencias que se derivan del artículo 27.3 de nuestra Constitución: “Los poderes políticos garantizan el derecho de los padres para que sus hijos reciban la formación religiosa y moral que esté de acuerdo con sus convicciones morales”. El profesor de religión recibe la capacitación de la Iglesia, no en virtud de ningún privilegio eclesiástico, sino por el derecho de los padres a que su hijo sea formado según sus valores católicos. De lo contrario, ¿quién iba a formar adecuadamente a los profesores de religión, conforme a la sensibilidad demandada por los padres? Y respecto a la dificultad en admitir que quienes imparten religión católica formen parte de la plantilla del profesorado, ¿acaso los padres católicos no pagan sus impuestos exactamente igual que quienes eligen para sus hijos las asignaturas alternativas a la religión?

5. “La Iglesia vive a costa del dinero público”
¿Es cierta esa imagen que se transmite de que la Iglesia en España vive a costa del estado español? Algunos se han tomado la paciencia de hacer cálculos sobre el ahorro que supone anualmente para el Estado Español la vida de la Iglesia:

Si el Estado tuviera que hacerse cargo del coste del millón de alumnos de la Escuela Católica -atendidos en 5.141 centros de enseñanza-, además de asumir el cuidado de los enfermos de los 107 hospitales católicos, añadiendo los 1.004 centros de acogida, ambulatorios, dispensarios y asilos, 365 centros de reeducación social y 937 orfanatos; si tuviera que dar cobertura a los más de dos millones de personas que son atendidas por Cáritas y Manos Unidas… entonces podríamos calcular que tendría que desembolsar 36.000 millones de euros al año. Más aún, renunciamos a añadir otros cálculos, difícilmente cuantificables, como es el caso del movimiento turístico generado gracias al patrimonio de la Iglesia y a sus manifestaciones religiosas, etc. Sin embargo, resulta bastante sorprendente que con estos datos contrastables, la imagen que trasciende a la opinión pública sea la de un parásito social que vive del cuento. No tenemos otro remedio: Frente a los tópicos, paciencia y razones.
-----------------------------------

Exorcísame, Señor! / Autora: Marisa Reyes Franco, Misionera de la Comunidad Canção Nova

Necesitamos del poder liberador de Jesús todos los días.

El Evangelio del día era más que propicio para que el Padre Bruno hiciera semejante afirmación: “Jesús cura a un endemoniado” (Mc 1, 21-28)

Por si aún no lo sabes, querido internauta, la Comunidad Canção Nova, o Canción Nueva, es una comunidad de 30 años que reúne a hombres y mujeres, solteros y casados, célibes y sacerdotes, es decir, a todos los estados de vida para una misma misión: preparar hombres nuevos para unos cielos nuevos y una tierra nueva en vista de la segunda, definitiva y gloriosa venida de nuestro Señor Jesuscristo.

El edificio donde vivo, se llama Santo Domingo Savio. Tenemos ahí, varios departamentos de solteros y de matrimonios. Es claro que las chicas estamos juntas y solas en un mismo departamento al igual que los chicos. El Padre Bruno, es uno de nuestros flamantes hermanos sacerdotes; él vive en el departamento de solteros en el mismo edificio.

Nuestra alegría se dio hace unos días, cuando celebramos la primera Misa comunitaria en este nuevo edificio, fue un regalo de Dios! La presidió el Padre Bruno.

Yo me encontraba en uno de esos días medio grises, donde cuesta levantarse y lanzarse de lleno a la misión, pues, claro, los consagrados también somos humanos y estamos sometidos a todas estas debilidades humanas, lo que nos levanta, es saber que Dios nunca olvida a aquellos que ama, es su promesa. En este contexto, estábamos en Misa y luego de la lectura del Evangelio, el padre comenzó su homilía.

Se refirió al Evangelio y nos dijo: “Todos los días necesitamos que Jesús entre en nuestras vidas y realice un exorcismo”.
Dijo que necesitamos tener este encuentro con Jesús para que Él nos libere todos los días del espíritu de tristeza, del desanimo, de preocupaciones exageradas, del mal humor, del espíritu negativo, de las murmuraciones, de las críticas y de tantas cosas que pudieran perturbarnos en este mundo tan agitado.

Decidí recurrir a un diccionario; encontré que el significado de la palabra “exorcismo” es el siguiente:“Conjunto de fórmulas y de ritos que se practican para expulsar un espíritu maligno, especialmente el demonio, del cuerpo de una persona, de un lugar“. No cabe la menor duda de que, siendo así, necesitamos de este exorcismo diario, pues, el espíritu maligno no es sólo aquel de las películas de exorcismo, que desfigura el rostro, cambia la voz, y hace un sin fin de cosas horrorosas. Es también aquel que corroe el alma con pequeñas cosas, máculas, que van cayendo día a día y llegado un determinado tiempo, se convierten en algo gigantesco, algo que ya necesita de una “terapia intensiva” en el alma.

Por eso, recurramos a Jesús, todos los días, durante todo el día; al inicio de nuestra jornada, a lo largo del día y al anochecer, para poder andar libres, con la liberad de los hijos de Dios, sin temor, sabiendo que, si grandes son nuestros problemas y aflicciones, mayor es nuestro Dios que envió a su Único Hijo para salvarnos. Ese mismo Jesús que paseaba por las calles de tantas ciudades, curando, liberando, resucitando, ese mismo Jesús, quiere expulsar de nuestra alma todo aquello que nos impida acercarnos más a Él. Dejemos que lo haga, pues Él respeta nuestra libertad y nada haría sin nuestro consentimiento.

Entonces, pidamos a Jesús que nos visite diariamente y sea Él quien nos exorcice, entiéndase exorcismo por aquel acto de expulsión de todo cuanto es malo y aqueja nuestra alma. Por eso, exorcísanos, Señor! Exorcisa nuestra familia, nuestro lugar de trabajo, nuestra comunidad, nuestro país…hazlo, Señor!

----------------------------------------
Fuente: Comunidad Canción Nueva

El Carisma de Sabiduría / Autor: Neil Velez

La Sabiduría de Dios, el Pensamiento y la Palabra eterna del Padre.

Adorar la Sabiduría de Dios, e implorarle que nos conceda conocer el misterio del Padre y que nos ilumine para acertar en la vida, es una urgencia para todos los creyentes.

Identificar a Jesucristo con la sabiduría Divina fue un caminar progresivo en la compresión de la revelación. Antiguamente los israelitas llamaban “sabiduría” al discernimiento [1 R 3,9). Luego para subrayar su importancia, la compararon con la mujer amada, con la madre bondadosa, con la esposa

También los antiguos vieron en el espíritu de sabiduría un don del Espíritu de Yahvé que caracterizaría al Mesías
[Is 11,2].

Este don, que después fue estudiado como el primero de los dones del Espíritu Santo, posibilita “saborear” las cosas de Dios, y juzgarlo todo, a partir no solamente del conocimiento intelectual de Dios, sino de una relación experimental y amorosa con Él.

Conocer el misterio divino produce un gusto especial. Es sabroso, tiene buen gusto estudiar la Palabra divina, aficionarse por ella, experimentarla y vivirla. Eso es lo que significa la palabra “sabiduría”.

El hombre queda como embelezado al contemplar el abismo de la Sabiduría Divina. “Oh abismo de la riqueza, de la sabiduría y de la ciencia de Dios”, exclama Pablo [Romanos 11,33]; en el Misterio de Dios están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y de la ciencia [Col 2,3], y Dios los hace conocer por medio del Espíritu [1 Cor 2,10].

Un carisma de Enseñanza

En la primera carta de San Pablo a los Corintios, al enumerar los carisma concedidos ala Iglesia, se menciona en primer lugar, y por lo tanto con subraya importancia, ía [1 Cor 12,8].

Precisar exactamente en qué consiste este carisma no es fácil. Algunos lo identifican con el don de la sabiduría, a que acabamos de aludir, pero la mayoría de los exegetas piensan que la Palabra de Sabiduría es el carisma que permite expresarse con facilidad acerca de las verdades de la fe, y enseñarlas a quienes deseen instruirse en ellas.

Los dones de Dios son para beneficio de la Iglesia. Es posible que el conocimiento de los misterios divinos aproveche sólo a quien lo tiene, pero normalmente habrá de servir a toda la comunidad, mediante una enseñanza correcta y pedagógica.

La Palabra de Sabiduría asegura la formación de los cristianos ya avanzados.

La Palabra, fruto de la acción del Espíritu, es la que posibilita la correcta presentación de la enseñanza teológica, de la catequesis avanzada, de los cursos de crecimiento.

Sería, pues, la palabra de sabiduría un carisma de enseñanza para cristianos maduros, que han pasado por las primeras etapas de conocimiento “perfecto” [1 Cor 10,20; Col 1,28; 4,12; Fil 3,15; Hb 5,11-6,8].

Así dice San Pablo. “Hablamos de sabiduría entre los perfectos, pero no de sabiduría de este mundo, ni de los príncipes de este mundo, abocados a la ruina; sino que hablemos de una sabiduría de Dios, misteriosa, escondida, destinada por Dios desde antes de los siglos para gloria nuestra” [1 Cor 2,6-7].

Este carisma caracterizaría los ministerios de la enseñanza y exhortación de que habla la carta a los [Rom 12,7-8].

Las cartas de San Pablo fueron escritas con sabiduría. El apóstol enseño el misterio de Dios a las comunidades que fundo y a toda la Iglesia, según la sabiduría que le fue otorgada [2 Pe 3,15]. Con razón, pues, el apóstol podía invitar a sus discípulos a que se exhortasen con toda sabiduría [Col 3,16].

------------------------------------------
Fuente: Misioneros de Jesus

"He venido a dar plenitud" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

¿El sexo se puede convertir en una adicción? / Autora: Nancy Escalante

Una persona se puede volver adicta al sexo… la adicción al sexo es una enfermedad emocional que genera obsesión y compulsión, por lo tanto, tiene severas consecuencias para la persona, inestabilidad emocional, sus relaciones y desempeño social.

La adicción al sexo conlleva a la adicción a la pornografía, a la masturbación, fantasías sexuales y pensamientos relacionados con el sexo de una manera constante, a tal grado que el sexo se convierte en una obsesión y lleva a la persona a actitudes compulsivas lo que va conduciendo a la persona a gran inestabilidad emocional.

Esta adicción es una enfermedad emocional que genera en la persona sentimientos de vergüenza, sentimientos de inadaptación, una gran angustia, culpa, ansiedad y en general un gran vacío interior que conlleva un gran sufrimiento en la persona.

Desafortunadamente las personas que se enfrentan ante está situación muchas de las veces no se dan cuenta de que son presos de una adicción, por lo que el círculo vicioso continua destruyendo sus vidas. En la mayoría de las ocasiones la persona adicta necesita “tocar fondo” lo que significa el vivir una situación límite o experiencia muy dolorosa que los lleve a recapacitar acerca de la situación que han estado viviendo.

Muchas de las veces la adicción lleva a la persona a vivir situaciones inimaginables, pues experimentan una gran desesperación y un gran sufrimiento de dependencia que les lleva a hacer cosas que nunca hubieran imaginado, todo esto como producto de la propia ansiedad y angustia que experimentan.

Es una realidad que las personas que caen presas de la adicción al sexo por lo regular lo hacen en la búsqueda de superar su gran soledad y escapar de otros conflictos emocionales que han ido cargando a cuestas, sin embargo, está forma de escape les genera un mayor conflicto, ya que la adicción genera mayor aislamiento e intensifica los sentimientos de soledad y de angustia.

--------------------------------
Fuente: Almas

El verdadero amor....Del espejismo al amor real

lunes, 9 de junio de 2008

Las Bienaventuranzas / Autor: P. Clemente González




Mateo 5, 1-12

En aquel tiempo, al ver Jesús la muchedumbre, subió al monte, se sentó, y sus discípulos se le acercaron. Y tomando la palabra, les enseñaba diciendo: Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de la justicia, porque ellos serán saciados. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos. Bienaventurados seréis cuando os injurien, y os persigan y digan con mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos; pues de la misma manera persiguieron a los profetas anteriores a vosotros.


Reflexión

De entre todas las virtudes posibles, Dios eligió estas para ti. Seguramente son las más difíciles, pero también son las que te harán feliz. ¿Acaso la felicidad es fácil? Pero, ¿por qué éstas y no otras? Muy sencillo. Imagina estas “otras bienaventuranzas”:

“Bienaventurados los ricos” porque tendrán poder para abusar de los demás.

“Bienaventurados los orgullosos”, los rebeldes, los que protestan y no siguen ninguna norma porque sabrán odiar cuando les contradigan.

“Bienaventurados los que ríen a carcajadas” porque no les importará el sufrimiento de los demás y podrán disimular su propia amargura interior.

“Bienaventurados los airados y resentidos”, los que no tienen misericordia, porque no conocerán lo que es el perdón.

“Bienaventurados los que se lo pasan bien”, los que disfrutan a costa de lo que sea, porque ya no tendrán nada que gozar en el cielo.

“Bienaventurados los que siembran revoluciones y guerras” porque ellas se volverán en su contra.

“Bienaventurados seréis cuando os alaben” porque seréis esclavos de vuestra propia vanidad.

Así, pues, Jesucristo eligió el “Bien Eterno” y nos dio ejemplo viviendo las Bienaventuranzas.

Podemos decir en pocas palabras: ¿Qué nos enseña Cristo? ¿Qué nos pide y qué nos da? La respuesta es clara y sencilla: nos muestra el camino hacia la felicidad, hacia la plenitud, hacia el amor. Son cosas que todos queremos, pero también son cosas que no todos conseguimos.

¿Y cómo se logra? Relee el evangelio. Mira si eres pobre, o si estás todo el día apegado a tus grandes o tus pequeñas cosas. Mira si eres manso, si sabes responder con paciencia ante los insultos o agresiones de los demás. Mira si eres de los que lloran y sufren por los demás, si haces tuyos los sufrimientos de todos. Mira si trabajas por la paz, si siembras armonía en casa, con los amigos, con las personas que encuentras en la calle. Mira si te persiguen porque eres honesto, porque no haces trampas como todos, porque no calumnias, porque das a cada uno según una medida justa.

Ese es el camino de los profetas, de los santos, de los mártires. Sólo estaré seguro de que lo sigo si "me duele". Y sólo me pondré a caminar si Cristo me da su fuerza y su amor. Sin Cristo las bienaventuranzas son una locura, son un fracaso, son una derrota. Con Cristo hay alegría incluso en los momentos más difíciles de la vida. Basta con ver a los santos, envidiarlos... y no tener miedo de seguir sus huellas, según las bienaventuranzas de Cristo.

------------------------------------------
Fuente: Catholic.net

Bebé inglés sobrevive a aborto, su madre ahora "no lo cambiaría por nada del mundo"

LONDRES, (ACI).- Jodie Percival es una joven de 25 años de edad que intentó abortar a su hijo Finley porque éste sufría de una enfermedad congénita en el riñón. La joven supo que el pequeño no fue eliminado semanas después cuando le hicieron una ecografía. Al principio se enojó por el aborto fallido; y estando dentro del plazo legal en Inglaterra para tratar de acabar con él nuevamente, decidió al final conservar a su bebé.

Thane, el primer hijo de Jodie Percival, vivió solo durante 20 minutos después del parto prematuro en el que nació, porque padecía de la misma enfermedad congénita que Finley. Su segundo hijo, Lewis, quien ya tiene 20 meses, nació con una condición similar y ahora vive con un solo riñón.

Cuando Jodie quedó embarazada por tercera vez, ella y su novio Billy Crampton decidieron abortarlo. "Decidir acabar a las 8 semanas eran tan horrible… pero no podía enfrentar la angustia de perder otro bebé", señala Percival al Daily Mail de Inglaterra.

Tiempo después del aborto, Jodie sintió movimiento en su vientre. Su médico le dijo que se hiciera una ecografía, tras la cual descubrieron que tenía 19 semanas de embarazo. El bebé había sobrevivido a la práctica anti-vida. "No podía creerlo. Este era el bebé que yo pensé ya había eliminado", comentó al medio inglés.

"Al principio estaba molesta de que eso nos pasara, que el procedimiento hubiera fallado. Escribí al hospital, porque no podía creer que me hubieran decepcionado así. Me contestaron y me dijeron que esto era muy inusual".

Una semana más tarde, Jodie y su novio supieron que Finley también tenía problemas en los riñones, porque ella tiene un gen que origina el riñón multicístico, un desorden congénito que produce quistes en esta parte del organismo. Los doctores les explicaron a los padres que este niño podría sobrevivir por lo que decidieron darle una oportunidad y no abortarlo, estando dentro del plazo legal en el que el aborto se permite en Inglaterra.

En noviembre Finley nació tres semanas antes de lo previsto pesando unos tres kilos. Tiene un problema menor en el riñón pero según los doctores, podrá hacer una vida normal.

"No podía creer todo lo que este niño atravesó y que además se vea ahora tan perfecto. Me cuesta pensar en lo que ha tenido que pasar. Ahora está aquí y no lo cambiaría por nada del mundo", cuenta Jodie.

Noticias Relacionadas
Nuevas cifras revelan niveles "industriales" del aborto en Inglaterra
Psiquiatras ingleses reconocen que aborto puede llevar a enfermedad mental
Al menos 66 bebés ingleses sobrevivieron a abortos… y los dejaron morir
Investigan a médica inglesa por ayudar a sus pacientes para que no aborten
Gemelo sobrevive a conato de aborto y da lección a médicos

El Salvador no legislará a favor del aborto

(Fundación Vida) Noventa y nueve diputados salvadoreños de todos los partidos políticos, entre propietarios y suplentes, firmaron el libro "Sí a la vida" en contra del aborto. La rúbrica colectiva se dio en la sesión plenaria de la Asamblea Legislativa. Con esta iniciativa, sus señorías se comprometen a no legislar normas jurídidicas que afecten a la vida del ser humano desde su concepción.

Se trata de una medida que surgió en Honduras. Su promotora es la diputada Marta Lorena Alvarado, una infatigable luchadora antabortista, y la idea es que el documento sea rubricado por todos los congresos de Centroamérica.

El libro “Sí a la vida” ya fue firmado por la totalidad de los legisladores del Congreso de Honduras, y tras su rúbrica en El Salvador será trasladado a Guatemala para que sea también firmado por los parlamentarios de esa nación centroamericana, y se estudia proponero en Panamá Y México.

"Dichosos los que lloran" / Video-reflexión: P. Jesús Higueras

domingo, 8 de junio de 2008

Qué sacrificio y misericordia pide Dios / Autor: Raniero Cantalamessa, OFM Cap.

Comentario del padre Cantalamessa a la liturgia del próximo domingo

Publicamos el comentario del padre Raniero Cantalamessa, OFM Cap. --predicador de la Casa Pontificia-- a la Liturgia de la Palabra del próximo domingo.

* * *
X Domingo del Tiempo Ordinario
Oseas 6,3-6; Romanos 4,18-25; Mateo 9, 9-13

Misericordia quiero y no sacrificios

Hay algo conmovedor en el Evangelio dominical. Mateo no relata algo que Jesús dijo o hizo un día a alguien, sino lo que dijo e hizo personalmente por él. Es una página autobiográfica, la historia del encuentro con Cristo que cambió su vida. "Cuando se iba de allí, al pasar vio Jesús a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: 'Sígueme'. Él se levantó y le siguió".

El episodio, sin embargo, no se cita en los Evangelios por la importancia personal que revestía para Mateo. El interés se debe a cuanto sigue al momento de la llamada. Mateo quiso ofrecer "un gran banquete en su casa" para despedirse de sus antiguos compañeros de trabajo, "publicanos y pecadores". No podía faltar la reacción de los fariseos y la respuesta de Jesús: "No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio". ¿Qué significa esta frase del profeta Oseas que repite Jesús? ¿Acaso que es inútil todo sacrificio y mortificación y que basta con amar para que todo vaya bien? Partiendo de este pasaje se puede llegar a rechazar todo el aspecto ascético del cristianismo, como residuo de una mentalidad aflictiva o maniquea, hoy superada.

Ante todo hay que observar un profundo cambio de perspectiva en el paso de Oseas a Cristo. En Oseas, la expresión se refiere al hombre, a lo que Dios quiere de él. Dios quiere del hombre amor y conocimiento, no sacrificios exteriores y holocaustos de animales. En labios de Jesús, la expresión se refiere en cambio a Dios. El amor del que se habla no es el que Dios exige del hombre, sino el que da al hombre. "Misericordia quiero, que no sacrificio" significa: quiero usar misericordia, no condenar. Su equivalente bíblico es la palabra que se lee en Ezequiel: "No quiero la muerte del pecador, sino que se convierta y viva". Dios no quiere "sacrificar" a su criatura, sino salvarla.

Con esta puntualización se entiende mejor también la expresión de Oseas. Dios no quiere el sacrificio "a toda costa", como si disfrutara viéndonos sufrir; no quiere tampoco el sacrificio realizado para alegar derechos y méritos ante Él, o por un malentendido sentido del deber. Quiere en cambio el sacrificio que es requerido por su amor y por la observancia de los mandamientos. "No se vive en amor sin dolor", dice la Imitación de Cristo, y la misma experiencia cotidiana lo confirma. No hay amor sin sacrificio. En este sentido, Pablo nos exhorta a hacer de toda nuestra vida "un sacrificio vivo, santo y agradable a Dios".

Sacrificio y misericordia son ambas cosas buenas, pero pueden hacerse uno y otra perjudiciales si se reparten mal. Son cosas buenas si (como hizo Cristo) se elige el sacrificio para uno y la misericordia para los demás; se vuelven malas si se hace lo contrario y se elige la misericordia para uno y el sacrificio para los demás. Si se es indulgente con uno mismo y riguroso con los demás, dispuestos siempre a excusarnos y a ser despiadados al juzgar a los demás. ¿No tenemos nada que revisar al respecto en nuestra conducta?

No podemos concluir el comentario de la vocación de Mateo sin dedicar un pensamiento afectuoso y agradecido a este evangelista que nos acompaña, con su Evangelio, en el curso de todo este año litúrgico primero. Gracias, Mateo, llamado también Levi. Sin ti, ¡qué pobre sería nuestro conocimiento de Cristo!

-------------------------------------------
[Traducción del original italiano por Marta Lago]

Evangelio del domingo 8 de junio - Mateo 9, 9-13
Para ver el video haz click sobre la imagen


"Misericordia quiero y no sacrificios" / Video-reflexión: P.Jesús Higueras